Alainet
John Ging, director de Operaciones de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA)
 instó la tercera semana de febrero a la comunidad internacional a no 
olvidarse de las crisis devastadoras que afectan a diversos países de 
América Latina y el Caribe.
Estas declaraciones integran el 
balance final de la visita que realizó los últimos días a Colombia, 
Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Haití. El alto funcionario
 internacional se mostró impresionado por las penurias que padecen 
millones de personas en esa región.
Recordó que Colombia tiene en 
la actualidad 7 millones de desplazados producto de la guerra, lo que la
 convierte en la segunda nación a escala planetaria con mayor número de 
migrantes internos. La comunidad internacional no puede ignorar a esas 
personas que viven en extrema pobreza, afirmó.
Aunque reina un 
cierto optimismo en la comunidad internacional por los importantes 
avances del proceso de paz que impulsan el Gobierno colombiano y las 
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ging alertó a no 
subestimar la magnitud de los problemas humanitarios que enfrenta el 
país. En Colombia, añadió, más de medio millón de personas han sido 
afectadas por El Niño, y no menos de 5.000 mujeres embarazadas han 
contraído el virus de Zika.
Con relación a los efectos de El Niño 
en Centroamérica, afirmó que ha afectado a más de 4,2 millones de 
personas y que se percibe una malnutrición crónica en el 48% de la 
población rural.
Hechos que sacuden a países centroamericanos 
donde ya hay más de 80 millones de personas que viven en pobreza extrema
 y donde la violencia es una constante. El Salvador y Guatemala exhiben 
las tasas de homicidios más altas del mundo entre países que no 
protagonizan una confrontación armada. “También nos preocupa la 
situación de decenas de miles menores no acompañados que han sido 
víctimas de traficantes en sus esfuerzos por emigrar a Estados Unidos”, 
enfatizó.
Con relación a Haití, Ging apuntó que a seis años del 
devastador terremoto, unas 60.000 personas continúan viviendo en 37 
campamentos de desplazados y advirtió que con 37.000 casos de cólera 
reportados el año pasado, se corre el riesgo de que la situación empeore
 si no se refuerzan las medidas de control
Ging subrayó la 
necesidad de que la comunidad de donantes no olvide las crisis que 
atraviesan los países latinoamericanos. En momentos en que el foco de 
atención de la comunidad de donantes está concentrado, prácticamente en 
forma total, en los dramáticos conflictos de Medio Oriente.
Casi 
en paralelo al llamado de la OCHA, la Organización Meteorológica Mundial
 (OMM) afirmó el jueves 18 de febrero que el episodio 2015-2016 de El 
Niño superó ya su punto máximo. Sin embargo advirtió que continuará 
influyendo en el clima mundial. La institución onusiana aclaró que se 
espera que el fenómeno se debilite en los meses venideros.
Según 
la agencia de la ONU, las temperaturas de la superficie del mar en la 
parte oriental y central del Océano Pacífico estuvieron 2 grados Celsius
 por encima del promedio durante el fin del año, dato que apoya las 
evidencias de que el evento es uno de los más severos que se hayan 
registrado.
Petteri Taalas , Secretario General de la OMM, indicó 
que aún es prematuro asegurar que éste haya sido el episodio más severo 
de la historia, aunque afirmó que el mundo estuvo mejor preparado que 
nunca para resistirlo.
“Las investigaciones científicas realizadas
 permitirán mejorar nuestro entendimiento de este fenómeno y sus 
interrelaciones con el cambio climático producido por el ser humano”, 
dijo Taalas.
Sergio Ferrari, desde las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza.
 

 
 
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