▲ José Ramón Cabañas, embajador de Cuba en Estados Unidos, muestra en un
muro de la sede diplomática los impactos producidos con un rifle AK-47
por un hombre con daños mentales la semana pasada.
La Habana. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, calificó ayer de
ataque terroristael episodio vivido la semana pasada en la embajada en Washington, mientras documentos judiciales en Estados Unidos mostraron que el atacante era un hombre con problemas mentales que dijo
escuchar voces.
El ataque con armas no dejó heridos, sólo dañó la fachada del
edificio. La policía arrestó a Alexander Alazo luego de que éste disparó
32 veces un rifle semiautomático AK-47 contra la embajada.
Alazo, de 42 años, declaró que el jueves pasado le habría disparado al embajador si hubiera salido del edificio, porque era
el enemigo. Sostuvo que escuchó voces que le decían que protegiera a su familia de lo que él creía que eran grupos del crimen organizado cubanos afiliados al gobierno que –según su explicación– lo seguían para hacerle daño.
Admitió que en marzo le habían recetado medicamentos antisicóticos,
pero no cumplió con todo el tratamiento, hecho que los fiscales
argumentan que
pesa contra su liberaciónantes de que comience el juicio.
Debo denunciar, por su gravedad, el ataque terrorista con fusil de asalto y más de 30 impactos de bala sufridos contra nuestra embajada en Washington (...) y reclamar al gobierno de Estados Unidos una investigación exhaustiva y rápida, sanciones severas y medidas de seguridad, sostuvo Díaz-Canel en una cumbre virtual del Movimiento de Países No Alineados.
El mandatario cubano afirmó que Washington está obligado a brindar
protección a las embajadas y su personal por la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.
El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, indicó la
semana pasada que una decena de diplomáticos cubanos estaban en el
inmueble en el momento del ataque, que fue grabado en un video de
vigilancia. Destacó que la hostilidad del gobierno de Donald Trump hacia
la isla ha fomentado la violencia.
Rodríguez acusó ayer en Twitter:
El Departamento de Estado y su secretario (Mike) Pompeo hacen silencio cómplice ante acto terrorista contra embajada de Cuba en Washington. En cambio, son múltiples las voces que desde Estados Unidos y desde el resto del mundo condenan este grave ataque y expresan solidaridad y apoyo. Cuba lo agradece.
Trump ha retrocedido en la flexibilización de las relaciones entre
los países que se alcanzó durante la presidencia del demócrata Barack
Obama. Antes de atacar la embajada, Alazo intentó, sin éxito, prender
fuego a una bandera cubana.
El atacante manifestó que había emigrado a México en 2003 y años
después llegó a Texas solicitando asilo político. En 2014 regresó a Cuba
para predicar en una iglesia y señaló que volvió a abandonar la isla
tras ser amenazado por grupos del gobierno.
En 2018 viajó a Alemania y otros países, convencido de que lo estaban
siguiendo y evitar ser atrapado, según los investigadores, su esposa
señaló a las autoridades que la familia vivía en hoteles porque Alazo
era demasiado paranoico para vivir en su casa.
Foto Ap
Periódico La Jornada
Martes 5 de mayo de 2020, p. 21
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