La
 edición número XXIII del Foro de San Pablo sesionó en la capital 
nicaragüense entre los días 16 al 18 de julio. Allí participaron más de 
300 representantes de movimientos sociales y partidos de izquierda de la
 región. Una de las figuras destacadas de este encuentro fue la del 
líder independentista puertorriqueño Óscar López Rivera, quien estuvo 
preso 36 años en EEUU bajo cargos de conspiración sediciosa.
En enero de este 
año su pena fue conmutada y tiempo después fue liberado. Regresó a su 
país para continuar la lucha por su independencia. "La prisión es un 
sitio donde se pretende deshumanizar a las personas. Cuando uno escoge 
servir a una causa noble sabe que puede lidiar con momentos difíciles. 
He salido de prisión mucho más fuerte que cuando entre en 1981, y lo 
hice con mi dignidad y mi espíritu incólumes", dijo al programa radial 
de Sputnik 
GPS Internacional
 López Rivera.
Aseguró que sus carceleros nunca pudieron 
quitarle la comunicación con su pueblo. Recibía cartas que eran como 
"rayitos de esperanza y alegría". "La solidaridad de mi pueblo boricua y
 de todos los seres amantes de la justicia y la libertad fue algo muy 
significativo para mi. Quiero saludar a todo el pueblo uruguayo y al 
expresidente José ‘Pepe' Mujica, quien se dirigió a [Barack] Obama para 
solicitarle mi excarcelación", contó.
En Puerto Rico, 
un territorio con serias dificultades económicas, continúan firmes los 
movimientos independentistas. Sin embargo, el reclamo que llevó a la 
cárcel a López Rivera sigue tan vigente como antes. "Las condiciones en 
Puerto Rico han creado una crisis enorme. La situación económica es 
dura. EEUU pretende saquear lo poco que tenemos. Hoy hay menos población
 boricua en nuestro territorio que en EEUU, donde hay casi cinco 
millones, mientras que en Puerto Rico hay menos de tres. Hemos perdido 
muchos de nuestros recursos más preciados, que son las personas. Han 
tenido que emigrar del país por la situación económica", señaló.
Para el independentista puertorriqueño el 
problema principal de América Latina es la injerencia de EEUU. "Ese país
 sigue dando apoyo a las oligarquías de latinoamericanas. Pero hay 
resistencia de quienes quieren ver a sus países libres de este asedio. 
Eso es algo positivo", concluyó este hombre que asegura seguir amando a 
su nación y prometió continuar luchando por su independencia.
 

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