Estimado Presidente:
 Antes de todo, enhorabuena por la hermosa y democrática victoria, que 
le lleva, con toda justicia, a la Presidencia de Argentina. Usted la 
conquistó con todos los méritos y con absoluta legitimidad. Pude 
compartir con el pueblo argentino, por las calles céntricas de Buenos 
Aires y en la Plaza de Mayo, esa bella fiesta democrática, que muestra 
una victoria del pueblo, de Argentina, de la democracia. 
 Usted 
reúne las mejores condiciones para sacar al país de la dramática 
situación que tan bien resumió en su discurso en el Congreso Nacional. 
Fueron años no sólo de desprecio hacia los intereses de Argentina, sino 
también con los intereses del pueblo, años de mentiras y de falta de 
soberanía e independencia del país. 
 Su victoria y este comienzo
 de gobierno significan un momento de viraje en Argentina y en América 
Latina. Confirman lo que tantos decíamos: que el neoliberalismo no tiene
 mucho recorrido, porque representa a sectores minoritarios de la 
población, los que viven de la especulación financiera. Porque no tiene 
políticas sociales, no tiene capacidad de conquista de bases populares 
de apoyo, quedando así rápidamente reducido al apoyo de los bancos 
privados y de sus portavoces en los medios de comunicación. 
 
Pero le escribo sobretodo para pedirle perdón porque la persona que 
ocupa hoy la presidencia de Brasil, elegido como resultado de una 
monstruosa manipulación de fake news  propagadas por millones de 
robots, no vino a su toma de posesión, aparte de manifestar opiniones 
ofensivas hacia usted, Cristina y la voluntad soberana del pueblo 
argentino. Le pedimos perdón, por no haber sido capaces, víctimas que 
fuimos de una guerra híbrida, de impedir que tal personaje asaltara el 
gobierno y pronunciara tales palabras en contra de ustedes y del hermano
 pueblo argentino. 
 Le prometemos que lucharemos con todas 
nuestras fuerzas para revertir esa situación y el primer resultado 
concreto ha sido justamente la libertad de Lula. Le agradecemos también 
haber venido a visitar a Lula, antes incluso de que se hubiese celebrado
 la PASO, así como las reiteradas expresiones de cariño y solidaridad 
que ha mostrado hacia Lula. 
 Prometemos sumarnos al camino que 
usted reabre para Argentina y para América Latina, seguramente bajo el 
liderazgo del mejor de los brasileños, del mejor Presidente que jamás 
hemos tenido, de Lula. De ello depende la recuperación de un nuevo ciclo
 de superación -esperemos que definitiva– del neoliberalismo en todo el 
continente. 
 Después de haber vivido tantas circunstancias, de 
alegría y de tristeza, junto al pueblo argentino, esta semana pude 
sentir que a hermandad que tenemos, brasileños y argentinos, es más 
estrecha hoy que nunca. Que el camino abierto por el abrazo fraterno de 
Lula y de Néstor, ha representando un viraje en la vida de nuestros 
países y de nuestros pueblos, superando definitivamente la política que 
siempre intentaba enfrentarnos a unos contra otros. Usted estaba ahí y 
seguramente va a recuperar aquel abrazo entre Néstor y Lula. 
 
Esperamos poder recibirlo en Brasil, ahora mismo, en caso de que decida 
venir, con todo el cariño y la simpatía que sabemos mostrar a las 
personas que respetamos y que admiramos. Venga, Presidente, le 
recibiremos, junto con Lula, para un nuevo y gran abrazo entre nuestros 
países y nuestros pueblos. 
 Por ahora, arriba Presidente, arriba
 Argentina, estamos todos con ustedes, con todo nuestro apoyo, nuestra 
solidaridad, nuestra hinchada, nuestro abrazo y nuestro cariño, querido 
Presidente. 
 Un gran abrazo. 
 Emir 

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