El informe preliminar 
de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre las elecciones 
bolivianas fue el principal sustento de los golpistas para derrocar al 
entonces presidente Evo Morales.
 El propio Morales legitimó el 
informe al aceptarlo como vinculante, escuchó el cuestionamiento de la 
OEA y llamó a nuevas elecciones. Pero la medida del entonces mandatario 
fue en vano: la maquinaria golpista estaba en marcha, con la fuerza 
militar como punta de lanza, el empuje evangelista aportando líderes y 
el informe como justificación teórica. 
 Y lejos de advertir la 
acción golpista, la OEA reconoció inmediatamente al gobierno de facto. 
“Agradezco la llamada del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, su
 reconocimiento a nuestro gobierno de transición y el apoyo para 
convocar elecciones en el menor tiempo posible. La próxima semana 
recibiremos la Misión de la OEA para conversar sobre la transición 
democrática”, decía la presidenta de facto, Jeanine Añez, en Twitter (1)
 el 15 de noviembre, usando a la OEA como una fuente de legitimidad, 
mientras el ejército salía a la calle, respaldado por la policía, y 
aplicando una brutal represión contra los seguidores del gobierno 
depuesto. 
 El informe  
 A estas alturas, el informe
 no era más que un título: informe de la OEA. Y una bajada corta: 
irregularidades en las elecciones en Bolivia. Con una conclusión tácita:
 las elecciones eran inválidas. 
 Pero, ¿qué decía el informe? Al 
principio, casi nada, porque era preliminar. Es decir, los golpistas 
bolivianos derrocaron a Evo Morales, con el aval de buena parte de la 
comunidad internacional y de la propia organización americana, en base a
 un informe preliminar, un estudio incompleto. 
 Para cuando llegó
 el informe final, Evo ya estaba en México exiliado, las casas de los 
dirigentes del MAS humeaban incendios, posteriores al saqueo de 
presuntas masas de manifestantes, y la represión de masistas se 
recrudecía. 
 Pero, qué curiosidad, el informe en algún momento 
tenía que llegar. El sustento sobre el que se apoyó toda la maquinaria 
golpista tenía que hacerse público algún día. Y ese día llegó, y el 
informe se ahogó con velocidad, pese a las reflexiones parciales que 
buscaban alguna palabra que justificase el golpe. 
 Celag (Centro 
de Estudios Latinoamericanos) se tomó el tiempo de analizar con algo de 
profundidad el informe, con un contrainforme de 10 páginas, suficientes 
como para confirmar lo que se sospechaba: el estudio de la OEA era tan 
parcial que rozaba lo vergonzoso. 
 Los cuestionamientos  
 Antes de empezar, en este link está el original, vale la pena leerlo (2). 
 El contrainforme de Celag se divide en dos grandes temas: el conteo rápido (TREP) y el conteo final. 
 Sobre el TREP
 El TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares) se utilizó
 por primera vez en estos comicios. Y uno de sus principales impulsores 
fue la propia OEA. 
 El primer cuestionamiento de Celag sobre el análisis del TREP fue que este es un sistema de conteo rápido no vinculante.
 Es decir, sus datos no determinan la elección, lo hace el conteo de 
votos (manual). Por lo tanto, sus irregularidades (si es que existen) 
son relativas si no se repiten en el conteo final. 
 Así y todo, OEA tomó el TREP como base para su sustentación. 
 A continuación, algunos de los cuestionamientos de OEA y la consecuente refutación (en la nota de Celag hay muchas más). 
 Porcentaje.
 Tanto en los medios como posteriormente en el informe se cuestionó que 
el TREP haya “contado” sólo el 83.7% de los votos. Sin embargo, el 
objetivo del TREP era contar entre el 80 y 90 por ciento de los votos, 
por lo tanto, el objetivo estuvo cumplido. No es que en el momento en 
que se contaba “se decidió” impedir la continuación del TREP, sino que 
estaba establecido que llegara hasta esos porcentajes. 
 En 
cantidad de mesas, el TREP estaba diseñado para contar 30,000 de las 
34,558 mesas totales. Desde la propia empresa lo habían adelantado. 
Nunca iba a contar ese 4,558 restante. 
 Amigos  . Marcel 
de Guzmán de Rojas, gerente general de Notec, la empresa encargada de 
ejecutar el TREP, quien denunciara que desde el órgano electoral lo 
habían obligado a detener el conteo porque estaba favoreciendo a Carlos 
Mesa, es íntimo amigo del candidato opositor. Cabe preguntarse qué 
habría pasado si el gerente general de Neotec hubiese sido ínitmo amigo 
de Evo Morales, ¿qué habría dicho la OEA al respecto? Independientemente
 de poner o no en tela de juicio la honestidad del empresario, que tenga
 relación con uno de los contendientes implica un grave conflicto de 
interés. 
  Criterios  . Tampoco estaban claros cuáles 
serían esas mesas que iban a quedar sin contar. En la Argentina, el 
conteo se desarrolló de tal modo que Alberto Fernández terminó sumando 
un punto porcentual más de ventaja sobre Mauricio Macri en el final del 
conteo, con respecto a los primeros datos. ¿Las mesas sin contar del 
TREP favorecían al MAS, a Mesa, a ninguno de los dos? 
 Sobre el conteo  
 En su análisis sobre el conteo, ya en terreno de resultados 
vinculantes, la OEA examinó 4,692 actas, que no integraron el conteo del
 TREP. En 226 de ellas encontró irregularidades, como dos o más actas 
llenadas por la misma persona. 
 Las actas observadas 
corresponden a 86 centros de votación, con una cantidad de 38,001 votos,
 91% de los cuales pertenecían al MAS de Evo Morales. 
 Ahora 
bien, la propia OEA afirma que, de acuerdo al conteo, Morales superó la 
ventaja del 10% sobre Mesa por unos 40.000 votos. Es decir, aún si los 
sufragios observados correspondieran en su totalidad al candidato 
opositor (34.718 votos), cuestión que es imposible sobre todo por la 
zona en donde se produjeron esas presuntas irregularidades (sectores 
rurales muy favorables al oficialismo), Evo habría ganado en primera 
vuelta. 
 El cuestionamiento de la OEA, entonces, se cierra con 
un potencial: “ un estudio que abarcara un porcentaje mayor de actas, 
sin duda detectaría un mayor número de falsificaciones, adulteraciones y manipulaciones” (3). 

El
 potencial revela especulación, no certeza. Aún si la tendencia fuese 
posible, no basta como para decretar que hubo más de 40.000 votos 
efectivamente observados. Por otro lado, las actas revisadas por la OEA 
se concentraron sólo en las que no integraron el conteo del TREP y en 
las que el MAS tuvo más del 77% de los votos. Pero, si la OEA tenía 
dudas sobre el TREP, ¿por qué no observó también esas actas, por qué 
concentrarse sólo en ese porcentaje restante? Y, además, ¿acaso no cabe 
la posibilidad de que haya alguna irregularidad con las mesas en las que
 Mesa obtuvo más del 70%? En Santa Cruz, donde el dominio opositor es 
abrumador, ¿no hay chances de alteraciones? 
 Por otra parte, 
Celag analizó cada una de las mesas observadas por OEA y modificó el 
conteo teniendo en cuenta los cuestionamientos de la organización 
americana, y aún así no había grandes cambios en los resultados. “No 
podemos sino calificar de tendencioso el intento de impugnar los casi 
35.000 votos de ventaja que Morales obtuvo en estas 226 actas, toda vez 
que en su mayoría no reportan diferencias significativas respecto a sus 
medias municipales”, sostuvo Celag. 
 Conclusiones  
 En sus conclusiones, Celag sostiene que el informe de OEA es 
tendencioso y que no consigue confirmar que las irregularidades 
detectadas hayan determinado el resultado. Esto es, que sólo por esas 
irregularidades Evo Morales haya superado en 10 puntos porcentuales a 
Carlos Mesa. 
 La evidencia confirma entonces que la principal 
argumentación de la oposición boliviana y de los sectores golpistas, 
asociados al ejército y al evangelismo, era tendenciosa e insuficiente. 
 Esto no quiere decir que si el informe hubiese sido certero exista 
alguna justificación para un golpe militar, pero sí ratifica que ni 
siquiera había un espíritu de hacer algún tipo de justicia en los 
golpistas, sino que apenas si encontraron en el informe una posibilidad 
para derrocar al presidente. 
 Pero lo más grave es que la propia
 OEA, la entidad que en su propia carta magna tiene un principio 
democrático y que expulsó a países por no cumplir con esa carta, avaló 
el derrocamiento ilegal de Evo Morales. 
 Esa acción revela una 
gravísima desprotección institucional para los gobiernos 
constitucionales de Latinoamérica que eventualmente puedan enfrentar una
 crisis desestabilizante de sectores conservadores y de ultraderecha. 
 Porque, además del carácter económico, social, racial y hasta simbólico
 del golpe, detrás hay un fuertísimo componente ideológico y 
geopolítico.
 
  
 
Referencias: 
 
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