Blog de Leonardo Boff
Observador
atento de los procesos de transformación de la economía mundial en
contrapunto con la brasilera, Celso Furtado, uno de nuestros mejores
nombres en economía política, escribió en su libro Brasil: la construcción interrumpida
(1993): «En medio milenio de historia, partiendo de una constelación de
factorías, de poblaciones indígenas desgarradas, de esclavos
trasplantados de otro continente, de aventureros europeos y asiáticos en
busca de un destino mejor, llegamos a un pueblo de extraordinaria
polivalencia cultural, un país sin paralelo por su vastedad territorial y
su homogeneidad lingüística y religiosa. Pero nos falta la experiencia
de pruebas cruciales, como las que conocieron otros pueblos cuya
supervivencia llegó a estar amenazada… No ignoramos que el tiempo
histórico se acelera y que el recuento de ese tiempo se hace contra
nosotros. Se trata de saber si tenemos un futuro como nación que cuenta
en la construcción del devenir humano. O si prevalecerán las fuerzas que
se empeñan en interrumpir nuestro proceso histórico de formación de un
Estado-nación» (Paz e Terra, Rio de Janeiro 1993, p. 35).
Hay
que reconocer que la actual sociedad brasileña ha conocido avances
significativos bajo los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) y
de sus aliados. Nunca había ocurrido antes, en las fases históricas
hegemonizadas por las oligarquías tradicionales, que siempre detentaron
el poder de Estado y nunca tuvieron un proyecto de nación, sólo el
propósito corporativo de enriquecimiento ilimitado. Ahora con un Estado
post-democrático y de excepción se está produciendo aceleradamente el
desmonte de estas políticas, aumentando el sufrimiento del pueblo.
Nos
estamos acercando a lo que Celso Furtado llamaba “pruebas cruciales”.
Actualmente después del golpe de 2016, tal vez como nunca antes en
nuestra historia, hemos alcanzado esta etapa crítica de las “pruebas”.
Dada la aceleración de la historia, impulsada por la crisis sistémica
mundial, nos vamos a ver forzados a tomar una decisión: o aprovechamos
las oportunidades de este momento, reafirmando nuestra soberanía y
garantizando nuestro futuro autónomo o las desperdiciamos y viviremos
atados al destino decidido siempre por los que nos quieren condenar a
ser sólo proveedores de productos in natura y a recolonizarnos de nuevo.
No
podemos aceptar esta extraña división internacional del trabajo.
Tenemos que retomar el sueño de algunos de nuestros mejores analistas
del nivel de Darcy Ribeiro, Luiz Gonzaga de Souza Lima, Celso Furtado y
Jessé Souza, entre otros, que propusieron una reinvención o refundación
de Brasil sobre bases nuestras, gestadas por nuestro ensayo
civilizatorio tan enaltecido y reconocido mundialmente.
Este
desiderátum ha sido profundamente herido por el golpe parlamentario.
Por detrás de él están las clases dominantes internacionalizadas que
intentan imponer una agenda política de un neoliberalismo radical que
les devuelva los privilegios históricos amenazados por las políticas
sociales populares que sacaron de la miseria y de la invisibilidad a
millones de brasileños pobres.
El
sueño de una reinvención y refundación de Brasil no se puede perder, ni
puede ser sepultado por la voracidad destructora de los dueños del
tener, del poder y del saber. Su tiempo pasó. Ha crecido una nueva
conciencia política, especialmente a partir de los movimientos sociales
populares que se cuentan por centenares. Allí siempre se plantea la
cuestión: ¿Qué Brasil queremos? (cf. Boff, Concluir la refundación o prolongar la dependencia, 2018) ¿Cómo vamos a construirlo juntos? ¿Con qué fuerzas y aliados podemos contar para esa tarea gigante?
¿Podrán
ser co-parteras de una ciudadanía nueva ―la co-ciudadanía y la
ciudadanía ecológica y terrenal― que articula al ciudadano con el
Estado, al ciudadano con el otro ciudadano, lo nacional con lo mundial,
la ciudadanía brasileña con la ciudadanía planetaria, ayudando así a
moldear el devenir humano? ¿O se harán cómplices de aquellas fuerzas que
no están interesadas en la construcción del proyecto-Brasil porque se
proponen insertar a Brasil en el proyecto-mundo globalizado de forma
subalterna y dependiente, con ventajas concedidas? Pues éste es el
proyecto de los que dieron el golpe parlamentario, jurídico y mediático
de 2016.
La
actual crisis brasileña nos fuerza a decidir no qué partido apoyamos,
sino de qué lado estaremos. La situación es urgente, pues como advertía
con tristeza Celso Furtado: “todo apunta a la inviabilización del país
como proyecto nacional” (op. cit. 35). Pero no queremos aceptar como
fatal esta grave advertencia.
Todavía
hay tiempo en estas elecciones para cambios que pueden reorientar al
país hacia su rumbo correcto, especialmente ahora que, con la crisis
ecológica, se ha convertido en un peso decisivo para la balanza y el
equilibrio buscado por el planeta Tierra. Es importante creer en nuestra
misión planetaria.
Todo
está clamando por una refundación de Brasil sobre otras bases porque
las vigentes son altamente antipueblo, destructivas de las personas,
irrespetuosas con la naturaleza, espoliadoras de los bienes públicos,
violadoras de la soberanía nacional y negadoras de un futuro mejor.
Leonardo Boff ha escrito Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia (Vozes, 2018).
Traducción: Mª José Gavito Milano, para el Blog de Leonardo Boff.
Traducción: Mª José Gavito Milano, para el Blog de Leonardo Boff.
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