|  Por Roberto García Hernández * La
 Habana (PL) La campaña para las presidenciales de noviembre en Estados 
Unidos entra en su etapa decisiva, en momentos en que Donald Trump por 
los republicanos y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton por los 
demócratas lideran la lucha por la nominación de cada partido.
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 Esta contienda tiene un fuerte impacto a nivel doméstico e 
internacional por el alto contenido de insultos personales, muestras de 
racismo e incluso xenofobia por algunos de los aspirantes a la jefatura 
de la Casa Blanca.
 
 Con un derroche sin precedentes de dinero en 
actos proselitistas, transporte, propaganda de todo tipo y un amplio uso
 de las redes sociales en una verdadera guerra psicológica, las acciones
 de los candidatos provocaron inquietud en un número considerable de 
líderes mundiales que se preguntan quién asumirá el timón de la primera 
potencia mundial.
 
 Así lo reconoce el Departamento de Estado, 
cuyo vocero, John Kirby, reveló en días recientes que el Gobierno 
estadounidense escucha señales de alarma de dignatarios de varios países
 acerca del tono de la campaña electoral en este país y sobre quién 
reemplazaría al presidente Barack Obama.
 
 La mayoría de los 
gobernantes extranjeros que se entrevistan con el mandatario le expresan
 temor por la retórica xenófoba de varios aspirantes a las 
presidenciales de noviembre, añadió el portavoz a la cadena MSNBC.
 
 Entre las causas de estas preocupaciones están las reiteradas promesas 
del precandidato republicano Donald Trump, de que si obtiene la jefatura
 de la Casa Blanca reevaluaría las relaciones con varios aliados de 
Washington.
 
 El magnate inmobiliario afirma que construiría un 
muro en la frontera con México para evitar el arribo de inmigrantes, y 
de vez en cuando lanza improperios contra los musulmanes.
 
 Por su
 parte, Ted Cruz provocó ansiedad en ultramar con sus comentarios 
desagradables y racistas  contra los que profesan la fe islámica y sus 
promesas de incrementar la campaña militar en el Medio Oriente y 
realizar bombardeos masivos contra el Estado Islámico.
 
 AMENAZAS DE MUERTE
 
 Varios
 políticos republicanos adversarios de Trump recibieron amenazas de 
muerte en las últimas semanas, supuestamente por parte de seguidores del
 multimillonario, según reportes del diario The Hill y el sitio digital 
Politico.
 
 Después que Trump no ganó ningún delegado en Colorado,
 el presidente del partido rojo en esa demarcación, Steve House, dijo 
que recibió miles de llamadas telefónicas en las que le prometían acabar
 con su vida.
 
 Además, en reuniones recientes del Comité Nacional
 Republicano en Florida muchos de sus líderes compartieron historias 
similares. A uno de ellos -cuya identidad no reveló Politico- un 
seguidor de Trump le dijo en su cara que habría un baño de sangre si el 
empresario no ganaba la nominación.
 
 Otro delegado por Indiana 
recibió una nota después que criticó a Trump, en la cual le advertían 
que estaba bajo vigilancia y podría tener un "entierro tradicional" si 
no moderaba sus acciones contra el empresario neoyorquino.
 
 Un 
representante que apoya al también aspirante del partido rojo John 
Kasich, confesó que se sentía nervioso por el ambiente que pudiera 
existir en la Convención republicana que tendrá lugar en julio en 
Cleveland, Ohio, en particular si Trump no logra coronarse como 
candidato a la Casa Blanca.
 
 Como parte de este ambiente de 
agresividad, el 24 de abril pasado Sean Morkies, un joven de 20 años de 
edad, fue detenido en Waterbury, Connecticut, en el noreste del país, 
después que lanzó una amenaza de bomba contra un acto de campaña de 
Trump a través de la red social de Twitter.
 
 En marzo, un 
manifestante fue sacado a golpes por un hombre que luego resultó acusado
 de agresión, cinco personas fueron detenidas y dos agentes de policía 
resultaron heridos, uno de ellos al recibir un botellazo en la cabeza, 
por los altercados entre defensores y detractores de Trump en Chicago, 
Illinois.
 
 EL SERVICIO SECRETO SE ALISTA
 
 El Servicio 
Secreto de Estados Unidos anunció que prepara una operación de seguridad
 de gran envergadura para la Convención republicana, pues la reunión 
pudiera ser la más compleja en más de cuatro décadas.
 
 La 
realidad es que líderes republicanos y otros participantes en dicha cita
 están preocupados por su seguridad personal e incluso preguntan a las 
autoridades si sería oportuno llevar allí a sus respectivas esposas e 
hijos.
 
 En ese contexto el Servicio Secreto alista un plan cuya 
elaboración comenzó hace más de un año y asegura que los participantes 
en la reunión partidista deben sentirse seguros de que no tendrán 
peligro alguno.
 
 Así lo señaló al sitio digital Politico Nicole 
Mainor, vocera de esa entidad federal que está a cargo de la protección 
de la familia presidencial y de otras figuras clave del Gobierno 
estadounidense.
 
 Según Politico, desde diciembre de 2014 la 
Convención Republicana fue calificada por el Servicio Secreto como un 
Evento Especial de Seguridad Nacional, lo que implica que se le dedique 
un intenso proceso de planificación en el que participan más de una 
veintena de  subcomisiones.
 
 Otras agencias también están 
encargadas de garantizar la seguridad de este encuentro de los 
republicanos, entre ellas la Agencia Federal para Situaciones de 
Emergencia (FEMA), y el Buró Federal de  Investigaciones (FBI).
 
 La Convención del Partido demócrata, que tendrá lugar en julio en  
Filadelfia, Pennsylvania, parece estar bajo una atmósfera algo más 
tranquila, no obstante, las fuerzas del orden se preparan para enfrentar
 cualquier eventualidad, destacan medios de prensa estadounidenses.
 
 OFENSAS DEMÃ"CRATAS, IRREGULARIDADES EN NUEVA YORK   Por el lado del 
partido azul las cosas no andan muy bien en cuanto a escándalos y 
ofensas personales, como quedó demostrado durante las primarias en Nueva
 York el 18 de abril, y en particular en debate previo a esa contienda, 
de los precandidatos Hillary Clinton y Bernie Sanders.
 
 Ambos 
contendientes intercambiaron improperios sobre la supuesta falta de 
calificación de uno y otro para ejercer la jefatura de la Casa Blanca. 
La exsecretaria de Estado acusó al senador por Vermont de tener ideas 
inaplicables a la nación norteña y su contrincante le echó en cara los 
vínculos de ella con Wall Street.
 
 Sanders denunció que hubo 
anomalías durante los comicios en la Gran Manzana pues algunos votantes 
tuvieron dificultades para acceder a las urnas o sus nombres fueron 
borrados de los registros.
 
 Resulta absurdo que en Brooklyn 
decenas de miles de electores quedaron fuera de esas listas, fue también
 un error abrir los centros de votación en la parte norte del Estado al 
mediodía porque esto afectó a quienes debían ir a sus trabajos después 
de ejercer el voto, señaló.
 
 Tras las primarias neoyorquinas, el 
fiscal general del estado, Eric Schneiderman, abrió una investigación en
 la Junta de Elecciones luego de recibir múltiples denuncias sobre 
irregularidades en los comicios.   El funcionario añadió que se siente 
profundamente perturbado por el volumen y la consistencia de los 
problemas reportados, tanto en informes públicos como en más de mil 
quejas directas que recibió en su oficina y prometió que iniciaría 
pesquisas en otras zonas del estado donde el número de anomalías fue 
inusualmente alto.
 
 LA FASE FINAL
 
 Clinton se consolidó 
como aspirante demócrata en las primarias que tuvieron lugar el 26 de 
abril en Connecticut, Delaware, Maryland, Pennsylvania y Rhode Island.
 
 La exjefa de la diplomacia norteamericana sólo perdió en Rhode Island 
frente a Sanders y ahora tiene el 90 por ciento de los dos mil 383 
delegados necesarios para obtener la candidatura de su Partido a la 
presidencia.
 
 Por la parte republicana ocurrió algo similar con 
Trump, quien en esa jornada triunfó en los cinco estados, y ya tiene 77 
por ciento de los mil 237 delegados que necesita para lograr su 
objetivo.
 
 Las elecciones generales que tendrán lugar el próximo 8
 de noviembre pondrán en juego no solo la jefatura de la Casa Blanca, 
sino también un tercio de los 100 asientos del Senado y la totalidad de 
los 435 puestos de la Cámara de Representantes, además de centenares de 
cargos en las legislaturas estaduales y gobiernos locales.
 
 Es 
por eso que a juicio de expertos, lo que resta de este proceso parece 
guardar muchas sorpresas en cuanto a irregularidades, acciones 
violentas, amenazas y sobre todo, el derroche de centenares de millones 
de dólares, algo que ya es característico de la llamada democracia 
estadounidense, pero que en esta ocasión los pronósticos indican que 
llegará a niveles sin precedentes.
 
 *Jefe de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.
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