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viernes, 30 de marzo de 2018

La complicidad israelí con la dictadura Argentina; venta de armas y silencio

Virginia Bolten

Durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, Argentina estaba sometida a un embargo internacional de ventas de armas por violaciones a los DD.HH. No obstante, este embargo fue incumplido por Israel. Hubo múltiples contratos de ventas de material bélico israelí a Argentina que incluyó: aviones Mirage IIIC y A-4E Skyhawk, sistemas de alerta radar, camperas de abrigo, munición, misiles Shafrir y equipos de comunicación. Asimismo, muchos técnicos israelíes realizaron la instalación de estos equipamientos y brindaron asesoramiento militar.
El monto de las mencionadas compras ascendió a los U$S700 millones, lo que equivaldría al día de hoy un monto aproximado de U$S1.400 millones. Las compras se realizaron vía Perú, donde aviones de Aerolíneas Argentinas retiraban el material bélico desde el aeropuerto de Lima y lo trasladaban a Buenos Aires. Una de las compras que realizó la dictadura militar fue por aviones durante la guerra de Malvinas, los mismos llegaron una vez finalizada. Las transacciones se realizaron por medio de la empresa Isrex -instalada en Argentina desde 1968- que actualmente suministra entre otras cosas, sistemas de riego por dispersión.
Esta venta de armas tuvo repercusiones negativas en la relación de Israel con Gran Bretaña. No obstante, no perduró en el tiempo. En el 2017, Reino Unido lanzó un millonario plan de compras de armas para las Islas Malvinas. En el segundo trimestre del año, el Reino Unido llegó a un acuerdo con el departamento de defensa de Israel por U$S95 millones, según informó el portal Mercopress.
La compra de armamento es a la empresa israelí Rafael Defense System. El sistema incluye una red de gestión de batalla, comando, control, comunicaciones e informática (BMC4I). Junto con la asociación de una empresa británica, suministrará un sistema de misiles para defensa aérea terrestre para el año 2020.
El periodista Hernan Schiller, uno de los fundadores del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, detalló en el artículo El judaísmo oficial y la dictadura los vínculos israelíes con la dictadura. En la nota informa sobre la expresión de Reneé Epelbaum, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, quien tiene sus tres hijos desaparecidos “No quisiera enterarme que a mis hijos judíos los mataron con armas israelíes”. Asimismo Schiller detalla que Eduardo Luis Duhalde, durante una entrevista a un policía arrepentido de los crímenes de la dictadura, informó que Herzl Inbar -ministro consejero de la embajada de Israel en Argentina- les brindaba “instrucciones antisubversivas”.
En otra nota, publicada en Página 12, El judaísmo oficial, la dictadura y el “Pirkei Avot”, Schiller transcribe lo que María Gutman, de Madres de Plaza de Mayo, publicó en el periódico Nueva Sion: “He leído con atención este escrito aberrante que es el ‘Informe oficial de Israel sobre desaparecidos judíos en la Argentina’”. “No me sorprende el descaro y la desfachatez de las autoridades israelíes, que no dicen absolutamente nada de su nefasto papel en esa época. Israel, al igual que sus patrones norteamericanos, le dio a la dictadura apoyo económico, político, moral y armamentístico. Nuestros queridos hijos sufrieron una doble persecución: por parte de los fascistas uniformados, que los torturaron y los hicieron desaparecer. Y, también, por parte de los fascistas judíos, que armaron a los asesinos. Cuando en 1982 el primer ministro Shamir vino a Buenos Aires, no nos quería recibir. Shamir es un fascista y yo soy antifascista. También lo era mi hijo. Y yo estoy profundamente orgullosa de los sueños revolucionarios y de las luchas de mi hijo. Que era judío y, a lo mejor, fue asesinado con armas israelíes”.
En declaraciones al medio DelaCole.com, Herzl Inbar, quien dirigió la embajada israelí en Argentina durante aquellos años, expresó: “No es un secreto que en aquella época, antes de ella y después de ella teníamos con la Argentina relaciones vinculadas al negocio de las armas”. Luego continuó: “Eso posibilitó una mejor llegada a los militares en el poder. Habría que mirar esto bajo dos opciones; una simple por la cual nos hubiésemos prohibido comerciar con un país así y la otra, la pragmática, nada fácil. Cuando tuvimos que localizar shlijim del Hashomer Hatzair que desaparecieron en Córdoba en 1976, logramos hacer esto en horas gracias a nuestros vínculos con el poder. Si; estuve sentado con los asesinos pero pensamos que era la mejor forma de salvar judíos”.
La dictadura argentina tuvo un sesgo profundamente antijudio. De hecho, muchas de las teorías conspirativas como el “Plan Andinia” surgieron en el seno de la dictadura militar. Esto no se debe confundir con la evaluación de territorios a ocupar por el sionismo; unas de las opciones analizadas fue la patagonia argentina. En la dictadura hubo 2000 personas judías detenidas-desaparecidas, el 1% de la comunidad argentina, un número mayor a la comunidad en general.

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