Medelu
Traducido para Rebelión por Susana Merino
“América
Latina está desarrollando una creciente importancia estratégica, con
sus mercados en expansión, su riqueza energética y sus demás recursos
naturales” Sin embargo, lamenta amargamente el Consejo atlántico “en
los últimos años ni los EE.UU. ni los gobiernos europeos han hecho que
esta región sea prioritaria en su política exterior”.
Esta
constatación, formulada por la influyente y augusta institución fundada
en 1961- con el objetivo de promover encarnizadamente el atlantismo en
todo el mundo – la llevó a pedirle a su “task force” recomendaciones
sobre América Latina. Resultado: la publicación de un informe titulado The Trilateral Bond : Mapping a New Era for Latin America, The United States, and Europe (1)
Codirigido por José María Aznar (2) ex presidente del gobierno español
(1996-2004) y por el ex senador demócrata estadounidense Christopher
J.Dodd, es un documento que propone varias orientaciones importantes
formuladas según un inédito objetivo: integrar América latina al eje
atlántico.
El informe indica que desde ahora y hasta el
2060 el peso de los EE.UU. y Europa en la economía mundial pasará de un
40% a un 24% mientras que el de América latina crecerá inexorablemente
gracias a sus recursos naturales, sus nuevas y competitivas
multinacionales (las multilatinas) que operarán en diversos sectores
económicos, con una clase media consumidora en permanente aumento
(actualmente estimada en 225 millones de personas), la
industrialización en marcha en varios países como México, Colombia y
Brasil.
Para los autores – entre otros además de los
señores Aznar y Dodd, una treintena de bancarios, de dirigentes del
mundo de los negocios, de ex responsables políticos de alto nivel
procedentes de gobiernos, administraciones nacionales o de organismos
multilaterales, universitarios activos en el seno de diferentes y
prestigiosas instituciones y de “think tanks” – América latina
constituye, en el plano geopolítico un socio natural de la nueva
configuración atlántica para el siglo XXI. Mucho más que Africa minada
por “guerras brutales y una persistente corrupción”, pero lo es
igualmente a pesar de las “fracturas” del subcontinente es decir entre
los países de América Central y del Sur, entre los países del ALBA y
los países que desarrollan economías de mercado más liberales”.
Los
EE.UU. pese a la creciente potencialidad China, sigue siendo el primer
socio comercial de América Latina y aseguran que aportan el 18% de las
inversiones extranjeras directas (IDE). Por su parte la Unión europea
(UE)- tomada en conjunto – es el primer inversor en América latina. En
2011 representaba el 39% del total de las IDE en la región. Solo en
Brasil, destacan los autores, las IDE europeas son mucho más
importantes que las dirigidas en forma “combinada” hacia Rusia, India y
China. Y recuerda que la UE es también el primer mercado de la
exportación agrícola del campeón latinoamericano. (21,7% del total del
comercio exterior brasileño).
A partir de estos datos,
consideran necesario y urgente lanzar “un diálogo trilateral” sobre
comercio e inversiones entre las tres regiones. Para lograrlo,
recomiendan a los dirigentes aprovechar la oportunidad que le ofrecen
las negociaciones del gran mercado transatlántico (Transatlantic Trade
and Investment Parnetship, TTIP) las que, según ellos, deberían incluir
directamente a los latinoamericanos en un proceso de negociaciones
comerciales.
Dicho diálogo debería concluir finalmente
con la armonización del conjunto de acuerdos de libre comercio
existentes entre las tres entidades geopolíticas y como corolario la
integración de América latina al TTIP. Con el objeto de facilitar esta
movida, los gobiernos de la UE y de los EE.UU. deberían aceptar la
reducción de sus subvenciones a las exportaciones agrícolas como signo
de buena voluntad frente a los gobiernos latinoamericanos.
Sería
igualmente conveniente, para los autores, compatibilizar los mercados
financieros latinoamericanos con el sistema de normas jurídicas y
bancarias comunes encaradas por los EE.UU. y Europa. Todo esto con el
objeto de promover la participación de los inversores del “primer
mundo” en las nuevas plazas financieras de México, San Pablo (cuyo
papel ya es central para el desarrollo financiero de las multilatinas),
de Santiago de Chile, de Lima y de Bogotá (agrupadas en el seno del
Mercado integrado latioamericano – MILA) facilitando al mismo tiempo
los “intercambios entre las Bolsas latinoamericanas y las de Londres y
Nueva York”.
Recomiendan además paralelamente el
lanzamiento de un diálogo trilateral específico sobre el geoestratégico
problema de la energía. Mientras que los EE. UU. programan la
autosuficiencia energética hacia el 2030 y Europa se apresta a reducir
su dependencia de Rusia, el informe promueve el desarrollo de una
inédita alianza energética con América Latina.
Como lo
recuerda oportunamente el documento “América latina es ya un importante
productor de energía, que incluye el petróleo y el gas, la energía
hidráulica y térmica y también la de los agrocombustibles” La región es
en efecto el segundo proveedor de energía de los EE.UU. detrás de
Canadá. Le provee más petróleo que el conjunto de los estados del
Golfo. Y asegura igualmente una parte creciente del consumo energético
chino e indio.
Por otra parte ”la riqueza minera de
América latina es tán importante hoy en día como lo era en el siglo
XVI, debido especialmente a que las necesidades de las industrias
electrónicas mundiales no dejan de crecer”
De modo que
el diálogo trilateral debería permitir “la identificación de las
mejores prácticas relacionadas con el accionar de los estados en
materia de reglamentaciones sanitarias y ambientales, sobre normas
fiscales que garanticen (a las empresas especialmente europeas y de los
EE.UU.) transparencia, previsibilidad, respeto de las reglas de juego e
introducción de la competencia en el sector”
También
existen para la “task force” otras palancas capaces de cimentar una
nueva relación transatlántica que incluya a América latina. Se trata
principalmente de la educación (cooperación universitaria tendiente a
formar élites comunes, apertura de la enseñanza superior
latinoamericana al financiamiento gubernamental y empresario, etc) y de
la administración común de ciertas externalidades negativas de la
economía globalizada. Como la lucha contra la droga y el comercio de
armas (especialmente de los EE.UU. hacia América latina) conformarían
una problemática plenamente transatlántica.
Con el
objeto de organizar el conjunto de este proceso, el informe del Consejo
Atlántico sostiene que debería crearse un nuevo marco institucional
permanente entre las tres regiones. Cuya vocación sería sustituir a las
instituciones existentes (Organización de los Estados Americanos,
Cumbre de las Américas entre los EE.UU. y los países latinoamericanos,
Cumbre UE. Comunidad de los Estados latinoamericanos y caribeños).
En
conclusión como para motivar a los latinoamericanos con este conjunto
de perspectivas, los autores proponen acceder a una de sus
reivindicaciones geopolíticas: el otorgamiento de un lugar en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y el ojo del Consejo
Atlántico está puesto en Brasilia…
Notas
1) Publicado el 13 de mayo de 2013: www.atlanticcouncil.org/the-trilateral-bond-mapping-a-new-era-for-latin-america-the-united-states-and-europe-1 .
2)
El ex presidente del Partido Popular (derecha) español fue uno de los
que más activamente apoyó la invasión estadounidense de Irak en el 2003
cuando la primera potencia mundial se hallaba presidida por su amigo
George W Bush Inevitable hombre influyente en la política y la economía
del mundo ibérico, el Sr Aznar es además presidente de la no menos
influyente y ultraliberal Fundación para el análisis y los estudios
sociales (FAES). Creada en 1989, vinculada al Partido Popular esta
institución se ocupa del desarrollo del pensamiento liberal y del
fortalecimiento de la influencia de la derecha en el mundo,
especialmente en América latina.
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