El tiroteo en El Paso, Texas, es el ataque mortal mayor
de un supremacista blanco en Estados Unidos en más de 50 años, de
acuerdo con datos de la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en
inglés).
En entrevista con La Jornada, Liat Altman, directora para asuntos de América Latina de la ADL, expuso que
las palabras importan y el discurso antimigrante que se ha enfatizado con esta administración, no ayuda.
Expuso que esta organización no gubernamental –que desde hace más de
100 años ha luchado contra el antisemitismo y de todas las formas de
intolerancia– tiene décadas de estudiar la supremacía blanca y los
grupos extremistas.
Expresó que estos grupos siempre han existido, sólo que hoy se
sienten envalentonados para hablar de supremacía blanca por el discurso
al más alto nivel de la administración del presidente Donald Trump y por
otros sectores alrededor, como canales noticiosos.
En esta ecuación intervienen los discursos antimigrantes, de nacionalismos o pensar en valores como
los americanos primero, añadió Altman. Advirtió que este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos, también existe en Europa.
Este supremacismo básicamente dice que
sólo la raza blanca, sobre todo los varones, son los que sufren por la inmigración que ocurre en el mundo. Lo estamos viendo en todos lados, expresó Altman.
La supremacía blanca es un cáncer, un movimiento que generalmente se envalentona con discursos antimigrantes, añadió.
A diferencia de organizaciones extremistas y terroristas que se
formaron con una jerarquía, en la supremacía blanca son individuos mucho
menos conectados entre sí como organización.
En el pasado era el Ku Klux Klan; sin embargo, hoy estos individuos
se organizan y empoderan de mensajes racistas, misóginos, antijudíos,
antimusulmanes, en redes sociales.
En este contexto no es posible responsabilizar a una sola persona por los discursos de odio,
la responsabilidad tiene que ser compartida.
Altman indicó que la educación es la vía para combatir las expresiones supremacistas y extremismo.
Ningún niño nace con un gen de odio, el odio se aprende y el odio también se puede desaprender.
Sobre el ataque en El Paso, que dejó 22 muertos, el Centro de
Extremismo de la ADL, reportó que es el tercer acto de violencia más
mortal por parte de un extremista doméstico, de cualquier ideología, en
más de 50 años y el primero al hablar en términos de un supremacista
blanco.
Según este centro, los extremistas de derecha han sido responsables
de 73 por ciento de los asesinatos relacionados con extremistas en
Estados Unidos entre 2009 y 2018.
A finales de mayo la ADL firmó un
Memorándum de entendimiento en materia de asistencia consular a personas mexicanas víctimas de crímenes de odiocon la Secretaría de Relaciones Exteriores. Desde entonces han sido capacitados empleados de los 50 consulados mexicanos en Estados Unidos sobre cómo lidiar con los crímenes de odio y cómo detectar una retórica extremista antinmigrante, informó Altman.
Ana Langner
Periódico La Jornada
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