Por: Ismael Francisco,

Gema, Gerardo y el Che. Foto: Ismael Francisco / Cubadebate
¿Qué historias le contará Gerardo a Gema cuando ella quiera conocer 
sobre el hombre de la foto? Ella seguro querrá saber por qué esa ropa 
extraña, la boina con la estrella y el bebé que carga en sus brazos.
Entonces seguramente le hablará de Argentina, del recorrido por 
países de América del Sur que sembraron en Ernesto Che Guevara la 
sensibilidad inmensa por las dolencias de los más humildes de la Tierra,
 del Yate Granma y los 82 valientes, de la Sierra Maestra y los 
Barbudos, de Santa Clara, de la amistad increíble con Camilo Cienfuegos,
 del amor inigualable por Aleida y sus hijos, y de la indudable lealtad a
 Fidel y a Cuba.
Pero, conociendo al cubano jaranero que resulta ser el padre de Gema,
 también es de suponer que le diga: “Por esa foto, tu papá puede decir 
que un día fue periodista”. Y es que el niño que carga en los brazos el 
Che creció junto a Gerardo Hernández en un barrio de Arroyo Naranjo, en 
La Habana. La entrevista hecha por el entonces estudiante de Relaciones 
Internacionales al joven Ángel Ernesto de la O´Levy fue publicada por el
 diario Granma en 1988.
Gema, desde la inocencia e ingenuidad, tal vez le diga: “Papá, pero 
tú no eres periodista, a ti todos te dicen HÉROE”. Imagino pues que 
Gerardo, con la sonrisa que lo acompaña, dirá sin titubeos: “Hija mía, 
HÉROES son aquellos hombres y mujeres que hacen cosas grandes por otras 
personas, como el Ché. Yo solo he hecho toda mi vida lo que he creído 
justo y humano”.
Los libros de historia serán quizás más explícitos que un papá 
modesto, pero ciertamente Ernesto Guevara fue en su tiempo, y Gerardo 
Hernández es hoy, de esos hombres que parió la humanidad para que 
podamos creer en el mejoramiento humano del que hablaba nuestro José 
Martí. Ellos son de “los imprescindibles” en los versos de Bertolt 
Brecht, y de los necios de Silvio Rodríguez. Necios en los que todo un 
pueblo reconoce líderes, ideas y carisma capaz de convocar a los Hombres
 Nuevos.
Ojalá, contrario a la canción de Silvio, no pase algo que los borre 
de pronto para poder verlos siempre en todos los segundos y en todas las
 visiones de la Cuba por venir…
 
 
 
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