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lunes, 28 de agosto de 2017

El Pentágono cerciora que el imperio estadunidense está colapsando


Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada 

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Almuerzo de tropas estadunidenses, encabezadas por Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, a la derecha, y militares a cargo del general Song Puxuan, a la izquierda, en Haichung, China, el 16 de agosto pasadoFoto Ap

Un reciente estudio del Pentágono concluyó que el orden mundial apuntalado por EU y establecido después de la Segunda Guerra Mundial se está desgajando y se encuentra al borde del colapso, lo cual le lleva a perder su primacía en los asuntos globales (https://goo.gl/w7rQco).
Para mantener su acceso global a las materias primas, el Pentágono exhorta a que EU deba tener una expansión masiva de su complejo militar-industrial.
El estudio se basó en una investigación de un año en consulta con las principales agencias del Departamento de Defensa y el Ejército de EU. No son menores los participantes del estudio: Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de EU con evaluación de la política de planeación del Pentágono.
Pese a constituir un gigante (sic) militar, político y económico a escala global, EU ya no goza más de una inexpugnable posición frente a los estados competidores.
El connotado académico e investigador británico Nafeez Ahmed, de Insurge Intelligence, escudriña en la primera parte de una serie el estrujante estudio (https://goo.gl/hwVCau).
Ahmed juzga que la “solución propuesta para proteger el poder de EU en este nuevo ambiente ‘postprimacía’ es más de lo mismo: más vigilancia ( surveillance), propaganda (‘manipulación estratégica de las percepciones’) y expansionismo militar” para manipular la opinión popular con el fin de asegurar el acceso a regiones estratégicas, mercados y recursos.
El mundo se encuentra en una nueva fase de transformación con el poder de EU en declive, el orden internacional hecho añicos y la autoridad de los gobiernos desmoronándose por doquier.
Una de las características definitorias de la postprimacía es la resistencia a la autoridad con eventos del estilo de la Primavera Árabe que estallarán en todo el mundo y no sólo en Medio Oriente, lo cual socavará potencialmente la confianza en los gobiernos en el poder en un futuro previsible. Ni EU se salvará en su interior de la inestabilidad civil populista.
Resaltan el espionaje masivo y la guerra sicológica para combatir la amenaza de la información mediante los cuales EU supera a sus competidores con el más extenso y sofisticado complejo de espionaje integrado del mundo y que combinado con su presencia militar de avanzada y su proyección de poder, coloca a EU en una envidiable posición de fuerza donde su opinión pública y su percepción se convertirán cada vez más en campos de batalla.
El Pentágono considera el peligro de la superpotencias rivales como Rusia y China que se han convertido velozmente en amenazas crecientes a los intereses de EU.
Ahmed arguye que el estudio describe la naturaleza esencialmente imperial del orden y dominio impuesto por EU 20 años después de la caída de la URSS, no se diga con las reglas de su orden global que EU construyó y sostuvo durante siete décadas.
Pese a todo, el poder de EU se ha debilitado a grado tal que no puede siquiera generar automáticamente una superioridad consistente y sostenida a nivel local.
También es cierto que “la fractura del sistema global de la posguerra fría –con estados bajo enorme presión endógena y exógena– está acompañada por el desgajamiento interno de la fábrica política, social, económica de prácticamente todos los estados”.
Depende de qué estados se trate y, sin desear hacer la apología de lo que la propaganda negra de Occidente cataloga como regímenes autoritarios, pues Rusia y China –sin contar la vibrante democracia de India– constituyen dos fractales en medio del desorden global que pudieran servir como atractivos con sus características singulares.
Para el Pentágono, Rusia y China son descritas como fuertes revisionistas que se benefician del orden internacional dominado por EU, pero que se atreven a buscar una nueva distribución del poder y autoridad en proporción a su defensa, como rivales legítimos del dominio de EU.
Rusia y China, según el Pentágono, están comprometidas en un programa deliberado para demostrar los límites de la autoridad, voluntad, alcance, influencia e impacto de EU.
Así que todo lo que no sea favorable a los intereses de EU y sus aliados (Nota: habría que definir quiénes son ahora sus aliados) es desechable. Pero sucede que ni Rusia ni China están dispuestos a tolerar más el caduco orden unipolar y se han manifestado por un mundo multipolar de poderes policéntricos.
Ahora resulta que la búsqueda de los legítimos intereses nacionales de Rusia y China son percibidos por el Pentágono como saboteadores del dominio de EU.
A juicio del Pentágono, una perspectiva más maximalista (sic) contempla a Rusia y a China consiguiendo ventajas a expensas directas de EU y sus principales aliados occidentales y asiáticos.
Ahmed alega que lo más conspicuo de todo es que existe poca sustanciación en el documento de cómo Rusia y China constituyen una amenaza significativa a la seguridad de EU.
En efecto, ni Rusia ni China asedian, rodean, ni provocan guerras geoeconómicas, geofinancieras ni imponen sanciones estrafalarias, ni poseen bases militares en la periferia de EU (https://goo.gl/98FkWY). ¡Todo lo contrario a lo que propala la sucia propaganda israelí-anglosajona!
Según el Pentágono, Rusia y China no agreden en forma directa a EU, sino que usan las técnicas de zonas grises con medios y métodos que no llegan a una provocación y conflictos abiertos.
Una parte destacada del documento versa sobre cómo EU está perdiendo la guerra de propaganda, ya que la hiper-conectividad, militarización de la información, desinformación y descontento desembocan en una descontrolada difusión de la información que obliga al Pentágono a confrontar la inevitable (¡supersic!) eliminación del secreto y la seguridad operativa. ¡El Síndrome Televisa con espionaje del Mossad!
La revolución tecnológica de la información conlleva a la “desintegración generalizada de las estructuras tradicionales de autoridad, alimentada y/o acelerada por la hiperconectividad y la obvia desafección y el fracaso potencial del statu quo de la posguerra fría”, según el Pentágono.
Como si EU todavía jugara solo en el caduco orden unipolar, el Pentágono contempla su única opción: expandir la supremacía militar, por lo que deberá tener acceso sin restricciones al aire, mar, espacio, ciberespacio y el espectro electromagnético, y deberá retener la habilidad de acceso físico en cualquier región que desee y cuando quiera, según Ahmed.
EU anhela ser capaz de moldear un favorable y remodelado orden internacional de la postprimacía, donde abunda su narcisismo, a juicio de Ahmed.
Ahmed aduce que los crecientes riesgos al poder de EU no han venido de fuera, sino de la forma en que su poder ha operado, mediante sus vilipendiadas trasnacionales, han contribuido en el caos global.
A mi juicio, se trata más bien de un autismo geoestratégico que no toma en cuenta que hoy tiene que ajustarse y armonizarse en el nuevo orden tripolar con Rusia y China.
Quien sembró vientos durante 70 años, hoy cosecha sus tempestades.
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