27 de noviembre de 2012, 09:24Washington,
27 nov (PL) La diferencia de bienestar entre la clase pudiente de
Estados Unidos y el resto de la población se disparó hasta niveles
astronómicos durante las pasadas tres décadas, mientras los ingresos de
la familia promedio son los peores desde 1969.
Un informe del
economista y catedrático de la Universidad de Nueva York Edward Wolff,
quien estudió el movimiento de los dividendos ciudadanos entre 1983 y
2010, refleja que la clase media norteamericana tiene las más bajas
utilidades en 43 años.
En la etapa mencionada, la disparidad en cuanto a ingresos monetarios
aumentó significativamente en el norteño país sobre todo como
consecuencia del quebranto de las inversiones en el sector
inmobiliario, que afectó con énfasis a activos de la comunidad
trabajadora.
De acuerdo con el Reporte Wolff, mientras una
familia de clase media perdía un 18 por ciento de sus entradas
financieras, aquellos ciudadanos incluidos en el uno por ciento
poblacional -los más acaudalados- vieron incrementar sus ingresos en 71
por ciento.
En 2010 también el salario promedio anual decreció
hasta sus peores niveles desde 1999, unos 26 mil 360 dólares, y como
resultado una persona dentro del llamado uno por ciento disfrutada de
valores 288 veces superiores al de un ciudadano estadounidense promedio.
La Gran Recesión que golpeó a la industria nacional entre 2007 y 2010
provocó que el bienestar económico de las familias de clase media
decayera un 38,8 por ciento durante ese período, con mayor perjuicio
para aquellos individuos entre 35 y 44 años.
El presidente
Barack Obama adelanta desde inicios de 2012 una campaña pública para
consolidar el apoyo ciudadano hacia su iniciativa relacionada con el
aumento de impuestos a los más ricos como medio de contrarrestar el
déficit.
Obama se ha reunido con líderes sindicales,
representantes del sector privado empresarial y delegados de ambos
partidos políticos con la meta de ganar adeptos para una propuesta de
incrementar gravámenes desde 35 hasta 39,6 por ciento.
El
propósito del mandatario demócrata apunta hacia aquellos ciudadanos con
ingresos mayores de 250 mil dólares anuales, una porción de la
población beneficiada con pactos legislativos certificados durante la
administración de George W. Bush.
Según cálculos de la Casa
Blanca, el fin de la era-Bush de privilegios fiscales podría aportar un
adicional de 440 mil millones de dólares de recaudos gubernamentales en
los próximos 10 años.
Una cifra record de 42,2 millones de
estadounidenses celebró el reciente Día de Acción de Gracias bajo el
programa federal de auxilio para pobres que reparte estampillas con
derecho a comidas subsidiadas.
Acorde a un estudio del foro
Sunlight Foundation, el uso de los bonos para alimentos se disparó en
Estados Unidos desde el colapso del sistema financiero hace cinco años.
Esta opción aumentó en 70 por ciento desde 2007 y no disminuirá hasta
que caigan los números del desempleo. |
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