Paraguay
“De
 acuerdo con las disposiciones del artículo XIII [6], Paraguay, que 
consume alrededor un 5% por su parte de la energía producida a Itaipú, 
se encuentra inmediatamente perjudicado: se obliga casi a vender el 
excedente de alrededor de un 95% a Brasil al precio de coste”. 
Cécile Lamarque.
“La mayor hidroeléctrica del mundo en producción de energía”,
 es el eslogan de la página correspondiente a esta empresa de carácter 
binacional creada por el tratado del año de 1973 entre Paraguay y 
Brasil, cerca de la frontera con la Argentina. Produce, según informan “Itaipu
 Binacional es líder mundial en la producción de energía limpia y 
renovable, habiendo producido más de 2,6 billones de MWh desde el inicio
 de su operación, en 1984. Con 20 unidades generadoras y 14.000 MW de 
potencia instalada, suministra alrededor del 15% de la energía consumida
 en Brasil y el 90% de la utilizada en Paraguay”.
“En 2018,
 la generación de energía fue de 96.585.596 Megavatios-hora (9,6 
millones de MWh), su cuarta mejor marca histórica. En 2016, Itaipú 
produjo un total de 103.098.366 MWh (103 millones de MWh), un nuevo 
récord mundial en generación anual. Su mayor producción anterior fue 
establecida en 2013, con 98.630.035 MWh.”
Es, en consecuencia,
 y de acuerdo al tratado en un 50 por ciento para ambas naciones, la 
principal potencia de Paraguay. Significa para Paraguay la formidable y 
concreta posibilidad de despegue industrial, salir del subdesarrollo y 
dependencia.
Precisamente ese es el dilema actual que enfrenta la nación paraguaya frente al denominado Sub-imperio suramericano, Brasil.
Actualmente
 se ha desatado una enorme controversia al ponerse a luz un nuevo 
tratado alcanzado bajo la oscuridad y el secretismo infame hacia el 
pueblo, único dueño de tal bien público paraguayo.
Desde el mismo 
momento de su primer tratado bajo la cruel y despiadada dictadura 
stronista de los años 1970 corrió mucha sangre, sudor, represión 
inmisericorde y pobreza creciente y lo más inaudito: ¡Sin luz!
Los
 barrios pobres y marginados de Asunción, capital del Paraguay, pagan la
 luz eléctrica más cara y deficiente, los cortes son frecuentes y 
prolongados. En el interior, en el campo, los campesinos no gozan de 
esta necesidad humana. La industria no se desarrolla. Los componentes 
ejecutivos de la empresa binacional, amigos, parientes y amantes de los 
políticos, como es de público y desvergonzado conocimiento, alcanzan los
 mejores salarios.
Ahora, el episodio desatado por consecuencia 
del conocimiento desventajoso del nuevo y reciente acuerdo entre ambos 
presidentes conlleva un incierto final, pero para el pueblo implica 
imperiosamente detener a la bestia depredadora suramericana, Brasil, 
porque compromete su presente y futuro promisorio.
Según el diario ABC color de Paraguay, el senador Jorge Querey (Frente Guasú) dijo que “El Presidente debe deshacer este acuerdo para evitar una agitación en el país que podría derivar a un juicio político”. Ignoramos
 cuánto de verdad podría darse en esta manifestación, pues podría ser un
 canto de sirena y terminar en el famoso “opá reí” (termina sin 
resultado).
Y lo más preocupante es lo rematado por el senador 
“El Presidente debe deshacer el acuerdo. Deben encontrar la vía por la 
cual deshacer este acuerdo. Ese documento solo firman dos embajadores y 
no tiene validez jurídica, salvo que exista otro documento oculto que no
 están queriendo mostrar”.
Por último, manifestó el legislador “Vamos
 a llevar a una votación, y allí vamos a ver quién está a favor de una 
entrega desvergonzada de un patrimonio nacional importante que puede 
marcar nuestro desarrollo por los próximos 40 años. La ciudadanía se 
está movilizando, y esto va a crear una agitación que si el Presidente 
de la República no controla, sí configuraría razones para un juicio 
político”.
Otro periódico-UH- publica que “El ex titular de la
 ANDE, renunciante, por cierto, Pedro Ferreira, confirmó –durante una 
reciente charla que brindó– que “hubo mucha presión por parte de 
Eletrobras para la suscripción del acuerdo entre Paraguay y Brasil, que 
fija la compra de potencia de la Itaipú para los próximos años” Petrobras es la empresa brasileña.
Es
 la vuelta de los imbéciles incorregibles que cabalgan Nuestra América 
desperdigando penurias e infortunios a la otrora gran nación paraguaya. Y
 de este modo el grito profundo de los pueblos humillados resuena 
actual: “¡Sólo el pueblo salvará al pueblo, Karajo”
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
 
 
 
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