La oposición, EU y el Grupo de Lima condenan el
asesinatodel militar
Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
solicitó a la fiscalía general una investigación sobre la muerte bajo
detención del capitán retirado Rafael Acosta Arévalo, imputado por
magnicidio, y que la oposición, apoyada por Estados Unidos y el Grupo de
Lima, atribuyó a
torturasy
asesinato.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) informó ayer que Acosta
Arévalo falleció en el Hospital Militar Vicente Salas. Precisó que
sufrió un desmayo luego de ser interrogado el viernes pasado por el juez
militar tercero de control del circuito judicial penal, con sede en
Fuerte Tiuna, Caracas.
Acosta Arévalo, quien fue detenido el 21 de junio por fuerzas de
seguridad, fue presentado el viernes en el tribunal militar tercero de
control en un deplorable estado de salud, aseguró Alonso Medina Roa, del
equipo de defensa del militar.
Medina Roa, quien citó a un testigo a quien no quiso identificar,
indicó a Ap que su cliente fue llevado al tribunal en una silla de
ruedas porque no podía sostenerse en pie, debido a los intensos dolores,
con abundantes escoriaciones en el cuerpo, las uñas con restos de
sangre y los ojos morados.
Debido a la delicada condición de salud del oficial el juez ordenó
trasladarlo a un hospital del Fuerte Tiuna, la mayor instalación militar
del país, donde falleció la madrugada del sábado, afirmó Media Roa.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, destacó que Acosta Arévalo
permanecía bajo investigación penal militar por su implicación en
actos terroristas, sedición y magnicidio en grado de frustración, delitos relacionados con planes golpistas recientemente desarticulados por las autoridades.
Padrino indicó que se le practicará la autopsia de ley para
determinar la causa de la muerte, y también destacó que Maduro, en su
calidad de comandante en jefe de la FANB, solicitó al Poder Judicial y
demás organismos competentes
iniciar una profunda investigación para determinar las circunstancias en las cuales se produjo el deceso.
El jefe de Estado, presidente Nicolás Maduro, ha solicitado al fiscal general de la República, Tarek William Saab, una completa y exhaustiva investigación para esclarecer este lamentable suceso, tuiteó el ministro de la Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.
Refirió que Acosta Arévalo fue presentado ante los tribunales por su
presunta participación en el intento de asesinato de Maduro, su esposa
Cilia Flores y otros importantes funcionarios, entre ellos Diosdado
Cabello, denunciado recientemente por el gobierno, que tenía como
intención ejecutarse la última semana de junio.
El pasado miércoles, Rodríguez presentó un video en el que el capitán
de corbeta retirado explica la logística para asaltar las bóvedas del
Banco Central de Venezuela.
Saab, por su parte, tuiteó que se designó a una fiscal con competencia en derechos humanos
para adelantar todas las diligencias correspondientes que permitan determinar las causas de este deceso.
Juan Guaidó, líder de la Asamblea Nacional y quien se proclamó
presidente encargadoen enero pasado, aseveró que Acosta Arévalo pereció tras ser
torturado salvaje y brutalmente, y dijo que informó del suceso a la comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Venezuela.
Sostuvo que elevará la
denuncia a gobiernos y especialmente a alta comisionada Michelle Bachelet, quien recientemente estuvo en el país en visita oficial.
El asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, tuiteó:
denunciamos la muerte sin sentido del capitán Acosta Arévalo a manos del régimen de Maduro. La agencia de contrainteligencia militar de Venezuela es responsable de su tortura y muerte, junto con sus mentes cubanas.
El Grupo de Lima, formado por 14 países de América críticos de Maduro, repudió en un comunicado
el asesinatode Acosta Arévalo, y exhortó
a la comunidad internacional, en especial a la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a actuar sin dilación, sumándose a un pedido del Parlamento local, de mayoría opositora.
Xinhua, Prensa Latina, Afp y Ap
Periódico La Jornada
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