Madrid,
25 abr (PL) El conocido jurista español Baltasar Garzón denunció hoy
que la solicitud de juicio político contra la presidenta de Brasil,
Dilma Rousseff, es una maniobra de golpe institucional fraguada por las
poderosas corporaciones económicas.
Garzón, quien cobró notoriedad mundial por promover una orden de
arresto contra el exdictador chileno Augusto Pinochet, señaló que tanto
Rousseff como su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva son víctimas de un
aquelarre expiatorio por parte de quienes buscan alcanzar el poder a
cualquier precio.
En un artículo publicado en el diario El País,
el célebre magistrado consideró que el espectáculo ofrecido con el
juicio a la mandataria "se asemeja mucho a los ya vividos en otros
países como Honduras y Paraguay, en los que, como ahora, el golpe se
fraguó institucionalmente".
Confesó que le duele en las entrañas
observar que referentes de la buena política defensora de los derechos
de los pueblos y de quienes son los eslabones más débiles de la cadena
humana, se vean en el punto de mira de las corporaciones.
Poderes que, insensibles a los sentimientos de los pueblos, a favor de
sus aviesos intereses, buscan eliminar todos los obstáculos que
entorpecen su posición de privilegio y control económico sobre los
ciudadanos, sobre su presente y especialmente para dominar su futuro,
subrayó.
El objetivo no es ni siquiera, como dicen, acabar con
el proyecto político del Partido de los Trabajadores y sus máximos
exponentes, sino someter a la población de forma irreversible a un
sistema vicarial controlado por los más poderosos económicamente,
indicó.
En esta dinámica perversa, se pretende eliminar política
y civilmente a quienes se les oponen y defienden a los más débiles; a
aquellos a los que siempre se les privó de la voz y la palabra a la hora
de marcar el destino de sí mismos, dijo el abogado español.
La
interferencia política constante en el Poder Judicial con el fin de
influir en sus actuaciones, debe cesar, reclamó Garzón en su columna,
titulada Ética política y Justicia en Brasil.
Advirtió que el pueblo brasileño nunca perdonará este ataque frontal a la democracia y al Estado Democrático de Derecho.
Según su criterio, el proceso contra Rousseff es un ataque manifiesto
al sistema democrático, que se constata a través de un juicio político
sin consistencia ni base jurídica suficiente.
Una causa que solo
busca alcanzar el poder por vías tortuosas, diseñadas por quienes se
olvidan del pueblo en beneficio propio o por aquellos que nunca se
presentaron a unas elecciones, pero que tratan de sustituir la voluntad
del pueblo hipotecando su futuro, enfatizó.
Tanto Lula, a quien
conozco y admiro, como la presidenta Rousseff, a quien nunca traté
personalmente, representan el mejor proyecto en términos de política
social e inclusiva, sentenció el juez. |
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