David Brooks

▲ Nathan Phillips, activista, veterano de la guerra de Vietnam y 
defensor de los derechos de los indígenas estadunidenses, encabezaba el 
fin de semana una manifestación en el monumento a Lincoln, en 
Washington, cuando fue rodeado por adolescentes blancos que lo encararon
 y se burlaron de sus cantos al grito de: 
construyan el muro.Foto tomada del video difundido por el diario Washington Post
A veces uno cree que el 
deterioro de un país ya tocó fondo, que las cosas han llegado a un nivel
 tan extremo que o hay una rebelión popular para rescatar a todos o ya 
no hay salvación. Esta semana –como en tantas otras– hubo ambas cosas.
Un informe oficial del inspector general del Departamento de Salud 
emitido el pasado jueves reveló que la política de separación de menores
 de edad de sus padres que migraban a Estados Unidos empezó casi un año 
antes (en septiembre de 2017) de lo que el gobierno había dicho, que 
continúan las separaciones aun después de que un juez suspendió esta 
práctica y que afectó a miles más de pequeños (el gobierno antes dijo 
que fueron poco menos de 3 mil) y que 
el número total de niños separados de un padre o tutor por autoridades de inmigración es desconocido.
Poco después, el senador Jeff Merkley divulgó un memorando oficial 
fechado a finales de 2017 que demuestra, acusó, que el gobierno de Trump
 tenía la intención de 
traumatizar a niños y crear intencionalmente una crisis humanitaria en la frontera.
Otro momento: al concluir un acto de activistas indígenas 
estadunidenses en el Monumento a Lincoln, en Washington, fueron rodeados
 por adolescentes blancos, algunos con camisetas de escuelas católicas y
 casi todos con gorras rojas con el lema de Trump, “ Make America great again”
 que habían llegado a Washington a participar en una marcha contra el 
aborto. Empezaron a burlarse del canto tradicional, imitándolo, 
brincando, y de repente empezaron a corear: 
construyan el muro, construyan el muro, en referencia al muro fronterizo de Trump. Uno, con una sonrisa agresiva, se paró directamente frente al reconocido líder indígena Nathan Phillips, quien continuó con su canto tocando su tambor. Todo fue capturado en video.
Con lágrimas, Phillips, del pueblo Omaha, veterano de la guerra de 
Vietnam, ex director de la Alianza de Jóvenes Indígenas, defensor de los
 derechos indígenas de toda la vida, incluida la resistencia histórica 
de Standing Rock, comentó a periodistas que era un momento de gran 
tristeza enfrentar a estos jóvenes, y afirmó que en estas tierras nunca 
hubo muros.
No podría haber expresiones más claras de la vida nacional en el 
régimen de Trump. Pero peor aún es la falta de una respuesta lo 
suficientemente masiva ante cuestiones tan atroces, bárbaras y crueles 
que hacen surgir la pregunta de que si esto es tolerable tal vez ya no 
hay remedio en este país.
Pero, pero, pero… no se puede despreciar el coro feroz de críticas, 
condenas y promesas de acciones judiciales en torno a la noticia sobre 
la separación de niños y, por supuesto, la ira y la denuncia del acto de
 agresión racista de los jóvenes. En otras esquinas continúa la masiva 
huelga de maestros en Los Ángeles, con un maravilloso nivel de apoyo no 
sólo en esa ciudad, sino a través del país, que busca rescatar el 
sistema de educación pública de las garras de los multimillonarios y sus
 políticos que durante los últimos años han intentado controlar, 
privatizar y lucrar con ese sector. Miles participaron en la tercera 
edición de la Marcha de las Mujeres en decenas de ciudades el sábado (a 
pesar del debilitamiento del primer repudio masivo a Trump por 
divisiones internas, para variar).
O sea, hay señales del otro Estados Unidos que podrían ser avisos, 
aún, de un nuevo principio. De hecho, algunos ya tienen listos los 
titulares de un periódico nacional sobre el triunfo de un movimiento multirracial encabezado por mujeres.
Más de 25 mil ejemplares de un Washington Post diferente fueron distribuidos el miércoles en la capital, incluso frente a la Casa Blanca, junto con una versión online,
 la semana pasada, con lo que muchos desean sean las próximas noticias 
en un futuro muy cercano (la edición especial está fechada 1º mayo de 
2019), insistiendo en que “lo de Trump se acabó, si eso quieres”.
Así están las cosas, entre fin y principio.
 
 
 
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