Democracy Now!
Nadie discute que fue 
el ejército estadounidense el que en la madrugada del sábado 3 de 
octubre llevó a cabo el ataque aéreo contra un hospital de la ciudad de 
Kunduz, en Afganistán. El ataque contra el centro asistencial de Médicos
 Sin Fronteras, el Centro de Trauma de Kunduz, fue devastador y provocó 
la muerte de al menos 30 personas. Los pacientes de la única unidad de 
cuidados intensivos de la región murieron incinerados en sus camas. 
Integrantes del equipo médico perdieron la vida a causa de bombas de 
metralla que les arrancaron las extremidades. Al menos una persona fue 
decapitada por el impacto. Mientras la gente huía del edificio en 
llamas, el helicóptero de combate aéreo AC-130 de Estados Unidos los 
masacraba desde el aire con armas automáticas. Médicos y otros 
integrantes del personal hospitalario recibieron disparos cuando corrían
 hacia otro sector del complejo intentando ponerse a salvo.
 

 
 
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