Francisco Dall’Anese, director Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala
El zar antimafias de Guatemala asegura que en Centroamérica, tradicional zona de paso del narcotráfico, están surgiendo “baby cárteles”, pero que aún dependen de los grandes narcos mexicanos. El verdadero problema es el lavado de capitales, el dinero que el narco invierte en la región, con el que puede comprar políticos, jueces, policías, "lo que quieran".
Francisco Dall’Anese tiene ahora más guardaespaldas que cuando era fiscal general en Costa Rica, pero dice que se levanta cada mañana sin miedo y que ningún fiscal puede hacer su trabajo si tiene miedo. Cuesta pensar que los fiscales guatemaltecos que encaran casos de crimen organizado en un país donde los últimos tres directores de la Policía están en la cárcel por robo de droga, donde agentes de la PNC asesinan a diputados centroamericanos, donde el último fiscal general fue destituido por sospechas de corrupción a los pocos días de ser nombrado, se levanten sin miedo. Y tal vez por eso está Dall’Anese ahí, porque Guatemala y su sistema de justicia necesitaban no ya una muleta, sino respiración asistida. Ahora, la pregunta que ronda los despachos presidenciales de El Salvador y Honduras y las oficinas de Naciones Unidas en Nueva York, es si el resto de Centroamérica puede aún valerse por sí misma en la lucha contra el narcotráfico, la gran corrupción, el crimen de guante blanco, o si necesita también una intervención externa.
El comisionado de Naciones Unidas Contra la Impunidad en Guatemala asegura que en Guatemala esa intervención está funcionando, pero advierte que no se pueden replicar modelos de forma automática. Costarricense, de hablar pausado -y menos propenso a dar grandes titulares que su antecesor en el cargo, el español Carlos Castresana-, Dall’Anese visitó El Salvador hace unos días para participar en un foro regional sobre transparencia. Advierte que lo que la región tiene que perseguir, por encima incluso de la droga, es al dinero de los narcocarteles y su poder corruptor: “El error que hemos cometido es contar los triunfos por kilos de coca decomisados y no por redes desarticuladas. La única manera de quebrarles es quitándoles el dinero”.
Ahora que algunos países, como El Salvador, comienzan a barajar esa posibilidad, ¿usted qué piensa de replicar el modelo de la CICIG en otros países o en la región?
Hay varias cosas que habría que pensar. No todos los países tienen las mismas necesidades en el combate contra el crimen. El modelo está hecho para Guatemala. Si se piensa una comisión para El Salvador o para Honduras -que entiendo que es lo que se ha sugerido- tendría que verse bien cuál es su marco de competencias. No es tan sencillo como “vamos a traer a la CICIG”. Primero hay que suscribir un convenio con Naciones Unidas, y luego esto tiene que pasar a ratificación del congreso. Y además, no se puede pagar a los funcionarios internacionales de la comisión si no hay donantes, y esta es la parte más complicada, porque el país anfitrión tendría que conseguir ese financiamiento. Leer Mas
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