El Mostrador
Los incendios 
forestales en la Amazonia han causado indignación y preocupación en todo
 el mundo. Chomsky, el intelectual vivo más relevante según el New York 
Times, explica a El Mostrador que la deforestación de esta selva 
tropical, a causa de las "quemas ilegales", debe ser considerada como 
crimen de lesa humanidad. Del mismo modo, el pensador y activista 
político estadounidense asevera que la emergencia climática constituye 
la problemática más importante que ha surgido en la historia humana, ya 
que esta crisis ambiental, a menos que se aborde seriamente y pronto, 
"condenará la vida humana organizada".
Los cerezos han 
florecido en agosto en Santiago de Chile, un mes antes del comienzo de 
la primavera, que solía llegar en septiembre en el hemisferio sur. Un 
bello efecto que es rápidamente ensombrecido al constatar que el otoño 
se reduce inexorablemente. Pero no es lo único que cambia, ni menos lo 
más grave.
La Amazonia lleva semanas ardiendo y la amenaza se 
cierne sobre una cuarta parte de las especies de la Tierra: 30 mil tipos
 de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 
550 de reptiles y 2,5 millones de insectos. Ello sin contar que esta 
selva proporciona el 20 por ciento del agua dulce no congelada del 
planeta y también, como se ha dicho, produce un 20 por ciento del total 
de oxígeno disponible en la Tierra.
Aunque es cierto que el 
oxígeno que produce la Amazonia es consumido en la misma Amazonia, las 
palabras del ministro de Medio Ambiente de Brasil, cuando declara que 
dicha región “no es el pulmón del mundo", debido a que tiene su ciclo 
cerrado y que, por lo tanto, "es un patrimonio brasileño" y que "esta 
historia de que pertenece a la humanidad es una bobería”, encierran la 
enorme dimensión de la crisis que afrontamos al desconocer su papel 
vital en el flujo de las precipitaciones en toda América Latina, en la 
regulación del clima global y en la aportación de nutrientes a los 
microorganismos que producen en el mar el oxígeno que respiramos, y que,
 todo ello, repercute directamente en la supervivencia de la humanidad.
La
 emergencia climática, entonces, es un problema de Derechos Humanos. Así
 al menos comienza a ser comprendido en forma creciente. Noam Chomsky, 
actual académico en la Universidad de Arizona, descrito por The New York
 Times como el intelectual vivo más relevante, contestó un cuestionario 
para El Mostrador, en el que sin recelos repara en que, de no abordar 
seriamente y pronto la emergencia climática, esta condenará la vida 
humana organizada.
-Hasta hace pocos años se sostenía que la 
temperatura global iba a tardar al menos dos décadas en aumentar, pero 
esto ha ocurrido en cuestión de años. ¿Comparte la impresión de que la 
emergencia climática se ha dejado caer mucho más rápido de lo esperado?
Se
 ha demostrado repetidamente que el consenso del Grupo 
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático fue demasiado 
conservador, lo cual no es sorprendente. Un consenso tiende a mantenerse
 en el mínimo común denominador. Las perspectivas de ahora, sin embargo,
 son considerablemente más sombrías de lo que se suponía recientemente.
-Hoy
 existe coincidencia de que el sistema neoliberal es directamente 
responsable del impulso depredador y que, en este sentido, los medios de
 comunicación globales que hoy parecen alarmados, durante décadas 
ignoraron el problema y defendieron el sistema económico pese a los 
costos. ¿Qué responsabilidad ve en ello?
Definitivamente 
tienen responsabilidad los medios de comunicación. Durante años, apenas 
abordaron este problema, que constituye el más importante que ha surgido
 en la historia humana, ya que la emergencia de esta crisis ambiental, a
 menos que se aborde seriamente, y pronto, condenará la vida humana 
organizada. Los medios en el pasado, cuando abordaron la problemática, 
la presentaron como una disputa entre dos grupos: los alarmistas y los 
negacionistas, estando en el primer grupo casi todos los científicos del
 clima acreditados en el mundo. Los informes finalmente han comenzado a 
cambiar, pero no lo suficiente, teniendo en cuenta lo que está en juego,
 esto respecto a los medios dirigidos a grandes audiencias
-¿Y en el mundo de los negocios?
Las
 páginas de noticias de la prensa empresarial, como el Wall Street 
Journal (WSJ), tienden a ser bastante precisas. El mundo de los negocios
 es muy consciente de que sus políticas están destruyendo la vida en la 
Tierra y que están explotando en la cara de sus propios negocios. Tome 
el ejemplo más obvio y bien estudiado: ExxonMobil. Sus propios 
científicos estuvieron a la cabeza, desde los años 60, explicando las 
graves amenazas del uso de combustibles fósiles. Pero la gerencia no 
solo avanza a toda velocidad para maximizar su uso, sino que también ha 
sido el principal financiador del negacionismo, continuando hasta el 
presente. Esa es la lógica capitalista estricta.
-Respecto de 
los incendios en la Amazonia, la evidencia científica, que a su vez ha 
sido replicada en múltiples medios en el mundo, ha puesto su foco en 
responsabilizar a la deforestación ilegal como una de las causas de 
estos incendios forestales. ¿Qué piensa de estas políticas del gobierno 
de Bolsonaro que alientan la quema para despejar terrenos para uso 
agrícola?
Que deberían considerarse un crimen de lesa 
humanidad, muy grave. La Amazonia es uno de los grandes sumideros de 
carbono del mundo y produce alrededor del 20 por ciento del oxígeno del 
mundo. Las políticas de Bolsonaro son verdaderamente criminales y 
deberían enfrentar una oposición enérgica.
-Por estos días se han gestado protestas en las embajadas de Estados Unidos y Brasil, ¿qué opina de ellas? 
Estados
 Unidos y Brasil son estados fuera de la ley. Afortunadamente, en ambos 
países hay protestas internas y activismo, los cuales merecen el apoyo 
internacional. Pero las políticas de los dos gobiernos son de hecho 
"suicidas", para la humanidad en general. Deberían protestar 
vigorosamente en todo el mundo, de todas las maneras posibles.
 

 
 
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