
El tratamiento que se les dio a los académicos cubanos no está a la altura de lo que se exige y se espera del servicio público canadiense, que trate con ciudadanos canadienses o con ciudadanos extranjeros.
-Julián Durazo Herrmann, Presidente de la Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe.
Cuatro distinguidos académicos latinoamericanos, tres cubanos y un
brasileño, entre decenas de otros, fueron invitados por la Asociación
Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe (ACELC) a
participar en Canadá en conferencias sobre América latina y el Caribe.
Nunca obtuvieron respuesta a sus solicitudes de visa.

Julián
Durazo Herrmann, presidente de la Asociación Canadiense de Estudios
Latinoamericanos y del Caribe. ACELC le pide al premier Trudeau que se
asegure de que los procesos de la visa canadiense nunca se interpongan
en el camino de las actividades académicas, el pensamiento libre y el
debate crítico.
El inicio de la historia
La Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y del Caribe (ACELC),
celebró este mes su 50ª conferencia anual en la Universidad York en
Toronto, un hito en los estudios latinoamericanos y del Caribe en
Canadá.
Esta conferencia reúne a investigadores canadienses que vienen desde
Terranova y Labrador hasta Columbia Británica pasando por Quebec y
Ontario. Y ellos se reúnen con sus colegas de Cuba, de México, de
Argentina, de Chile y de otros países para discutir de distintos temas
relacionados con los estudios latinoamericanos y del Caribe.
“La nuestra es una asociación multidisciplinaria que se esfuerza por mostrar cómo temas que tienen que ver con política, que tienen que ver con deportes, con literatura, están todos relacionados, nos permiten tener una comprensión mejor de qué es lo que pasa en América Latina. Cuáles son los problemas y en algún momento dado, también proponer soluciones”.
Desafortunadamente, cuatro distinguidos académicos latinoamericanos,
tres cubanos y un brasileño, nunca recibieron las visas que les
permitirían viajar a Canadá, a pesar de haber emprendido el proceso con
más de tres meses de anticipación y habiendo pagado todos sus gastos de
viaje y alojamiento, explica el profesor Durazo Herrmann.
Es por esa razón que la ACELC, a pedido de sus miembros, le envió
una carta al primer ministro canadiense Justin Trudeau en protesta por
la negativa de Canadá de otorgar visas a los cuatro académicos
latinoamericanos.
“Se trata de colegas que supieron ya en diciembre que estaban
invitados a la conferencia, que recibieron la carta de invitación, que
hicieron los procedimientos requeridos, y que después de 3-4 meses nunca
recibieron una respuesta”.
En el caso específico de los académicos cubanos fue todavía más
desagradable, dice el presidente de la Asociación Canadiense de Estudios
Latinoamericanos y del Caribe, porque dos días antes de la conferencia
el gobierno canadiense les informó que la sección de visas estaba
cerrada y que tenían que volver a procesar su visa fuera de Cuba. Es
decir, tenían que viajar a la ciudad de México.
Todavía nos lo explicamos muy mal y esa es una de las razones por la
cual escribimos la carta, porque Canadá tradicionalmente había sido
receptivo a este tipo de demandas. Siempre habíamos tenido presencia de
académicos cubanos, brasileños, mexicanos, colombianos, chilenos, de
todas partes en nuestras conferencias. La más reciente en Toronto era
muy importante porque es el 50 aniversario de nuestra asociación. Se
trata de la más importante en estudios latinoamericanos y del Caribe en
Canadá, con una proyección internacional importante.
“Es un instrumento de relacionamiento entre Canadá, América latina y el Caribe. De creación de nuevas iniciativas, de proyectos de investigación, de proyectos de colaboración comunitaria. Hay toda una serie de cosas que se complican si el gobierno canadiense decide no otorgar las visas oportunamente”.
La ausencia de los académicos causó indignación en Toronto
Le preguntamos al profesor Durazo Herrmann sobre cómo reaccionaron
los académicos presentes en la 50ª conferencia anual de la ACELC en la
Universidad York ante la ausencia de sus cuatro colegas.
Fue de indignación, de falta de comprensión, dice. También aclaró que
la Asociación no tiene el hábito de escribir este tipo de
declaraciones públicas pero que fue la asamblea general la dio un
mandato específico para que se diera una declaración en este sentido.
“Para nuestros miembros este tema fue muy importante, fue una fuente de frustración, porque las presentaciones previstas no pudieron hacerse, porque hubo un panel completo que fue anulado, porque había proyectos que tenían que discutirse y que no se pudieron discutir, fue un atentado contra la libertad académica”.
El académico brasileño
«Este es un caso que todavía es más oscuro para nosotros. No existe
esta explicación política de la crisis de las ondas acústicas como es el
caso en la embajada de Canadá en Cuba».
En Brasil hubo un intento del gobierno brasileño de aproximarse a
Canadá con la eliminación de las visas brasileñas para ciudadanos
canadienses, explica Durazo. «Y a pesar de todo, este profesor que ya
tenía pagado su boleto, su hospedaje, que contaba con la garantía que
estaba invitado a la conferencia, de que regresaba a su puesto en la
Universidad en Brasil, en principio tenía todo lo que necesitaba para
participar en la conferencia y simplemente nunca recibió una respuesta
del gobierno canadiense. Entonces nunca pudo viajar no porque se le
hubiera negado la visa sino porque el gobierno canadiense nunca dio
respuesta al pedido de visa».
Esto y mucho más en la entrevista de Radio Canadá Internacional con
Julián Durazo Herrmann, presidente de la Asociación Canadiense de
Estudios Latinoamericanos y del Caribe y profesor de Política Comparada,
Université du Québec à Montréal.
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