Por qué y cómo Lula ha llegado a ser el prisionero político más importante del mundo
Blog personal
 Julian Assange es el 
más importante disidente occidental preso. Eduard Snowden, el principal 
exiliado. Luiz Inácio Lula da Silva es el prisionero del Sur global por 
excelencia. Noam Chomsky se ha referido a Lula como “el prisionero 
político más importante del mundo” y “una figura extraordinaria del 
siglo XXI”, y ha comparado su encarcelamiento con el del fundador del 
Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci (1891-1937). ¿Por qué esos 
títulos?
Julian Assange es el 
más importante disidente occidental preso. Eduard Snowden, el principal 
exiliado. Luiz Inácio Lula da Silva es el prisionero del Sur global por 
excelencia. Noam Chomsky se ha referido a Lula como “el prisionero 
político más importante del mundo” y “una figura extraordinaria del 
siglo XXI”, y ha comparado su encarcelamiento con el del fundador del 
Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci (1891-1937). ¿Por qué esos 
títulos?
Bajo el mandato de Lula, Brasil pasó de la inexistencia en 
la esfera internacional a ser seguramente el país más respetado del 
mundo. Lula dignificó a la mayoría social de su país que no contaba para
 nada. En 2010, el programa alimentario mundial de la ONU le otorgó el 
título de “campeón del mundo en la lucha contra el hambre”. Tras ocho 
años en la presidencia sacó de la pobreza a millones de brasileños y 
dejó el poder con un grado de aprobación sin precedentes.
Lula 
fue capital en la prometedora y en gran parte malograda integración 
independiente de América Latina, que implicó a Chávez, Morales, los 
Kirchner y demás, y entre todos ellos era el más respetado no solo por 
el peso específico de su enorme país. Con Lula nacieron los BRIC´s 
(Brasil, Rusia, India, China y otros) como concepto en el que Brasil 
ponía la primera letra. Pues bien, este personaje está en la cárcel 
desde hace año y medio, tras haber sido condenado a una pena total de 
doce años y once meses en un caso manifiestamente fabricado y seis meses
 antes de unas elecciones a las que acudía como favorito. ¿Por qué?
Sobre
 el motivo hay varias explicaciones. Según el profesor Elias Jabbour de 
la Universidad de Río de Janeiro, Lula fue víctima de una acción de 
guerra híbrida orquestada desde Estados Unidos después de que en Brasil 
se anunciara el descubrimiento de unas importantes reservas de petróleo,
 lo que dio fuerza a una agresiva campaña mediática contra la izquierda y
 la política en general. El propio Lula sugiere el motivo principal en 
otro aspecto: su protagonismo general en el establecimiento de los 
BRIC´s, y en los movimientos para crear una moneda alternativa al dólar 
en las relaciones comerciales de ese enorme conglomerado de países que 
incluye a la mayoría del planeta, tanto en población como en volumen de 
transacciones.
 “Estados Unidos tenía mucho miedo de nuestros debates sobre la creación de una nueva divisa. Obama me llamó y preguntó, “¿estás intentando crear una nueva moneda, un nuevo euro?” y yo le dije, “No, estoy intentando deshacerme del dólar americano simplemente para no ser dependiente”.
 Según el periodista Pepe Escobar que recogió esta declaración en una 
entrevista con Lula mantenida este verano en la cárcel, “Obama pudo 
haber intentado advertir a Lula de que el Estado profundo (Deep State)
 americano nunca permitiría a los BRIC´s invertir en una moneda o una 
cesta de monedas para eludir al dólar. Más tarde, Putin y Erdogan 
advirtieron a (su sucesora en la presidencia) Dilma Roussef, antes de 
que fuera depuesta, de que Brasil sería atacada sin piedad. Al final, la
 dirección del Partido de los Trabajadores fue pillada completamente 
desprevenida por una conjunción de sofisticadas técnicas de guerra 
híbrida”, explica Escobar. “El resultado fue que una de las mayores 
economías del mundo fue tomada por asalto por duros neoliberales sin 
lucha alguna”.
“Estados Unidos tenía mucho miedo de nuestros debates sobre la creación de una nueva divisa. Obama me llamó y preguntó, “¿estás intentando crear una nueva moneda, un nuevo euro?” y yo le dije, “No, estoy intentando deshacerme del dólar americano simplemente para no ser dependiente”.
 Según el periodista Pepe Escobar que recogió esta declaración en una 
entrevista con Lula mantenida este verano en la cárcel, “Obama pudo 
haber intentado advertir a Lula de que el Estado profundo (Deep State)
 americano nunca permitiría a los BRIC´s invertir en una moneda o una 
cesta de monedas para eludir al dólar. Más tarde, Putin y Erdogan 
advirtieron a (su sucesora en la presidencia) Dilma Roussef, antes de 
que fuera depuesta, de que Brasil sería atacada sin piedad. Al final, la
 dirección del Partido de los Trabajadores fue pillada completamente 
desprevenida por una conjunción de sofisticadas técnicas de guerra 
híbrida”, explica Escobar. “El resultado fue que una de las mayores 
economías del mundo fue tomada por asalto por duros neoliberales sin 
lucha alguna”.
Detrás de todo esto se advertía algo más que un 
revés para el hegemonismo occidental: la idea de que el consenso y la 
acción concertada entre BRIC´s y grandes países del Sur global, es capaz
 de elaborar un programa para el mundo, alternativo al caos del 
hegemonismo de Euroatlántida con sus recetas belicistas. El caso de Irán
 ofrecía una pista concreta.
Fue el Brasil de Lula quien en 2010 
alcanzó en Teherán, de común acuerdo con Turquía e Irán, un acuerdo 
nuclear con el régimen de los ayatollahs. Eso fue cinco años antes del 
famoso acuerdo de Viena de 2015, que Bolton y Trump han hundido con el 
apoyo de Israel y Arabia Saudita al retirarse de él y reabrir el 
escenario bélico. En la mencionada entrevista carcelaria, Lula recuerda 
que tras aquel acuerdo Obama y Merkel se mostraron nerviosos: “fui como 
el chaval que ha sacado un diez en la escuela, se lo dice a su madre y 
esta da a entender que eso está mal”.
En el mundo de hoy, un tipo
 con carisma que dirige un gran país y que va de por libre es algo que 
produce enorme recelo imperial. Empiezan a ponerse de acuerdo y a 
resolver problemas globales sin nosotros y sin nuestra moneda, ¿y dónde 
iremos a parar? Esas son las coordenadas del encarcelamiento de Lula.
El
 método fue la combinación de la guerra judicial con la manipulación 
informativa de los grandes medios en manos de magnates, dirigida a la 
destrucción del adversario político concreto mediante la judicialización
 de la política. Lo que se conoce bajo el término “Lawfare”.
“Comienza
 con denuncias sin pruebas, continua con campañas de denigramiento 
mediático y obliga a los señalados a interminables justificaciones, 
luego viene la cárcel y las multas, el Lawfare encierra los 
debates políticos en los tribunales de justicia”, señala un manifiesto 
firmado este mes por varios centenares de personalidades de todo el 
mundo. El resultado final de la operación -un cambio de régimen- es el 
mismo que el de los golpes militares latinoamericanos de antaño 
auspiciados o directamente dirigidos desde Estados Unidos.
Gracias al trabajo publicado este verano por el periodista Glenn Greenwald en The Intercept,
 se conocen los pormenores de esta corrupta guerra judicial contra Lula,
 pero el asunto trasciende a Brasil. Los expresidentes de Ecuador y 
Argentina, Rafael Correa y Cristina Kirchner son perseguidos por esta 
combinación bastarda. En África están los casos del mauritano Biram Dah 
Abeid, el candidato a la presidencia de Camerún Maurice Kamto, el ex 
diputado de Gabón Bertrand Zibi, el líder de la oposición camboyana Kem 
Sokha, el dirigente del Frente de Izquierdas de Rusia, Sergei Udaltsov, 
la senadora filipina Leila de Lima e incluso el líder de la izquierda 
francesa, Jean-Luc Mélenchon, objeto de acoso mediático y acusado de 
rebelión. De todo este muestrario, Lula es el más importante desde todos
 los puntos de vista.
(Publicado en Ctxt)
 
 
 
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