El día 3 de febrero se llevarán
a cabo las elecciones presidenciales en El Salvador, donde lo inusual
parece ser su principal característica. Un desgastado Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la cuestionada Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA) dejan al exintegrante del Frente, Nayib
Bukele como el preferido para ocupar la silla presidencial. Todo ello
ocurre en un contexto ciudadano que desconfía del sistema electoral, de
la cooptación arenera de distintos poderes del Estado, así como de las
alianzas políticas que entretejen el camino a la presidencia. Este
artículo pretende retratar, brevemente, las fuerzas políticas en tensión
en la política electoral salvadoreña.
Candidatos y alianzas políticas hacia la presidencia
El FMLN obtuvo su más grande derrota
electoral en 2018, al contar con apenas 23 escaños en una Asamblea
Nacional controlada por ARENA y sus aliados. Esta derrota se extendió a
la mayoría de las alcaldías, incluida la capital de San Salvador. Todo
esto evidenció la debilidad electoral del FMLN frente a una población
que le castigó con su voto o que no fue a votar –apenas un 45% del
padrón ejerció su voto-. Ante ello, el Frente fue sometido a un severo
escrutinio, que concluyó con la elección de Hugo Martínez, exministro de
Relaciones Exteriores del Gobierno de Sánchez Cerén, y Karina Sosa,
como fórmula presidencial[i]. Hugo representa la candidatura que no proviene de la Comisión Política del FMLN[ii] y es cercano al vicepresidente Oscar Ortiz –espacio y líder que representan las fracturas históricas internas del Frente-.
Durante la campaña electoral, Martínez y
Sosa han visitado más de 250 municipios con el objetivo de presentar su
propuesta, “Por un país mejor”. Esta cuenta con seis ámbitos
prioritarios: (i) seguridad, (ii) empleo, (iii) salud, (iv) educación,
(v) personas salvadoreñas en el exterior y, (vi) mujeres -a cargo de la
Vicepresidencia de la República-.[iii]
Además, Martínez dijo apoyar el movimiento social contra la
privatización del agua y comprometió a su posible Gobierno a promover la
declaración del vital líquido como un bien público. De ésta forma, el
FMLN apoya a una base social importante que se aglutinó en 2018 y que
fue responsable de numerosas manifestaciones en el país.[iv]
Por su parte, la Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA) eligió al empresario Carlos Calleja como su
candidato presidencial. Carlos es actualmente el vicepresidente del
Grupo Calleja –la cadena de supermercados más grande de El Salvador-.
Este hecho recientemente ha cobrado mayor importancia ante una
publicación del Banco Mundial que vincula al Grupo Calleja con una
concesión del Estado en el puerto de Acajutla, Sonsonate, a través de
Invenergy Clean Power LLC. El 17,6% del capital de esta empresa proviene
de Calleja S.A.
Esta vinculación entraría en
contradicción con el artículo 152 de la Constitución Política de El
Salvador, el cual prohíbe las candidaturas presidenciales de personas
que “tengan pendientes contratos o concesiones con el Estado para
explotación de riquezas nacionales o de servicios públicos”[v].
En 2014, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia decretó
inconstitucional la candidatura del expresidente Elías Antonio Saca por
el mismo artículo. Por tanto, la candidatura de Calleja sería
inconstitucional.
Sin embargo, este hecho no ha impedido
la actividad electoral de ARENA. Carlos Calleja continúa su campaña
amparado en otros partidos de derecha que conforman la “Alianza por un
Nuevo País”, a saber: Partido Demócrata Cristiano (PDC), Partido de
Concertación Nacional (PCN) y Democracia Salvadoreña.[vi]
Asimismo, entre las principales preocupaciones sobre el regreso de
ARENA a la dirección del Estado, se encuentra el resurgimiento de la
amenaza minera[vii] debido a vinculaciones del Grupo Calleja con Frank Giustra, magnate minero canadiense.[viii]
Nayib Bukele, el candidato favorito en
las encuestas, realizó un acuerdo con la Gran Alianza por la Unidad
Nacional (GANA) –un partido político conformado por una escisión de
ARENA encabezada por el expresidente Elías Antonio Saca-, al no poder
inscribir como partido a Nuevas Ideas y al ver truncada su alianza con
el Partido Cambio Democrático tras su disolución por el Tribunal Supremo
Electoral (TSE).[ix]
El candidato del FMLN lo nombra como parte de la “nueva derecha”,
debido a las vinculaciones de Nayib con personajes de la derecha como
Walter Araujo, y Antonio Saca, y por ser un candidato de un partido de
derecha –aunque que ha sido aliado del FMLN en distintas coyunturas-.
Bukele, por su parte, ha optado por centrar su campaña presidencial en:
(i) crítica de los gobiernos anteriores, (ii) la referencia a su gestión
en San Salvador, con los slogans de “una obra por día” y “el dinero
alcanza cuando nadie lo roba” y[x], (iii) la apelación a un ambiente político, social e institucional que pretende impedir su llegada a la presidencia.
Esto último a raíz de que se lo implicó
en la incitación a intromisión en las instalaciones del TSE tras la
denuncia de un potencial fraude electoral (debido a unos cambios en los
colores de la bandera partidaria). Fue un hecho ampliamente repudiado
mediáticamente, debido al alto costo de la guerra y la conformación de
un sistema supuestamente democrático como el vigente.[xi]
En esa misma línea, durante los primeros días de enero, Bukele llamó a
conformar el “ejército en defensa del voto”. Para ello colocó al menos
un punto de inscripción en las cabeceras departamentales y alcanzó
alrededor de 148.000 voluntarios y voluntarias –lejos de los 200.000 que
pretendía-. Este llamado fue en respuesta a la amenaza de fraude
electoral que, según Nayib, existe en El Salvador. Esta amenaza,
incluso, le ha llevado a comparar la situación del país con Honduras.[xii]
El pasado 13 de enero Bukele presentó el
“Plan Cuscatlán”, documento que sería la base de su gestión. La
presentación fue realizada vía Facebook Live, mientras se desarrollaba
un debate presidencial que contaba, nuevamente, con su ausencia. Según
el candidato, la propuesta fue creada de forma “horizontal”, pues contó
con una amplia participación ciudadana vía internet y mesas
territoriales. Este hecho fue reforzado por analistas que comentaron las
oportunidades que se presentarían para El Salvador con el Plan
Cuscatlán. Entre las propuestas llama la atención la conformación de
grupos de trabajo para la gestión gubernamental y el desarrollo, además
del “Tren del Pacífico”. Este es un megaproyecto que pretende conectar a
El Salvador internamente y con el exterior, sirviendo de contrapeso al
Canal de Panamá –según Bukele-, dada su conexión con Miami.[xiii] De ésta forma, Bukele pretende sacar provecho de la posición geoestratégica de El Salvador.
Cuestionamientos al sistema electoral
El Tribunal Supremo Electoral se
encuentra en medio de una serie de operaciones para el buen desarrollo
de las elecciones presidenciales. Sin embargo, el sábado 5 de enero
ocurrió un incendio en el pabellón 4 del Centro Internacional de Ferias y
Convenciones (CIFCO), donde se encontraba equipo electoral del TSE,
tras el que resultó dañado el 25% del mismo.[xiv] Ante ello, el FMLN exigió la investigación del siniestro a la Fiscalía, tras los cuestionamientos al TSE[xv] por la contratación de una empresa privada para la transmisión de los votos y los errores que ocurrieron en marzo de 2018.[xvi]
A pesar del siniestro, el TSE continúa
los simulacros electorales, se encargará completamente del conteo de
votos y dice estar blindado para ataques cibernéticos, incendios y
apagones en la transmisión de resultados electorales.[xvii]
En ese sentido, llama la atención el clima en el que se llevan a cabo
las discusiones político-electorales: por un lado, Bukele compara el
contexto salvadoreño con Honduras –un Estado dictatorial consumado tras
el Golpe en 2009 y fortalecido en el fraude electoral en 2017-, además
de las criticas provenientes por el FMLN y ARENA en razón de los errores
en las elecciones de 2018; por el otro lado, el TSE actúa en función de
presuntas amenazas que no son claras. Entonces, ¿se anticipa alguna
complicación en el conteo y transmisión de votos por parte del TSE?
¿Cuáles son esas amenazas? ¿Se está creando un ambiente de hostilidad o
propicio a un fraude electoral? Tomando en cuenta la cooptación de ARENA
en el Estado salvadoreño, ¿cuál es el rol del partido tricolor en este
ámbito?
¿Fin del bipartidismo?
Desde 2018 las encuestas apuntan como
vencedor en la primera ronda electoral a Nayib Bukele, de GANA y Nuevas
Ideas. Según la última encuesta publicada, realizada por la firma
Mitofsky, el 57% de los salvadoreños votará por Nayib Bukele, el 31% lo
hará por Carlos Calleja y un 11% votará por Hugo Martínez. Ello daría
paso firme a un Gobierno de GANA en la primera ronda.[xviii]
Frente a ello, Hugo Martínez enfatiza
que la molestia respecto al FMLN ha sido mermada e incluso que distintas
personas que apoyaron a Bukele volvieron al Frente tras que éste se
desenmascarase y pactara una alianza con GANA.[xix] Calleja, por su parte, insiste en que las y los votantes areneros no expresan públicamente su intención de voto por miedo al bullying en un contexto que desconfía profundamente de los partidos tradicionales.[xx]
Con mayor fuerza se posiciona al triunfo
de Bukele como una ruptura con el sistema bipartidista salvadoreño. Sin
embargo, considerando las alianzas de éste con personas que
pertenecieron a ARENA y, también, sujetos ampliamente cuestionados como
Saca, las dudas sobre la ruptura del bipartidismo se amplían. ¿Quiénes
conformarían el Gobierno de Bukele? ¿Qué tan profunda o superficial
sería la ruptura del bipartidismo con el triunfo electoral de Bukele?
Además, con el control por parte de
ARENA de la Asamblea Legislativa y el Poder Judicial, ¿qué capacidad de
gobernanza contará Bukele? O, en un escenario de victoria de GANA, ¿cuál
sería la reacción de ARENA?, ¿activará su cooptación en el sistema
electoral? Por su parte, ¿logrará el FMLN incrementar su voto y
aprovechar su presencia territorial?
Así, las dudas continúan presentes en un
contexto inusual en El Salvador, en el que la exigencia de un cambio se
constituye como la principal demanda hacia las candidaturas
presidenciales.
[i] Presidencia y Vicepresidencia, respectivamente.
[iii] https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Hugo-Martinez-presenta-su-plan-de-gobierno-20181120-0092.html
[iv] https://www.elnuevodiario.com.ni/especiales/475810-salvadorenos-muy-activos-defensa-derecho-agua/
[v] http://contrapunto.com.sv/politica/partidos/banco-mundial-confirma-que-grupo-calleja-es-concesionario-del-estado/8727
[vi] http://www.eldiariodehoy.com/politica/87655/analisis-coaliciones-la-clave-para-ganar-las-elecciones-presidenciales/
[vii] El Salvador es el único país de la región que declaró ilegal la minería. http://contrapunto.com.sv/sociedad/periodismociudadano/el-salvador-primer-pais-de-al-en-prohibir-mineria-metalica/3341
[viii] http://contrapunto.com.sv/sociedad/ambiente/el-posible-retorno-de-arena-y-el-fantasma-de-la-mineria/4966
[x]
La presentación oficial del Programa de Gobierno de Nayib Bukele fue el
domingo 13 de enero vía Facebook live y una cadena televisiva.
[xii] Ver perfil oficial de Facebook de Nayib Bukele, disponible en: https://www.facebook.com/nayibbukele/?ref=br_tf&epa=SEARCH_BOX
[xiv] https://www.lapagina.com.sv/nacionales/pnc-dice-que-corto-circuito-genero-incendio-que-destruyo-equipo-del-tse/
[xvi] https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/462472/tse-demandara-a-la-empresa-smartmatic-tras-fallo-en-elecciones-2018/
[xvii] http://ultimahora.sv/tse-sospechosamente-ya-preve-incendios-y-apagones-durante-el-proceso-electoral/, http://ultimahora.sv/tse-sospechosamente-ya-preve-incendios-y-apagones-durante-el-proceso-electoral/
[xviii] https://www.lapagina.com.sv/nacionales/segun-consulta-mitofsky-salvadorenos-prefieren-a-bukele-para-la-presidencia/
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