Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
La Jornada
La
guerra multidimensional–excluyendo todavía la vía militar directa– de EU contra Rusia y China ha elevado su nivel en otros frentes y ahora se practica en forma obscena y directa en tres segmentos:
1) la
guerra energética;
2) la
guerra geofinanciera, y
3) la
guerra de divisas, sin contar las otras confrontaciones, cibernética y de propaganda, en curso.
No fue menor el reciente anuncio timorato de relanzar la proyectada
bolsa petrolera rusa de San Petersburgo, Spimex, que busca romper el
supremacismo energético anglosajón y la hegemonía del dólar (http://goo.gl/jXNzzo), en paralelo a los amagos de independencia bursátil y liberación energética de China.
Bloomberg News destacó hace poco que la apertura de la bolsa
petrolera de China en la plaza de Shanghai, donde operaría sus primeros
contratos, arrastra los pies todavía después de
más de 20 años (¡supersic!)de su anuncio (http://goo.gl/My2mfO).
El motivo aducido, poco creíble, es la
volatilidadde los mercados, como si ello fuera algo novedoso, cuando es consustancial a la creación de
burbujasdel mercado neoliberal global, como acaba de confesar el francés centralbanquista Jacques de Larosière de Champfeu, malhadado ex director ejecutivo del FMI.
Anunciada para finales de 2015, la apertura de la bolsa petrolera de
Shanghai –que contribuiría a romper el supremacismo energético
anglosajón de la mercantilización del crudo por el Nymex y el IPE,
respectivamente, en las plazas financieras de Nueva York y Londres– fue
pospuesta hasta una fecha inespecífica de 2016, cuando ya han
transcurrido cinco meses.
Hace más de 20 años, el gobierno chino
introdujo un contrato doméstico de crudo en 1993, que fue
detenido un año más tarde en medio de la evaluación (sic) de su industria energética.
No hay que
evaluardemasiado
20 años más tardecuando las importaciones de China se han incrementado en forma sustancial: 7.9 millones de barriles al día (MBD): 8.3 por ciento más en lo que va del año y cuya mayoría sirve para almacenar sus reservas estratégicas (http://goo.gl/IfqVZp).
No es lo mismo la China de hoy que la de hace dos décadas, cuando
apenas empezaba a despuntar en la geoeconomía global –en ese momento se
encontraba incluso detrás de México– y aún no implementaba su
trascendental
asociación estratégicacon Rusia, en la fase de rehabilitación y restauración relativas del zar Vlady Putin.
Hoy los diestros mosqueteros chinos, veinte años más tarde, se han
posicionado como la primera superpotencia geoeconómica global (medido
por el poder adquisitivo) y han establecido una
asociación estratégicanuclear y gasera con Rusia –cuyos verdaderos alcances permanecen secretos– para impedir la humillante estrangulación por EU.
Como imagen en espejo, las exportaciones de Rusia a China rompieron récord (https://goo.gl/d1pjum),
lo que (en)marca la complementariedad que se puede generar entre los
dos proyectos de las nuevas bolsas petroleras: la rusa de San
Petersburgo (Spimex) y la de Shanghai.
El zar Putin parece aplicar el apotegma biologista de que
la función crea al órgano, como profirió a finales de 2014, durante la cumbre de la APEC en Pekín, antes de las asfixiantes sanciones de Obama y de la guerra contra el rublo (vía desplome del crudo): “El uso del rublo y el yuan podría reducir la influencia del dólar (https://goo.gl/96HMfA)”.
Casi un mes después de los anhelos tripolares de Putin, su feroz
contrincante Obama –quien optó hasta ahora en forma eficiente y casi
silenciosa por la
guerra geofinancieray la
guerra de divisas, en lugar de las desastrosas aventuras militares– le propinó una tremenda paliza al rublo.
El presidente estadunidense, Barack Obama, en la reunión que sostuvo
con empresarios, ayer en ciudad Ho Chi Minh (antigua Saigón), en VietnamFoto Ap
No será sencilla ni tersa la transición al nuevo orden tripolar entre EU, Rusia y China cuando los halcones –financieros y militares– de Washington se empecinan en su inviable unipolaridad.
China compite ya con EU como el mayor importador global de crudo y
requiere no sólo establecer mayor influencia en la cotización del oro
negro, sino también promover la utilización del yuan/renminbi, por lo
que ha relajado las reglas que permiten la importación del petróleo a
las refinerías “independientes (http://goo.gl/9zSW3g)”.
No es nada desdeñable la participación de las refinerías chinas, que han llegado a procesar casi 10.6 MBD.
Más allá de la vulgar cuan reduccionista mercantilización del crudo,
las coyunturas geopolíticas son cruciales para la toma de decisiones del
gobierno chino, en la etapa de florecimiento/consolidación/salvaguarda
por el mandarín Xi de su singular modelo mixto (público/privado).
Lu Feng, funcionario de Shanghai International Energy Exchanges,
comentó que dicha bolsa energética debe concluir reglas y conductas de
simulación mercantil –¡después de más 20 años!–, además de que requiere
la aprobación de la Comisión Regulatoria de Valores Bursátiles de China.
Según Bloomberg, las turbulencias bursátiles y la volatilidad de los mercados financieros –donde descuellan tanto la
guerra de divisascomo la
guerra geofinancieraentre el dólar y el yuan/renminbi que no se atreven a decir su nombre– han apaciguado las ansias del gobierno chino que necesita tener mayor influencia en la cotización del petróleo que controlan hoy en forma anómala las plazas de Nueva York y Londres.
¿Teme China a la
guerra geofinancieraen boga que le pueden propinar sin misericordia las doblemente plazas financieras/energéticas de Nueva York y Londres?
En el más reciente encontronazo de
guerra geofinancieraentre el dólar y el yuan/renminbi, China se vio obligada a desprenderse de un billón de dólares de sus reservas de divisas que siguen siendo las primeras del planeta, ahora disminuidas a 3 billones de dólares.
Gabe Collins, del portal The Diplomat (muy cercano a Japón),
comenta que “el enfoque intenso sobre el auge del petróleo de
Norteamérica (sic), Arabia Saudita y los yihadistas de Daesh/Isis
oscurecen una importante tendencia (sic) energética emergente: la
producción del petróleo de China está llegando a su pico (http://goo.gl/lalPO6)”
–que explicaría su espectacular rebote reciente desde el desplome de 25
dólares el barril hasta los linderos de 50 dólares de hoy–, lo cual
“tendrá implicaciones profundas en el mercado petrolero, ya que China no
es sólo un importador masivo de crudo, sino que se encuentra también
entre los cinco principales productores globales, detrás de EU, Rusia,
Arabia Saudita y prácticamente empatada con Canadá (http://goo.gl/cbMkes)”.
Otro capítulo especial lo constituye el petróleo de esquisto ( shale oil),
del que China posee pletóricas reservas globales con un enorme
potencial, según la muy sesgada EIA: 32 mil millones de barriles
técnicamente recuperables.
¿Cómo responderá el presidente saliente Obama a las veleidades libertarias bursátiles de Rusia y China?
Por lo pronto, en el área del binomio ambiguo cuan confuso de
cooperación/confrontaciónde Obama y el mandarín Xi, EU ha levantado en forma alarmante el embargo de venta de armas
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