Una
vez más, el controvertido caso de la desaparición de los 43 estudiantes
mexicanos llevó el miércoles a los indignados del país norteamericano a
salir a las calles para arremeter contra el Gobierno por la falta de
una respuesta al respecto.
En el estado de Michoacán, en el oeste de México, cientos de estudiantes de diferentes escuelas bloquearon la entrada principal al Aeropuerto Francisco J. Mujica, ubicado en el municipio de Álvaro Obregón.
Asimismo, los participantes en las manifestaciones realizadas en la ciudad mexicana de Chilpancingo, capital de Guerrero (suroeste), donde desparecieron los 43 alumnos, se enfrentaron con la policía, un choque brutal que se prolongó aproximadamente una hora.
Un grupo de 70 personas armadas con palos, piedras y cócteles molotov se congregó ante la sede del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Guerrero, y arrojaron los objetos que llevaban consigo contra las ventanas del edificio, tras lo cual entraron en la sede y destruyeron a su paso el mobiliario, los ordenadores y los televisores.
“No somos todos, faltan 43”, “Fuera el mal Gobierno”, “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “Apoyo total a Ayotzi”, son los mensajes que fueron escritos por los indignados manifestantes en diferentes paredes del edifico objeto del ataque.
Además, un grupo de unos 150 docentes, pertenecientes a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), atacó, en primer lugar, la Contraloría de la Secretaría de Educación en Chilpancingo y, posteriormente, prendió fuego al Parlamento del estado de Guerrero.
Otras protestas se registraron en el estado sureño de Oaxaca, en las que los participantes realizaron bloqueos en casetas de cobro y a entidades oficiales.
La desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa se produjo el 26 de septiembre en Iguala (Guerrero): los policías locales, tras atacar brutalmente a los estudiantes, los entregaron a los sicarios del narcotráfico.
La Procuraduría General de la República (PGR) confirmó el pasado viernes que tres detenidos, por una presunta participación en los hechos, relataron haber asistido a la ejecución de más de 40 personas en el municipio de Cocula, estado de Guerrero, cerca del lugar donde fueron vistos por última vez con vida los estudiantes, antes de ser entregados al cártel Guerreros Unidos.
mno/anz
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