David Brooks
Activistas se manifestaron el fin de semana en el centro de Los
Ángeles, California, en la denominada marcha de la verdad, como parte de
una demostración pacífica en todo el país para restaurar la fe en la
democracia y el sistema electoral de Estados UnidosFoto Afp
Donald Trump declaró la
guerra al planeta y su deseo de anular el futuro cuando anunció el
retiro de Estados Unidos del Pacto de París sobre Cambio Climático de
2015, la semana pasada. Es una mentada de madre a todos los habitantes
de la Tierra.
Trump está cumpliendo una de sus promesas de campaña y nadie puede
decir que fue sorprendido. Parte de sus bases anticientíficas (incluidos
cristianos fundamentalistas) combinada con poderosos intereses
multimillonarios que se oponen a toda regulación gubernamental al
llamado libre mercado festejaron la decisión. Trump –aunque no se sabe
qué cree de verdad sobre el tema– ha usado todo esto durante años como
parte de su mensaje político: en 2012 declaró que
el concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos con la finalidad de hacer la manufactura estadunidense no competitiva. En 2013 escribió que
el calentamiento global es una farsa total y muy cara.
Con esta decisión, Estados Unidos ahora será sólo el tercer país del
planeta que queda fuera del pacto, sumándose a Siria, que está en medio
de una guerra civil, y Nicaragua, que rehusó firmarlo al criticar que el
acuerdo quedaba corto en lo que se necesitaba para realmente revertir
el cambio climático.
Trump argumentó que su decisión fue basada en factores económicos
(evadió afirmar si creía o no en el cambio climático) y los líderes
republicanos de ambas cámaras aplaudieron la decisión.
¿En qué punto quedará degradado Estados Unidos?, preguntó ante su público en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca (está por verse por cuánto tiempo más habrá rosas en ese jardín con las consecuencias potenciales de esta decisión).
¿En qué punto empezarán a reírse de nosotros como país? Nosotros ya no queremos que otros líderes y otros países se rían de nosotros. Bueno, un poco too late, ¿no?
Continuamos: Trump explicó que el acuerdo tiene menos que ver con el clima y más con
otros países logrando una ventaja financiera sobre Estados Unidos. Aseguró que el acuerdo fue producto de una especie de complot de
activistas globales que han buscado largamente adquirir riqueza a expensas de nuestro país. Más aún, acusó que
el acuerdo es una redistribución masiva de la riqueza de Estados Unidos a otros países. O sea, su decisión fue defender a Estados Unidos de extranjeros tramposos, sobre todo los europeos, ya que
fui electo para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París.
No sorprendió que las grandes y ricas organizaciones ambientalistas
del país, y del mundo, repudiaron la decisión, ni que un gran elenco de
intelectuales, editorialistas y millones de personas que sí confían en
la ciencia y más o menos prefieren un futuro para la humanidad
condenaron el anuncio. Un poco más sorprendente fue que influyentes
líderes empresariales protestaron: Elon Musk, fundador de Tesla, y
Robert Iger, ejecutivo en jefe de Disney públicamente renunciaron al
panel de asesoría empresarial del presidente en protesta por el retiro
del pacto de París. Los ejecutivos de algunas de las empresas nacionales
más poderosas –Apple, Google, Microsoft, IBM, Facebook, General
Electric y hasta Goldman Sachs– criticaron la decisión como un revés
para el ambiente y el liderazgo estadunidense en el mundo.
Más aún, decenas de gobiernos estatales y municipales
protestaron, y junto con más de 80 universidades y más de 100 empresas,
declararon que continuarán colaborando con el Pacto de París (se está
formulando un plan que someterán a la ONU). El mismo día del anuncio, el
Empire State Building y las alcaldías de Nueva York, Boston y
Washington se iluminaron de verde, y los gobernadores de California,
Nueva York y el estado de Washington se sumaron a la recién establecida
Alianza del Clima de Estados Unidos. El alcalde de Pittsburgh reafirmó
el compromiso de su ciudad de seguir cumpliendo con el contexto del
Acuerdo de París, en directo desafío al autoproclamado representante de
Pittsburgh ante el mundo en la Casa Blanca.
El año 2014 marcó nuevo récord de temperatura global, sólo para ser
superado en 2015 y 2016, todos los días hay noticias sobre el efecto del
cambio climático –la reducción dramática de hielo en ambos polos,
inundaciones y sequías sin precedente, cambios en ecosistemas por todo
el planeta–, pero Trump y sus aliados han decidido que todo esto no
existe. “Ninguna línea del argumento en el mundo físico, y ninguna
autoridad creíble lo respalda, ni aquí ni en el extranjero (…)
Sencillamente insiste en que la física no es real”, escribió uno de los
principales activistas sobre cambio climático en este país, Bill
McKIbben, en el New York Times. Advirtió que
aseguraremos que la historia enjuiciaría ese nombre (Trump) con el desprecio que merece.
Pocos argumentan que el Pacto de París –que además no es un tratado,
sino una serie de acuerdos voluntarios– puede frenar por sí solo el
cambio climático. Sin embargo, aun críticos aceptaron que fue el primer
paso internacional para abordar la crisis que podría marcar el fin de la
vida humana en el planeta. No sólo eso, la gran mayoría de la opinión
pública en este país apoya el Acuerdo de París. Una encuesta de Gallup
registra que dos tercios externan preocupación por el cambio climático, y
en otra encuesta casi 70 por ciento prefería mantenerse dentro del
acuerdo.
El economista premio Nobel Joseph Stiglitz escribió en The Guardian que con esta decisión de Trump, Estados Unidos se ha convertido en
un Estado delincuenteen la comunidad internacional.
El resto del mundo no puede permitir que un Estados Unidos delincuente destruya el planeta, afirmó, y agregó que el resto del mundo tiene que responder de manera conjunta; advirtiendo que con Trump,
ya debe quedar claro que el debate razonado no funcionará. Es tiempo de acción.
El mundo ya se estaba riendo de Trump, pero es cada vez menos
chistoso. Nos acaba de mentar la madre a todos. En las reglas no
escritas de cualquier escuela o cantina, si bien recuerdo, eso nunca se
puede quedar sin respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario