Del 29 de enero al 6 de mayo pasado, Estados Unidos envió
a México a 4 mil 217 personas originarias de Centroamérica para que
esperen en nuestro país respuesta a la solicitud de asilo hecha al
gobierno estadunidense, se indica en estadísticas oficiales.
La medida impuesta por la nación vecina es considerada por el
gobierno mexicano como unilateral; sin embargo, sigue recibiendo a las
personas en su territorio
por razones humanitarias.
Aunque al inicio de esta operación el Instituto Nacional de Migracion
(INM) advirtió que México no tenía condiciones para hacer frente a esta
recepción, no se ha hecho ningún intento de devolución de los
extranjeros , por el argumento antes referido.
La estrategia de Washington dio inicio en enero pasado y luego de
amparos interpuestos por solicitantes de asilo, los retornos de fueron
suspendidos por algunos días, en la primera semana de abril.
Sin embargo, una semana después se reanudó la internación por los
puertos fronterizos de Baja California y Chihuahua de originarios de
Honduras, Guatemala y El Salvador que solicitan asilo.
Es así que en menos de un mes (16 de abril al 6 de mayo) fueron
registrados en nuestro país 2 mil 894 personas, equivalentes, por
ejemplo, al total de salvadoreños recibidos en el primer trimestre del
año, principalmente por la frontera sur mexicana.
El mayor número de extranjeros en esa situación entró a México por
Ciudad Juárez, Chihuahua, aunque también este paso se hace por el puerto
fronterizo El Chaparral, en Tijuana, Baja California, así como en la
Garita de Mexicali, en la misma entidad.
Los datos anteriores son del INM, organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Tras la reanudación, en abril, el envío ha sido ininterrumpido pese a
que grupos que buscaron amparo ante un juez federal de San Francisco
advirtieron que la política de Estados Unidos viola las leyes federales
al no evaluar adecuadamente los peligros que enfrentan los migrantes en México.
El gobierno de Donald Trump señala que la política responde a una
crisis en la frontera sur que ha saturado la capacidad de las
autoridades migratorias para detener a los migrantes.
El inicio de esta práctica en enero pasado representó un cambio sin precedentes en el sistema de asilo de Estados Unidos.
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada

No hay comentarios:
Publicar un comentario