El acoso
El casus belli de Washington es el
petróleo y la riqueza de nuestro país, afirma
El pueblo está
moralmente preparado para dar respuesta contundente a una agresión
Su gobierno sabía del show montado por la derecha para
derrocarlo
Afirma que en su país no se violan los derechos humanos ni
hay presos políticos
Las personas encarceladas cometieron delitos
graves
Destaca los avances en materia social, económica y política de
la población
Confía en el apoyo de México y otros países para buscar
una solución por la vía del diálogo

▲ Partidarios del presidente Nicolás Maduro recolectan firmas en la
plaza Bolívar, en Caracas, para exigir al gobierno de Estados Unidos que
ponga alto a las amenazas de intervención en Venezuela.Foto Xinhua
Caracas. En la peor crisis desde que asumió la
presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro
considera que el intento de la derecha de formar un gobierno paralelo en
su país es expresión del conflicto entre la independencia y la
soberanía de Venezuela y la intención imperial estadunidense de
recolonizar esa nación.
En entrevista exclusiva con La Jornada, el mandatario
bolivariano rechaza que Venezuela sea una dictadura, se violen los
derechos humanos o exista una crisis humanitaria. Según él, los
políticos que hoy están presos son los organizadores de un golpe de
Estado violento, que asesinaron, quemaron vivas a muchas personas y
destruyeron propiedades. La inmensa mayoría de los medios de
comunicación –asegura– están en manos privadas, en su mayoría
opositoras. Y la llamada
crisis humanitariaes un show montado por el Comando Sur para justificar una intervención militar.
Presente en la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López
Obrador, el mandatario venezolano cuenta que no asistió a la ceremonia
de investidura en la Cámara de Diputados para evitar una agresión en su
contra que habría tapado el carácter histórico del triunfo del político
mexicano.
Nicolás Maduro asegura que, en caso de que Estados Unidos apueste por
intervenir militarmente su país, se creará en América Latina un nuevo
Vietnam. Venezuela está moralmente lista para responder la agresión. Su
ejército está unido y aliado al pueblo. Las agresiones de Trump –dice–
buscan apropiarse del petróleo venezolano.
Esta es la versión completa de la entrevista con Maduro, que La Jornada le hizo en el Palacio de Miraflores el pasado 5 de febrero.
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▲ Nicolás Maduro durante un acto en el que aprobó destinar 20 millones
de bolívares para la reparación de unidades de transporte público.
Foto Presidencia Venezuela
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–Presidente, el día de hoy se dio a conocer que usted envió una carta
al papa Francisco proponiéndole que jugara un papel en la mediación del
conflicto. ¿Podemos saber qué más le decía en esa carta?
–Primero le daba las gracias por sus oraciones permanentes para que
haya paz en Venezuela y le pedía que nos ayudara en la facilitación para
un diálogo nacional. Ya el Vaticano nos ayudó en una fase en el año
2016. Quiere decir que conoce bien el terreno aquí, en Venezuela. Creo
que la autoridad moral del Papa puede ayudar mucho para un diálogo que
sea constructivo, de agenda abierta. Espero su respuesta pronto.
–Sin embargo, la Asamblea Nacional dijo que rechaza
todo diálogo o grupo de contacto que alargue el sufrimiento del pueblo. O sea, descalifica cualquier posibilidad de diálogo.
–Sí, la derecha venezolana golpista ha rechazado los mecanismos de
diálogo que la comunidad internacional está ventilando. Hace dos días el
gobierno de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump, ya había
dicho: no al diálogo. Y ayer, el cártel de Lima, este grupo de
gobiernos intolerantes de derecha, dijo también no al diálogo. Es una
posición irracional, insensata. Es una posición antinatura, porque lo
natural en la política es el diálogo, la palabra, la conversación.
“Yo insisto: sí al diálogo, sí al diálogo y sí al diálogo. Y más
temprano que tarde, con la ayuda del gobierno de México, de Uruguay, de
los 14 gobiernos del Caribe en el Caricom, de Bolivia, del grupo de
contacto de la Unión Europea –y ojalá también del Vaticano– vamos a
sentarnos en una mesa de diálogo. Estoy seguro que así será.”
La actitud de México, diplomáticamente correcta
–¿Qué opinión le merece la actitud y la posición del gobierno mexicano?
–El gobierno mexicano ha tenido una actitud diplomáticamente
correcta, que es respetar a Venezuela, no inmiscuirse en sus asuntos
internos. Y, a decir del presidente López Obrador, ha rescatado el
espíritu de la Constitución mexicana y la tradición diplomática
mexicana, tan admirada en el mundo, de no intervencionismo, de diálogo.
Creo que está jugando un gran papel en este momento histórico
–Usted fue a la toma de posesión del presidente López Obrador, pero
no llegó a la ceremonia en el Congreso, sino a la comida. ¿Por qué fue
eso?
–Eso fue ex profeso. Nosotros sabíamos que la derecha tenía preparado un show
para agredirme, físicamente incluso, y que la noticia fuera la agresión
física a Maduro. Y si algo así hubiera sucedido, yo habría reaccionado,
porque soy un hombre de pueblo. Si alguien me agrede físicamente le voy
a responder, no me importa el apellido y el pelucón (el fifí) ni que sea de la derecha. No me importa. Te lo digo, yo tengo sangre del Caribe y querían un show
para tapar el carácter histórico del cambio que ha empezado en México
con el presidente López Obrador. Y como yo no caigo en provocaciones ni
creo provocaciones, sencillamente decidí ir al palacio presidencial de
manera directa a saludar al presidente López Obrador.
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La revolución bolivariana, por mandato del comandante Chávez, nos dio la consigna: comuna o nada, manifestó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante
la entrevista con La Jornada, realizada por Luis Hernández Navarro en Caracas.
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Me llevé una gran sorpresa en el Zócalo. Miles de personas nos recibieron con cantos, con consignas, con afiches, con saludos. Creo que toda la campaña que se hizo contra nosotros con motivo de la toma de posesión se les revirtió. Se generó un interés y una simpatía del pueblo mexicano que agradecemos.
–Como justificación de la ofensiva en su contra se asegura que en
Venezuela se violan los derechos humanos, que se persigue a la gente,
que hay presos políticos, que no hay libertad de opinión. Hay informes
de distintos organismos de derechos humanos internacionales que
documentan algunos de estos señalamientos. ¿Es eso cierto?
–En 20 años de revolución nosotros hemos sido víctimas de una
agresión permanente por parte de Estados Unidos y sus aliados
oligárquicos internos. En lo particular, en mis seis años del primer
gobierno, yo he sido víctima de varios intentos violentos para llevar al
país a una guerra civil y para derrocar al gobierno. Uno de ellos fue
en 2014. Otro fue en 2017, con las llamadas guarimbas (bloqueos
violentos de las vías de comunicación). He sufrido varios atentados. El
4 de agosto de 2018 perpetraron un atentado directo en mi contra con
drones.
“La justicia venezolana ha actuado. Están detenidos los responsables
del asesinato de varias personas, de la violencia, de la destrucción
física de ciudades. Están detenidos los responsables directos del
intento de asesinarme con drones. Pero Estados Unidos y su manipulación
mundial dicen que los responsables directos de delitos violentos que
están procesados por la justicia y que están detenidos son presos
políticos. La verdad es que son individuos que han cometido delitos
contra las personas, contra la propiedad, que han tratado de derrocar al
gobierno legítimo.
De todas maneras, aquí en Venezuela existe una Comisión de la Verdad y la Justicia que tiene la investigación de todos estos delitos, de toda esta situación. Recientemente esa comisión emitió un conjunto de decisiones, de órdenes y a algunas de estas personas involucradas en estos delitos se les dieron beneficios procesales. Están en libertad. Quizás los que se encuentran todavía detenidos son los que han cometido delitos de homicidio, han quemado personas vivas. Quizás los responsables de delitos más graves son los que se mantienen aún en las manos de la justicia.
–Se señala también que Venezuela es una dictadura, que no hay
libertades, que la prensa está controlada por el Estado. ¿Es eso verdad?
–Yo te puedo dar varios datos de las amplias libertades que hay en
Venezuela. Primero, la situación de las televisoras nacionales. Setenta y
cinco por ciento son privadas, y te podría decir que todas las
televisoras privadas del país son opositoras. De la prensa escrita, 80
por ciento de las publicaciones nacionales y regionales son privadas, y
te podría decir que todas son opositoras. Más de 70 por cierto de las
radios del país están en manos privadas, y todas son opositoras.
“Las redes sociales son controladas a escala internacional. En
Venezuela existe Twitter, Instagram, Youtube, Facebook, WhatsApp. Todo
el mundo las usa. Y te puedo decir que 80 por ciento de la publicidad y
de la información que corre de manera directa en todas las redes
sociales son abierta y totalmente opositoras. Son datos que es bueno
precisar.
“Decir que Venezuela es una dictadura es una ofensa al pueblo
venezolano. Venezuela tiene un nivel educativo, cultural y la madurez
democrática suficiente. Solamente basta con pasearse por cualquier
pueblo o ciudad y ver el debate permanente que hay sobre Venezuela. En
todo caso, la acusación de dictadura forma parte del guion que el
imperio estadunidense ha utilizado siempre para etiquetar, estigmatizar a
los países independientes, a los gobiernos que no le obedecemos. Les
sirve para justificar cualquier cosa. Porque si en Venezuela, como dicen
ellos, hay una dictadura, entonces es posible cualquier cosa: un golpe
de Estado, un magnicidio, una invasión.
Simplemente, la acusación de que Venezuela es una dictadura forma parte de los falsos estigmas con los que han tratado de etiquetar a la revolución bolivariana.
La crisis humanitaria, una farsa
–Se dice que en Venezuela hay una crisis humanitaria de
grandes proporciones, que hay hambre, que hay desabasto de medicinas,
que la migración de venezolanos, no sólo hacia España o a Miami, sino a
multitud de países de América Latina, es una hemorragia imparable. ¿Es
verdad que existe esa crisis humanitaria?
–La crisis humanitaria es una farsa. Venezuela tiene problemas, como
cualquier otro país. Es más, en algunos casos no tenemos algunos
problemas que tienen países donde gobierna el neoliberalismo. Pero todo
el montaje de la crisis humanitaria viene del Comando Sur de Estados
Unidos desde el año 2014.
“¿Para qué endilgarnos una crisis humanitaria fabricada a nivel
mediático? Para justificar una ‘intervención humanitaria’, entre
comillas.
“Venezuela tiene altos índices en materia de empleo. El año pasado
volvimos a cerrar con 6 por ciento de desempleo. Sesenta por ciento del
empleo en Venezuela es de carácter formal, protegido, hemos avanzado.
Venezuela tiene un sistema de seguridad social que protege al ciento por
ciento de sus pensionados. Venezuela tiene por encima de 90 por ciento
de escolaridad de educación inicial, básica, secundaria, universitaria.
Ochenta por ciento de nuestra educación global es pública, gratuita, de
calidad.
Venezuela tiene un programa llamado CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que llega a 6 millones de hogares, 24 millones de venezolanos. El alimento es permanente y, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, tenemos altísimos niveles de nutrición. Venezuela tiene un programa llamado Barrio Adentro en Salud, que lleva 30 mil médicos a las comunidades. Tú en tu barrio, en tu comunidad, tienes un médico, tienes acceso a la medicina. En los tres años recientes, por las sanciones, hemos tenido problemas para importar alimentos, para importar medicinas. Sí, los hemos tenido, y ya lo estamos resolviendo efectivamente. Pero una crisis humanitaria no ha existido ni va a existir en Venezuela.
Donald Trump está obsesionado con Venezuela
–Usted ha denunciado que detrás del intento de imponer a
un pre-sidente encargado está la mano de Estados Unidos. ¿Por qué dice
eso? ¿Qué evidencias tiene?
–Bueno, porque la actitud del gobierno de Estados Unidos de llamar al
derrocamiento del gobierno constitucional que yo presido es abierta y
vulgar. Lo es, sobre todo, desde que llegaron los extremistas de Donald
Trump a la Casa Blanca. Ha sido una etapa de confrontación total, de
sanciones, de persecución financiera, de llamados a un golpe de Estado
militar, de conspiración directa en la embajada gringa en Venezuela.
“Donald Trump está obsesionado con Venezuela. Su equipo se hace llamar el equipo Venezuela. John Bolton, consejero de Seguridad; Mike Pompeo, secretario de Estado, y Mike Pence, vicepresidente, se hacen llamar el equipo Venezuela. Todos los días tuitean, escriben, declaran, llamando al golpe de Estado abierto.
“No es que ellos lo disimulen. Recientemente, The Wall Street Journal
publicó la información de cómo se gestó todo este tema de tratar de
imponer un gobierno paralelo, un gobierno falso. Y se gestó en
Washington, se financió en Washington, se impuso desde Washington.
“Desde meses antes, en septiembre, The New York Times y The Washington Post
sacaron las evidencias de la participación del gobierno de Estados
Unidos, directamente de la Casa Blanca, en un intento de golpe militar
en los meses de marzo y abril, que nosotros neutralizamos y derrotamos.
Ellos dieron datos de quién conspiró, quién pagó, dónde pagó. Esos
testimonios y declaraciones son suficientes elementos de prueba de la
obsesión imperialista que tienen.
“El domingo pasado Donald Trump nos amenazó una vez más con una
invasión, con mandar al ejército de Estados Unidos a tomar Venezuela. Y
yo he venido preguntando: ¿cuál es el casus belli (motivo de
guerra)? Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos. Venezuela no
tiene armas de destrucción masiva apuntando a Estados Unidos. No, su casus belli
es el petróleo venezolano, la riqueza de Venezuela. Y que, en 20 años,
no han podido derrotar la revolución bolivariana por ninguna vía. Ni por
la vía electoral, ni por la vía política, diplomática, ni por golpe de
Estado.
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La actitud del gobierno de Estados Unidos de llamar al derrocamiento del gobierno constitucional que yo presido es abierta y vulgar, sostiene Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, en entrevista con La Jornada.Foto Afp
Yo creo que el gobierno de Estados Unidos está entrando en una fase de mucha desesperación y se va haciendo cada vez más peligroso. Así que es muy importante la conciencia solidaria del mundo, de la gente que quiere paz, de la gente que quiere detener un nuevo Vietnam, esta vez en América del Sur. Venezuela se convertiría en un Vietnam si un día Donald Trump manda al ejército de Estados Unidos a agredirnos.
–¿Están preparados para una intervención militar estadunidense?
–Venezuela está moralmente preparada para rechazar las amenazas del
uso de la fuerza. Y nosotros y nuestra Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, nuestra ciudad bolivariana, nuestro sistema de armas y
nuestro pueblo, en unión cívico-militar, nos preparamos con el concepto
de guerra de todo el pueblo, guerra de resistencia, para dar una
respuesta contundente a cualquier posibilidad de agresión militar.
Esperamos que nunca suceda. Esperamos que se imponga la verdad de Venezuela, la vía diplomática, y que la conciencia de paz en el pueblo de Estados Unidos le tuerza la voluntad y la locura a Donald Trump. Esperamos que reine la paz. Pero, mientras tanto, nos preparamos para defender nuestra sagrada tierra, como todo el mundo la defendería.
–Usted ha informado que cuentan con milicias que agrupan con 2
millones de integrantes. ¿Tienen esas milicias una organización
territorial o gremial? ¿Tienen ellos el control directo de las armas?
¿Han recibido formación militar?
–Sí, nosotros tenemos a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que
tiene cuatro componentes. El Ejército Bolivariano, con una distribución
territorial, un sistema de armas muy poderoso. La armada bolivariana,
que también ha ido fortaleciendo su sistema de armas. La Aviación
Militar Bolivariana, también con buen sistema para cuidar nuestro país, y
la Guardia Nacional Bolivariana, que es una fuerza de orden público. Y,
además, el comandante Chávez creó la Milicia Nacional Bolivariana como
un quinto elemento que fortalece e integra a los cuatro componentes
constitucionales.
“La milicia ha llegado al millón 600 mil ciudadanos y ciudadanas. El
13 de abril de este año vamos a llegar a los 2 millones. Están
organizadas en unidades de defensa popular, que agrupan a un número de
20 o 30 milicianos por territorio. Tienen entrenamiento militar, tienen
plan operativo, saben qué hacer en cualquier escenario. Y, además,
tienen acceso, y cada vez van a tener más acceso, al sistema de armas
nacionales. Esto quiere decir que Venezuela cuenta con 2 millones de
milicianos y milicianas integrados para una guerra de resistencia, una
guerra de todo el pueblo, que le haría insufrible, le haría un infierno a
una fuerza invasora que se meta en Venezuela.
Nosotros queremos paz. Toda nuestra fuerza armada y nuestra milicia tienen una sola consigna: ganar la paz. Nuestra victoria es la paz y así vamos a seguir.
–La oposición los acusa de tener grupos paramilitares. Según ellos,
los colectivos son grupos armados civiles al servicio del chavismo ¿Es
eso cierto?
–Los llamados colectivos son una forma de organización popular
voluntaria, muy propia de la revolución bolivariana. Son una forma
extrapartidista del movimiento popular. Son miles en Venezuela.
Organizan a la gente alrededor de algún objetivo. La mayoría de los
colectivos del país están en el área productiva, empresarial,
agroproductiva, donde producen decenas de toneladas de alimentos. O
están en el área de la cultura, de la resistencia cultural, de la
música, del arte, del muralismo. Y están también en el área política.
La derecha tiene mucho miedo a los colectivos porque son grupos muy revolucionarios, muy radicales. Son gente muy honesta. Han tratado de estigmatizarlos como paramilitares pero es totalmente falso. Eso no quiere decir que no exista un colectivo que de pronto estimule el entrenamiento para la defensa nacional. Seguramente existe uno o dos de esos grupos por aquí. Pero lo fundamental de los colectivos es que son una forma de organización del movimiento cultural.
–¿Y la derecha sí tiene grupos paramilitares?
–La derecha ha tenido grupos violentos que han dirigido las guarimbas.
Durante todos estos años ha tenido grupos para atentar contra
cuarteles. Y tiene grupos que se expresan a través de las redes
sociales, que dicen tener armas, se tapan la cara y dicen estar ya en
una línea de guerra, para una guerra civil. No ha podido con esos grupos
perturbar la vida y la paz interna del país, pero lo declaran y los
tienen. Son elementos de riesgo que hay que saber controlar.
No se trata de la guerra fría
–Ustedes ubican el actual intento de golpe de Estado como
una disputa por la soberanía nacional en contra de la intervención
imperialista. Sin embargo, hay quien concibe el conflicto como una pelea
entre potencias. Aseguran que detrás del gobierno de Nicolás Maduro
están China y Rusia, que pretenden establecer una cabeza de playa en
América Latina ¿Es correcta esa interpretación?
–Ese es un esquema de interpretación propio de la guerra fría,
en donde todos los conflictos parecían tener detrás la confrontación
entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Pero no es nuestro caso. El
conflicto venezolano tiene 200 años. Existe antes de que existiera la
Unión Soviética o la Federación Rusa, o de que existiera la República
Popular China. Viene desde Bolívar.
“Es el conflicto entre las ideas independentistas de libertad y soberanía de nuestros libertadores versus
las ideas imperialistas. Si uno revisa la ideología, la práctica
política de los libertadores, de Bolívar, encuentra que ellos buscaron
crear un bloque de naciones libres, independientes, que no oprimieran a
ninguna nación del mundo y que construyeran su propio modelo político,
social, económico, cultural.
“En cambio, si uno revisa el proyecto, la forma, la práctica de
quienes fundaron Estados Unidos, de las antiguas 13 colonias, encontrará
cómo heredaron de manera directa toda la visión imperial británica.
Nunca ayudaron a la independencia del Sur. Estuvieron en contra de la
lucha de independencia. Más aún, vendieron armas, vendieron pertrechos y
apoyaron al ejército imperial español contra los libertadores.
“Es un conflicto en una historia que viene de lejos, de 200 años
atrás. Nosotros hoy decimos que el conflicto nuestro es entre la
independencia de Venezuela, la soberanía de Venezuela y el intento de
recolonización del imperio estadunidense. El centro del conflicto es el
de la nueva independencia de América Latina versus el intento de dominación y de un nuevo esclavismo contra nuestro pueblo.”
–¿Cuál es su hoja de ruta para enfrentar el actual conflicto?
Pareciera que lo que la derecha venezolana quiere hoy, además de
establecer un gobierno paralelo y ganar legitimidad en el terreno
internacional, es montar una provocación alrededor de la ayuda
humanitaria que justifique una intervención militar extranjera. ¿Cuáles
son los pasos que ustedes piensan dar para evitar un escenario de este
tipo?
–Los pasos que estamos dando están vinculados a la Constitución. Nuestra hoja de ruta es la Constitución.
“En primer lugar, gobernar el país, atender los problemas de nuestro
pueblo, echar a andar el plan de la patria 2019-2025 en todas las áreas.
Hoy lanzamos la Gran Misión Transporte Venezuela. Un gran proyecto que
pretende transformar todo el sistema público de transporte del país.
“Segundo, defender la paz, la paz con justicia, digo yo, la paz con
igualdad, la paz con independencia. E impulsar todas las formas de
diálogo político y negociación política para establecer una paz
duradera.
“En tercer lugar, mantener la unión cívico-militar: Nuestra fortaleza
es nuestra fuerza armada, nuestra ciudad bolivariana y su capacidad
unitaria para gestionar la defensa nacional.
“En cuarto lugar, defendernos diplomática, política, mediáticamente
de todas las agresiones del gobierno imperialista de Donald Trump. La
operación llamada ‘ayuda humanitaria’ es un show, un show barato, un show malo. Lo atenderemos, ten la seguridad de que no va a perturbar a Vene-zuela. Esos shows se van diluyendo, se van disolviendo con la realidad venezolana.”
–¿Hay peligro de una ruptura del ejército?
–Se han invertido centenares de millones de dólares para dividir la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Yo te puedo decir, estando en
contacto directo con los soldados venezolanos, que hoy están más unidos
que nunca. No lo van a romper.
–¿Qué ha hecho mal el gobierno de Nicolás Maduro?
–Muchas cosas. Nosotros tenemos una gran capacidad de autocrítica.
Creemos que la autocrítica y la crítica son la pedagogía política más
importante para aprender de la experiencia.
“Nosotros hacemos un gran esfuerzo por nuestro país. Un esfuerzo
diario, permanente, con mucha honestidad. Pero todavía nos faltan muchas
cosas. Hemos cometido errores en la política cambiaria que han llevado a
que se posesionara el dólar criminal, el dólar paralelo que nos fijan
desde Miami, desde Colombia. Estamos rectificando muchos elementos de
esa política.
“En algunos casos hemos abandonado el liderazgo diario de los temas
populares. Debemos poner más acento en la construcción del movimiento
popular, del poder popular, de los consejos comunales. Atender a la base
directamente. Atender los problemas de la gente, escuchar al pueblo,
impulsar el movimiento asambleario, hacer una permanente revisión.
Quizás ahí hemos cometido errores, producto de la misma conflictividad
que enfrentamos.
“Hay muchas cosas que rectificar todos los días. La lucha contra la
indolencia, el burocratismo, la corrupción, es dura, es amarga, es muy
compleja. Nadie me va a venir a decir que porque uno diga que vamos a
luchar contra la corrupción ya eso se ejecuta. No, la corrupción tiene
mil caminos para recomponerse. A veces tú nombras a un gran compañero en
un cargo, a uno que ha servido en la lucha política, en la agitación
social, y termina pudriéndose en el cargo. Termina siendo más corrupto
que alguna mafia que tú retiraste de ese cargo.
La lucha contra la corrupción es tremenda, es una lucha sin fin y la estamos dando con mucha precisión. Tengo la sensación de que en los meses que están por venir eso va tener un gran resultado en la realidad política del país.
–El último documento del presidente Chávez antes de morir, Golpe de timón,
apostaba a fondo por la construcción de ese poder popular. ¿Diría usted
que el gobierno de Nicolás Maduro ha seguido esa orientación?
–Yo creo que sí. Hemos cabalgado junto al poder popular venezolano.
Hemos logrado activar más de 50 mil consejos comunales que agrupan a 80,
100, 120 familias cada uno, a veces un poco más. Hemos logrado
articular 3 mil 100 comunas de una instancia superior de la organización
social, económica, política de la comunidad. Agrupan a unos 2 millones
de venezolanos. Hemos logrado responder al tema del abastecimiento de
alimento por medio de los consejos comunales, creando los CLAP. Si no
existiera el poder popular hubiera sido imposible atender este tema y
otros que atendemos.
“Ahora falta mucho por hacer. Es mentira que sólo porque uno convoque
a la organización el poder popular se organiza solo. No. Hace falta
mucho esfuerzo, tocar puertas, motivar, educar, llevar adelante al
pueblo, atender sus problemas, empoderar verdaderamente al hombre, a la
mujer humilde, al ciudadano, a la ciudadana.
“Yo diría que el gran reto de la izquierda en el mundo es construir
verdaderas bases populares, verdadero poder popular. Porque, a veces, la
izquierda cumple con sus luchas políticas, con su consigna, pero se
olvida que la política no puede ser aérea. La política debe tener
raíces. Siempre uno tiene que poner los pies sobre la tierra.
La revolución bolivariana, por mandato del comandante Chávez, nos dio la consigna: comuna o nada. Ahí está la dicotomía. O vamos por el camino de la comuna del poder popular, de la raíz real del pueblo o quedamos en la nada.
–A usted le apasionan la historia, el cine –dirigió el cineclub de
Caracas antes de hacer política institucional– y la música. ¿Cómo
resumiría esta situación actual en un evento histórico, en una película y
una canción?
–Sería: La batalla por Venezuela. Y la canción de salsa, de Ray Barretto, que a mí me gusta mucho, que se llama Indestructible. Búsquenla en las redes sociales. Como en esa canción, yo siento
Con sangre nueva, indestructible/ Ay, unidos venceremos y yo sé que llegaremos.
–Presidente: ¿algo más que quiera usted decir?
–Agradecer mucho a México por su nobleza, por su solidaridad. Y
pedirle toda la solidaridad. Que se levante un poderoso movimiento en
solidaridad que le diga a Donald Trump: ¡No a la intervención militar en
Venezuela! ¡Queremos paz en Venezuela! Necesitamos la compañía del
pueblo mexicano para que se imponga la paz y se acaben los gritos de
guerra contra nuestro país.
Foto Zurimar Campos
Luis Hernández Navarro
Enviado, Periódico La Jornada


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