En
estos tiempos de dictadura de la coyuntura, afloran los expertos
sabelotodo. Sin embargo, la mayoría de ellos no aprobaría el más mínimo
test de conocimiento del objeto en cuestión. Con salvadas excepciones,
de aquellos que escriben o hablan sobre Venezuela, ninguno tiene la más
remota idea si Lara es una ciudad o un Estado, y mucho menos dónde queda
geográficamente. O sea, falta un poco de base para aventurarse a dar
lecciones.
En aras de
subsanar ciertos errores de bulto que condicionan los análisis y
comentarios, si me lo permiten, he aquí algunos datos “desconocidos”
para contribuir a la mejor salud del debate global sobre Venezuela:
1.
Juan Guaidó fue electo por el mismo órgano electoral con el cual se
eligió al Presidente Maduro. Guaidó obtuvo 97.492 votos en Estado de
Vargas en el año 2015.
2.
La Organización de los Estados Americanos no ha reconocido a Guaidó como
presidente de nada. Lo ha hecho su secretario general por su cuenta y
riesgo, pero no sus estados miembros como bloque. Naciones Unidas
tampoco ha reconocido a Guaidó; y así lo ha dejado saber claramente en
una carta publicada por su secretario general António Guterres, que dio
su visto bueno a dar ayudar humanitaria en tanto fuera solicitado por el
actual gobierno. El Papa Francisco tampoco se sumó a lo propuesto por
Trump sobre Guaidó ante una pregunta explicita por una periodista en el
vuelo de vuelta de Panamá. Países de cierta importancia geopolítica,
tales como China, Rusia, Turquía, Irán, México y Sudáfrica, tampoco
validan la opción de otro presidente que no sea Maduro. No todos los
países de la Unión Europea (UE) se suman al desconocimiento de Maduro.
Hasta el momento no lo han hecho Italia, Grecia, Rumanía, Irlanda,
Bulgaria, Chipre, Malta y Eslovaquia. Otro dato: la jefa de la
diplomacia europea, la italiana Federica Mogherini ha aceptado estar en
Montevideo el próximo 7 de febrero para iniciar el diálogo en el seno
del grupo de contacto internacional sobre Venezuela. Por su parte, el
Parlasur, el parlamento del Mercosur, tampoco ha considerado de ninguna
manera la existencia de otro Presidente que no sea Maduro.
3.
Con reservas probadas, Venezuela es el octavo país del mundo con mayor
cantidad de reservas de gas; el primero en petróleo; en oro, el valor
sus reservas supera el PIB de Chile o Dinamarca; en hierro, el valor
supera al PIB de México o España; en diamantes, la cifra es mayor al PIB
de Paraguay o Bolivia; y para colmo, recientemente se ha demostrado que
hay mucho coltán en su territorio.
4.
En términos de propiedad, el 98,5% de las empresas constituidas en
Venezuela son privadas; 0,5% son mixtas y 1% completamente públicas. Y
otro dato: el 80% de los medios de comunicación en Venezuela son
privados.
5. Según un
artículo en el New York Times, de acuerdo con los estimados del gobierno
de Trump, las nuevas sanciones le costarán a la economía venezolana
11.000 millones de dólares en ingresos perdidos del petróleo. Y esto se
suma a los efectos ya consumados de decretos previos. El primero fue el
de Obama, aprobado el 9 de marzo de 2015, donde se anunciaron las
primeras sanciones contra Venezuela en base al "riesgo extraordinario"
para la seguridad de EE.UU. Luego vinieron muchos más, ya con la
administración Trump en marcha.
6.
En el siglo XXI, Venezuela ha diversificado sus relaciones económicas y
política. Y China se convierte en uno de sus principales socios. Por
ejemplo, Venezuela representa el 40% de la financiación que Pekín
concede a toda América Latina. Rusia y Turquía también son claves en
estas nuevas alianzas.
7. A
veces se nos olvida que Venezuela tiene frontera con Estados Unidos
regulado por el Tratado de Límites marítimos de 1978, que fija los
límites marítimos entre las islas de Venezuela en el Mar Caribe y los
territorios dependientes de Estados Unidos (Puerto Rico e Islas
Vírgenes).
Son algunos
elementos significativos que debemos considerar a la hora de enjuiciar
lo que está pasando sobre Venezuela. A partir de ahí, hacer análisis
hacia delante se convierte en un ejercicio altamente complejo. Lo único
cierto es que cada vez que Estados Unidos habla de ayuda humanitaria, la
cosa no termina bien. Ojalá esta vez todo se quede en la misma guerra
que Trump declaró contra Corea del Norte, en el muro que jamás se pudo
construir en la frontera mexicana. Veremos.
- Alfredo Serrano Mancilla, Director Celag.
https://www.alainet.org/es/articulo/198023
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