Será
importante la carta que decida jugar Andrés Manuel López Obrador para
lograr posicionar a México en las disputas regionales por el 5G.
¿Decidirá crear una empresa para implementar la red 5G o terminará por
beneficiar a Telmex o a Promtel?. La Junta de Innovación de Defensa, un
comité asesor federal del Secretario de Defensa de Estados Unidos, publicó un informe a principios de abril
en el que analizaba el ecosistema global 5G; y en donde, además de
hacer patentes los beneficios que tendrá esta nueva red en los procesos
industriales, al unificar las redes, informó que permitirá el despliegue
de nuevos tipos de armas.
El documento identificó las
desventajas a las que se enfrenta Estados Unidos debido a que la
mayoría de los países han adoptado la frecuencia por debajo de 6GHz,
para el despliegue del 5G, por lo que se está convirtiendo en el
estándar global. Hecho preocupante para EE.UU, porque las empresas
estadounidenses han apostado por las frecuencia entre 24 y 100 GHz,
mientras que las orientales han optado por las medianas y bajas
frecuencias por debajo de 6Ghz. A esto se le suma la promoción que ha
dado China a las mismas frecuencias en su iniciativa La Franja y la Ruta
, para unificar estándares y desplegar su tecnología; siendo evidente
que en su apuesta por la independencia tecnológica, el dominio de los
mercados internacionales, sea sólo un pasó más para su consolidación
hegemónica. El gran terror de la OTAN de cara al siglo XXI.
La idea de la influencia geopolítica a gran escala ha generado un temor
justificable en EE.UU, si se comprende el núcleo de esta disputa. El documento
también sugirió que el Pentágono anime a otras agencias gubernamentales
a incentivar a la industria a «adoptar una red común de 5G para el
despliegue de sub-6», por ejemplo, con incentivos fiscales y préstamos
con una tasa baja de interés. La sentencia del informe es que no es
suficiente el prohibir los equipos 5G en el mercado estadounidense, ni
siquiera en los mercados de sus aliados estratégicos.
En Estados Unidos, de nueva cuenta, el Comité sobre el Peligro Presente:
China, formado a finales de marzo del presente año, reunió el pasado 2
de Mayo a políticos y expertos en el Capitolio para discutir temas como
la tecnología de comunicaciones de quinta generación (5G), el robo de
propiedad intelectual (PI), la naturaleza del régimen chino y el apoyo
financiero de Estados Unidos.
El representante
republicano por Pensilvania, Scott Perry, utilizó la batalla de
Gettysburg para ejemplificar la importancia que tiene las comunicaciones
en el contexto de una guerra, al hacer mención de lo que representó
para Robert E. Lee el tener información errónea sobre el número y las
capacidades de las fuerzas de la Unión. Explicó, que si los chinos
controlan este escenario, la batalla ha terminado.
En
el encuentro, Perry afirmó que, además de la guerra comercial, el
gobierno debería aprovechar otras medidas para frenar a China. Brian
Kennedy, presidente del Comité, matizó sobre la diferencia entre el
gobierno y su pueblo al decir:
La gente se parece mucho a nosotros: trabajadora, decente y dispuesta a hacer sacrificios. Pero están gobernados por el Partido Comunista Chino, y es totalmente despiadado. Su capacidad para hacer cosas es insuperable, porque están dispuestos a matar, y están dispuestos a intimidar. Nosotros, los estadounidenses, cuando observamos la China de hoy, no la entendemos.
Es evidente la miopía que
causa el trumpismo, inclusive en políticos de altos cargos. ¿Acaso han
olvidado las guerras que ha promovido el país de las barras y las
estrellas tan solo en este siglo? ¿Será que el nuevo eje del mal ahora
es apuntalado por el Partido Comunista Chino? Por el momento, parece que
la reproducción del pensamiento único, a través de los distintos medios
de información occidentales, seguirá siendo el arma mediática en esta
conflagración de amplio espectro.
Emili Blasco, en su artículo «La geopolítica vuelve al patio trasero de Estados Unidos»,
hace mención de la entrada de China a centroamérica al señalar que el
Comando Sur estadounidense lleva más de un año insistiendo en su alerta
por las inversiones asiaticas en torno al Canal de Panamá, donde
compañías provenientes del país oriental ya han invertido grandes sumas
de dinero y siguen con esa dinámica.
Lo que llama la
atención son las tres visitas, en menos de dos años, de Juan Carlos
Varela, el expresidente panameño, a China. A partir de este acercamiento
en 2017, Panamá fué el primer invitado latinoamericano para el
megaproyecto chino La Franja y la Ruta, y considerado como sede de la
cumbre empresarial de China, América Latina y el Caribe, conocida como
China-LAC 2019.
Otros hechos que avala este
acercamiento estratégico son los eventos realizados el 1 y 2 de Abril,
en Guanghzhou y Hong Kong, respectivamente, en el marco del Panamá
Invest and Fest 2019. Impulsado por una alianza del Ministerio de
Comercio e Industrias (MICI), la Cámara de Comercio, Industrias y
Agricultura de Panamá (CCIAP) y la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP).
Allí, se hizo patente la visión de ponderar a Panamá, al explotar su
posición geográfica, para la circulación aérea y marítima, ya que esta
conectividad facilita el movimiento de productos, vehículos, personas y,
sobre todo, de un escenario que está siendo intensamente disputado: las
telecomunicaciones; siendo Panamá la conexión del Norte y Sur del
continente.
Los anteriores ejemplos dan razón a las
acciones que ha llevado Donald Trump para presionar a las empresas
estadounidenses respecto de la necesidad de que éstas rompan relaciones
con Huawei. El Tío Sam tendrá que apresurarse en esta conflagración o lo
que seguirán llegando son derrotas en los demás escenarios en disputa.
Nos tocará padecer a nosotros, los latinoamericanos, y en especial a
México, los estragos y consecuencias de esta guerra irrestricta.
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