El agresor pudo ser instigado por anticastristas: cancillería
La Habana. Cuba denunció ayer que el hombre que disparó 
contra su embajada en Washington pudo haber sido instigado por 
organizaciones anticastristas de Florida, y consideró que Estados Unidos
 fue negligente al no actuar, pese a tener antecedentes.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, reveló que el emigrado 
Alexander Alazo, de 42 años, quien el 30 de abril disparó con un fusil 
AK-47 contra la sede diplomática, no tenía antecedentes siquiátricos en 
Cuba, como se sugirió en medios de prensa estadunidenses, de donde se 
fue en 2003.
Si hubo odio en la acción de Alazo Baró puede afirmarse que es un odio inducido por el discurso agresivo del gobierno de Estados Unidos, de los políticos y agrupaciones que viven de la hostilidad contra Cuba, y resultado de promoción de la violencia, sostuvo Rodríguez durante una conferencia de prensa virtual.
Agregó que 
el gobierno de Cuba espera por resultados de una investigación exhaustiva y a fondo de este ataque terrorista.
A lo largo de 40 minutos de comparecencia, Rodríguez desestimó la 
versión de un atacante con antecedentes de enfermedad mental. Según 
indicó, su historial en la isla fue normal en su infancia y juventud, 
cuando emigró con una visa religiosa a México.
Más tarde se mudó a Estados Unidos y radicó en Miami en 2010. Viajó a
 Cuba de manera regular en ocho ocasiones sin problemas, la última en 
2015, y recibió atención consular.
Rodríguez informó que Alazo se vinculó con “un centro religioso" en Miami al que acuden personas 
con reconocida conducta a favor de la agresión, hostilidad, violencia y extremismo contra Cuba.
Relató que en el Doral Jesus Worship Center, Alazo se relacionó con el pastor Frank López, quien mantiene 
estrechas relaciones con el senador Marco Rubio y el congresista (Mario) Díaz-Balart, ambos republicanos y críticos del gobierno socialista cubano.
Añadió que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, también ha visitado ese centro religioso, donde pronunció 
un discurso de franca hostilidadhacia Cuba.
El canciller emplazó a Estados Unidos a explicar qué sabe sobre esos vínculos entre Alazo y personas y agrupaciones 
que apoyan al actual gobierno de Estados Unidos pero que incitan a la violencia y el odio contra Cuba.
En el sur de Florida operan organizaciones que promueven un cambio en
 el sistema de gobierno instaurado en la isla tras el triunfo de la 
revolución en 1959.
Rodríguez señaló que espera 
una investigación exhaustivade Washington.
Semanas antes del ataque, Alazo estuvo en la embajada y luego asistió
 a agencias de Seguridad Nacional de Estados Unidos acusando al gobierno
 de Cuba de pretender asesinarlo.
Alazo fue detenido por la policía que llegó al lugar donde se 
encontraban una decena de diplomáticos y recuperó un AK-47 y casquillos,
 además de una bandera cubana con inscripciones y otra de Estados 
Unidos. No se reportaron heridos.
La encargada de Negocios de la embajada de Estados Unidos en Cuba, 
Mara Tekach, informó que está en marcha una investigación conjunta, 
donde participan el Servicio de Seguridad Diplomática y el Servicio 
Secreto.
El presidente Donald Trump impulsó desde el inicio de su mandato una 
política de confrontación con Cuba y endureció las sanciones económicas 
para presionar por un cambio de modelo político en la isla socialista.
Afp, Ap y Prensa Latina
Periódico La Jornada
 
 
 
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