La Habana. La capital de Cuba produce diariamente una montaña de desechos sólidos de 18 mil metros cúbicos. Cada uno de los dos millones de habitantes de la ciudad arroja 700 gramos de basura por día, un aumento significativo si se compara con los 350 gramos que se contaban hace 40 años.
El problema es que los dos vertederos principales de La Habana tienen 37 años de trabajo y se acercan el final de su vida útil, según el Plan Maestro con el que trabajan las autoridades en este sector.
Peor aún: no hay nuevas áreas que los remplacen a corto plazo. De inmediato, la principal opción es la de inducir a la gente a que reduzca la generación de residuos, dice Odalys Goicochea, jefa de la Unidad de Medio Ambiente de la delegación en la capital del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Hay una campaña oficial para inducir las tres R: reducir, reciclar y reutilizar
. Desde el punto de vista ambiental y sustentable, todo tiene un exceso de envase y embalaje
, dice la especialista.
Los residuos siguen siendo orgánicos, pero tienen un alto componente de papel cartón, aluminio y vidrio. Así que el problema no empieza en el momento de tirar la basura, sino mucho antes. En eso radica la gestión: en hacer notar
dónde está el problema, puntualiza Goicochea.
Gerardo Arreola, corresponsal
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