The Guardian / El Diario (España)
| El Gobierno quiere cambiar las normas que permiten a las páginas web evadir la responsabilidad por los anuncios que alojan | 

Polémica
 alrededor de una nueva propuesta de ley para hacer responsables a 
páginas web de anuncios como Backpage de los contenidos publicados por 
sus usuarios
La empresa Oracle, 
que ofrece servicios en la nube, es una de las pocas empresas 
tecnológicas en respaldar un proyecto de ley del Senado para combatir la
 explotación sexual en Internet.
La Stop Enabling Sex Traffickers 
Act de 2017 (ley de detención de la trata de personas con fines 
sexuales) modificaría la Sección 230 de la Communications Decency Act 
(ley de decencia en los medios de comunicación, o CDA, por sus siglas en
 inglés) para hacer responsables a las páginas web que publiquen 
información “diseñada para facilitar la explotación sexual”. Hasta 
ahora, la Sección 230 de la CDA protegía a las empresas de Internet de 
cualquier responsabilidad penal basada en la conducta del usuario.
Presentado
 por el senador republicano Rob Portman, de Ohio, y el demócrata Richard
 Blumenthal, de Connecticut, el proyecto legislativo se ha convertido 
inesperadamente en el centro de un debate sobre libertad de expresión. 
La mayoría de las tecnológicas, entre ellas Google, está presionando 
para que no llegue a convertirse en ley.
El proyecto surge de una 
investigación de dos años del subcomité de seguridad nacional sobre los 
anuncios clasificados de la web Backpage.com. Según el informe
 de la investigación, Backpage.com facilitó a sabiendas la explotación 
sexual de niños en la sección “adultos” de su página web. Lo hizo 
modificando el texto de los anuncios para borrar palabras como 
“violación”, “alerta AMBER”, “niña”, y “lolita” antes de publicarlos 
para así ocultar las verdaderas intenciones del anuncio. Backpage.com no
 quitó esos anuncios ni los denunció ante las autoridades.
“Si 
llega a promulgarse, la ley establecerá cierto grado de responsabilidad 
para los que venden espacios de publicidad interesadamente, pero no 
están listos para ayudar en la lucha contra la explotación sexual”, 
escribió Kenneth Glueck, vicepresidente de Oracle, en una carta a 
Portman y Blumenthal.
En un  artículo de opinión
 publicado el jueves, Portman citó cifras del Centro Nacional para 
Menores Desaparecidos y Explotados: el CyberTipline, como llaman al 
canal que tienen abierto para denuncias cibernéticas, mostró un aumento 
del 846% entre 2010 y 2015 para las denuncias de explotación sexual de 
niños. Según ese Centro, el sitio Backpage.com representa el 73% de las 
denuncias de tráfico de niños hechas por los internautas.
“Increíblemente, las leyes federales protegieron sus prácticas comerciales inescrupulosas”, escribió Portman.
Según
 Portman, las protecciones a empresas previstas por la CDA “no fueron 
previstas para ser aplicadas, y no deberían ser aplicadas, en casos de 
empresas que de manera cómplice facilitan la explotación sexual. Es hora
 de que esta ley de 21 años de antigüedad se ponga al día con el siglo 
XXI”.
Empresas responsables
La industria tecnológica y 
algunos defensores de la libertad de expresión dicen que la ley contra 
la explotación sexual allana el camino para hacer responsables a las 
empresas, de una manera amplia y excesiva, por el contenido generado por
 los usuarios.
En un correo electrónico al que tuvo acceso  the Guardian,
 el consejero de políticas públicas de Google, Stewart Jeffries, 
describió el proyecto como una “legislación controvertida” que socava 
“uno de los estatutos fundamentales para Internet”, en referencia a la 
Sección 230 de la CDA. Jeffries también señaló la labor de Google en la 
lucha contra la trata de personas, en la que se incluye impedir a sitios
 como Backpage.com que hagan publicidad, y crear una herramienta,  Thorn,
 que escanea anuncios para detectar posibles víctimas infantiles, 
desarrollada por sus ingenieros para la organización benéfica dedicada a
 la lucha contra la explotación.
El grupo Internet Association, que representa a gigantes de Silicon Valley como Google, Amazon, Facebook y Twitter, firmó una  carta
 junto a otras patronales dirigida a Portman y Blumenthal. Argumentaban 
que, mientras que “personajes aislados” como Backpage.com deberían 
hacerse responsables, la ley de tráfico sexual “socavaría gravemente una
 protección fundamental para las empresas de Internet legítimas y sería 
contraproducente para los esfuerzos de esas empresas en la lucha contra 
los delitos de trata”.
“La Sección 230 de la CDA es la protección 
legal fundamental de los servicios en línea”, decía la carta. “Sin esta 
protección, esos proveedores de servicios se verán forzados a pecar de 
cautelosos y quitar el contenido generado por los usuarios o afrontar 
una responsabilidad insostenible por el contenido de los usuarios que 
terminaría dañando a la creación de servicios en línea legítimamente 
diversos”.
El portavoz del senador Portman, Kevin Smith, dijo a the Guardian
 que las peticiones de las tecnológicas eran “absurdos e irrisorios”. 
“Hicimos las debidas comprobaciones, nos reunimos con las tecnológicas 
durante meses pero no nos ofrecieron ninguna respuesta constructiva”, 
dijo. “Es triste que se opongan a una ley de dos páginas para ayudar a 
impedir la explotación sexual en Internet de mujeres y niños”.
Para
 la directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres, Taina 
Bien-Aimé, “no se trata de un tema de libertad de expresión sino de un 
asunto penal”. “Internet se ha convertido en una herramienta fácil de 
usar, casi sin riesgo y con grandes ganancias para la actividad ilegal 
de compra y venta de mujeres jóvenes en estado de vulnerabilidad”.
Debido
 a las protecciones que establece la Sección 230, se han rechazado 
varias de las demandas que víctimas de la explotación sexual presentaron
 contra Backpage.com.
El nuevo proyecto de ley tiene 28 
copatrocinadores en el Congreso, tanto de izquierda como de derecha, una
 poco habitual demostración de consenso en Washington.
El mes pasado, unos 50 fiscales de distrito y de otros territorios de EEUU firmaron una  carta
 respaldando la campaña para modificar la CDA de manera que permita 
enjuiciar a las empresas que avalen, faciliten o asistan la explotación 
sexual en Internet.
En los últimos días, el apoyo para el proyecto de ley se intensificó: figuras públicas como la cómica  Amy Schumer y la exembajadora de la ONU Samantha Power pidieron a la gente que respalde el proyecto.
Una
 persona cercana a la discusión entre las tecnológicas y los 
patrocinadores del proyecto en Washington dijo que la pelea era, en 
algunos aspectos, una demostración de la creciente importancia de 
Silicon Valley.
“Hay una cierta dosis de arrogancia en este 
asunto, donde muchos miembros de la comunidad tecnológica se creen 
intocables”, dijo. “Su cuenta de resultados es más importante que 
cualquier otra cosa, incluso más que los intentos lógicos para controlar
 la explotación sexual en Internet”.
Traducido por Francisco de Zarate
 
 
 
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