Puerto Rico a 10 años de la huelga magisterial
Un día como hoy, el 21 
de febrero de 2008, miles de maestros y maestras salimos a la calle a 
defender la dignidad y los derechos del magisterio ante el gobierno anti
 obrero de Aníbal Acevedo Vilá. Arrancaron dos semanas intensas que 
dejarían claro que los instrumentos de lucha de los trabajadores y 
trabajadoras son para representar a su gente y no un fin en si mismo. 
Resultaría en el logro de importantes conquistas que permitieron frenar 
estrategias patronales.
Un sindicato de lucha y conciencia de clase
La
 Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) se había posicionado para 
ese momento no solo como el sindicato más grande del país, sino uno con 
clara conciencia de clase y como un instrumento de lucha militante del 
magisterio. Esto frente a múltiples uniones, principalmente las 
afiliadas a matrices en los Estados Unidos, que se presentaban como 
empresas de servicio donde lo principal es conservar el instrumento y 
los privilegios del liderato.
La Federación de Maestros
 se visualizaba como un instrumento con la misión de defender a su 
matrícula, aun a riesgo de sanciones y golpes por parte del estado. 
¿Para qué necesitamos un sindicato que, al momento de la verdad y por 
temor al patrono, acepte incluso el despido de sus representados?
Su
 liderato, contrario a las empresas sindicales norteamericanas, comparte
 las condiciones de vida de la matrícula. Sus salarios son los que les 
corresponderían en el salón de clase. Ello permite que se mantengan en 
sintonía con los intereses de su gente.
La intransigencia del patrono
Al
 momento de decretarse la huelga, la FMPR llevaba negociando 3 años sin 
que el Departamento de Educación hiciera una oferta razonable. Fungía 
como Secretario de Educación Rafael Aragunde.
En 
octubre de 2007 una asamblea con sobre 8,000 maestros le dio a la 
dirección del sindicato un voto de huelga a ser implementado cuando se 
entendiera. Otra de las características del sindicato quedaba expuesta: 
su funcionamiento claramente democrático donde la base es quien toma las
 decisiones fundamentales. En los sindicatos afiliados a uniones 
norteamericanas la matriz retiene el poder, sobre la decisión de los 
trabajadores y trabajadoras, de determinar si se van o no a la huelga. 
En el caso de las uniones que operan al amparo de la Ley 45 conocida 
como “Ley de Relaciones del Trabajo para el Servicio Público de Puerto 
Rico”, la Unión Internacional no les permite tener un fondo de huelga.
Una huelga a través del país
El
 21 de febrero de 2018 frente al Departamento del Trabajo en Hato Rey, 
Rafael Feliciano Hernández, Presidente de la FMPR, anuncia la decisión 
unánime del Comité Ejecutivo del sindicato de iniciar una huelga 
indefinida. Figuraban como demandas principales el que se obtuviera un 
convenio colectivo, aumentos salariales, reducción en la cantidad de 
estudiantes por salón y un compromiso de que no privatización de las 
escuelas.
En numerosas escuelas se detiene el 
funcionamiento y los maestros y maestras recibieron el respaldo de 
padres, madres y estudiantes. La Asociación de Maestros y sectores 
afines al Partido Popular Democrático desarrollan una campaña contra el 
magisterio. Sectores independentistas comprometidos con el partido 
gobernante dan la espalda al magisterio en lucha. Un grupo de ex 
presidentes de la FMPR realizó una conferencia de prensa para apoyar al 
patrono y llamar a no respaldar la determinación de la asamblea más 
grande que ha realizado sindicato alguno en el país. Entre ello 
estuvieron lastimosamente Serapio Laureano, Andrés Miranda, Renán Soto y
 Jesús Delgado Burgos. A pesar de estos elementos el espíritu de los 
maestros y maestras al concluir la huelga es de victoria.
El
 envolvimiento de miles de educadores en las distintas actividades de la
 huelga logra un crecimiento cualitativo en la conciencia de clase de 
muchos. Logran identificar al estado como una fuerza antagónica a los 
derechos de la clase trabajadora.
Resultados de la lucha magisterial
La
 huelga fue punto culminante de un proceso por el cual el magisterio 
logra avances importantes en sus condiciones de trabajo y vida.
A
 nivel económico la Federación de Maestros es responsable de elevar 
significativamente los salarios de los educadores. En varias instancias 
se consiguen aumentos de sueldo de $100.00 en 2002, $150.00 en 2003, 
$150.00 en 2004 y $250.00 como producto de la huelga. Esto significó un 
total de $750.00 en 6 años gracias a la lucha de nuestro sindicato.
Como
 resultado directo de la huelga magisterial, el Secretario de Educación 
Rafael Aragunde, que había dado muestras de favorecer la privatización, 
firma con la FMPR una estipulación donde el gobierno se compromete a no 
privatizar las escuelas. La estipulación firmada señala:
“…el
 Departamento de Educación se compromete a no establecer escuelas 
“chárter” ni ninguna otra variante de privatización de las funciones 
docentes y administrativas de las escuelas”.
Este es, sin lugar a duda, uno de los logros más importantes del proceso huelgario de 2008.
Luchamos por los niños, por los derechos del magisterio. Luchamos para vencer
Detener
 cualquier plan privatizador por espacio de 10 años es una de las 
aportaciones concretas de la lucha que libró el magisterio y, puesto 
dentro de la perspectiva presente, nos indica que si resistimos podremos
 prevalecer una vez más y garantizar una educación pública de calidad 
para nuestros niños y niñas.
Ningún gobierno abarrotado
 de tecnócratas al servicio de los amigos del alma, ni una empresaria 
encumbrada como Secretaria de Educación pueden amar mas a nuestros 
estudiantes que los maestros y maestras que día a día acudimos a las 
aulas a alimentar su futuro. Junto a las comunidades escolares, los 
padres, madres y todo el país derrotaremos una vez más los intentos de 
entregar a manos privadas las escuelas.
Mercedes Martínez Padilla. Presidenta Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR).
 
 
 
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