Miles
de personas marcharon el domingo por las calles del centro de Santiago,
la capital de Chile, para reivindicar los derechos de los pueblos
aborígenes, en el marco del Día de la Resistencia Indígena, que se
celebra el 12 de octubre.
En la denominada Marcha por la Resistencia Mapuche, los más de seis
mil asistentes, según cifras de los organizadores, desfilaron con
lienzos y vestimentas tradicionales a fin de exigir el cese de la
militarización y criminalización al movimiento, además de la libertad a
los presos políticos.
Los manifestantes, muchos de ellos mapuches de comunidades del sur del país, se congregaron en la céntrica Plaza Italia y caminaron por la Alameda, la principal avenida de la capital, detrás de un lienzo principal en el que leía: "Estado chileno: tus mentiras no detendrán el digno avance de nuestra resistencia".
"Que quede claro (...) que no vamos a descansar de pelear para recuperar nuestro territorio, de cualquier manera vamos a seguir luchando", advirtió al Gobierno, Freddy Melinao, "werkén" (portavoz) de la comunidad Kuyén Mapu, de la región de la Araucanía, sur del país.
Las declaraciones de Melinao se refirieren al antiguo reclamo de las comunidades mapuches de la Araucanía de tierras que consideran ancestrales y que ahora están en poder de empresas agrícolas o forestales, lo que ha dado lugar a un conflicto con un saldo de varios muertos, entre ellos comuneros, policías y agricultores.
Este conflicto registró su última víctima el primero de este mes, cuando un comunero mapuche murió luego de ser arrollado por un tractor en el fundo Nilpe, en la comuna de Galvarino, en la Araucanía, mientras realizaba acciones de recuperación de tierras ancestrales.
La marcha culminó con hechos de violencia aislados protagonizados por elementos encapuchados, aparentemente sin ningún vínculo con las comunidades indígenas, que lanzaron bombas incendiarias y piedras a la policía y también encendieron barricadas.
Las unidades antidisturbios de Carabineros emplearon chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersarlos. Hubo 13 detenidos y dos policías resultaron con lesiones producto de pedradas.
ncl/rba
Los manifestantes, muchos de ellos mapuches de comunidades del sur del país, se congregaron en la céntrica Plaza Italia y caminaron por la Alameda, la principal avenida de la capital, detrás de un lienzo principal en el que leía: "Estado chileno: tus mentiras no detendrán el digno avance de nuestra resistencia".
"Que quede claro (...) que no vamos a descansar de pelear para recuperar nuestro territorio, de cualquier manera vamos a seguir luchando", advirtió al Gobierno, Freddy Melinao, "werkén" (portavoz) de la comunidad Kuyén Mapu, de la región de la Araucanía, sur del país.
Las declaraciones de Melinao se refirieren al antiguo reclamo de las comunidades mapuches de la Araucanía de tierras que consideran ancestrales y que ahora están en poder de empresas agrícolas o forestales, lo que ha dado lugar a un conflicto con un saldo de varios muertos, entre ellos comuneros, policías y agricultores.
Este conflicto registró su última víctima el primero de este mes, cuando un comunero mapuche murió luego de ser arrollado por un tractor en el fundo Nilpe, en la comuna de Galvarino, en la Araucanía, mientras realizaba acciones de recuperación de tierras ancestrales.
La marcha culminó con hechos de violencia aislados protagonizados por elementos encapuchados, aparentemente sin ningún vínculo con las comunidades indígenas, que lanzaron bombas incendiarias y piedras a la policía y también encendieron barricadas.
Las unidades antidisturbios de Carabineros emplearon chorros de agua y gases lacrimógenos para dispersarlos. Hubo 13 detenidos y dos policías resultaron con lesiones producto de pedradas.
ncl/rba
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