Entrevista a Alfredo Rada Vélez, Viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil
La Epoca
El miércoles 24
de febrero el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia reconoció
en conferencia de prensa la victoria del NO a la reforma constitucional
en el referéndum del pasado 21 de febrero, sin duda ese resultado golpea
uno de los pilares más sólidos del proceso de cambio, pero por otro
lado, resaltó el apoyo del núcleo duro del proceso, representado en los
movimientos sociales.
Entrevistamos al Viceministro de
Coordinación con Movimientos Sociales y Sociedad Civil, Alfredo Rada,
para conocer desde su perspectiva el rol de los movimientos sociales en
el nuevo contexto abierto luego del referéndum, y también una evaluación
inicial sobre lo ocurrido.
-Luego de ver los resultados
en el referéndum 21F, en especial con la marcada diferencia entre el
voto de las ciudades capitales, zonas periurbanas y áreas rurales ¿Cómo
evalúa el apoyo y participación de los movimientos sociales?
-Alfredo Rada (AR): Hemos constatado que el voto rural se ha mantenido
leal al proceso de cambio; estoy hablando de las comunidades campesinas
originarias de los departamentos de La Paz, Oruro, Cochabamba,
Chuquisaca y Potosí, así como bastiones tradicionales como San Julián y
Yapacaní en el departamento de Santa Cruz, además de varias zonas en los
departamentos de Pando, Beni y Tarija. También han votado
contundentemente por el Si en los mayores distritos mineros que son
Huanuni, Colquiri y San Cristóbal, donde se encuentran los sindicatos
más fuertes de este sector. Asimismo el voto de los trabajadores
fabriles y constructores (los sectores proletarios más numerosos de la
Central Obrera Boliviana) se hizo sentir en las barriadas populares de
La Paz, en los distritos urbanos más poblados de El Alto, también en las
ciudades de Vinto, Quillacollo y en la plebeya zona sur de la ciudad de
Cochabamba, en las villas y en la ciudadela del Plan 3000 de la ciudad
de Santa Cruz. El voto de otros sectores urbano populares fue
particularmente importante en El Alto, La Paz, Cochabamba y Oruro,
aunque debemos reconocer que en las otras 6 ciudades capitales del país
hubo bastante merma en el respaldo. En otras palabras, la base social
indígena-obrera-popular del proceso de cambio ha continuado respaldando
al compañero Evo y esa es la composición mayoritaria de clase del 49% de
apoyo a la opción Si en el referéndum del pasado 21 de febrero. La
opción del No triunfó contundentemente entre los pobladores urbanos de
ingresos medios y altos, pero también logró captar el voto joven en las
ciudades y ello debe preocuparnos.
-¿Fue tan decisivo el
factor de las redes sociales para el resultado del referéndum? ¿No hay
otros factores que llevaron a este resultado?
-AR: En un
sentido general las redes sociales surgen desde las herramientas
tecnológicas de información y comunicación. No es que puedan crear
“realidades virtuales”, pero sí pueden expresar, llevándolas hasta el
paroxismo, algunas tendencias que están presentes dentro de la sociedad.
Su impacto se ha sentido fundamentalmente en la denominada clase media
que más fácilmente accede al internet. Debemos reconocer que había una
base subjetiva sobre la que la derecha montó su campaña sucia que alentó
el racismo y la discriminación. Esa base de subjetividad se originó en
algunos casos de corrupción que, desde mi punto de vista, no fueron
aclarados plenamente. Me refiero al caso del Fondo Indígena en el que si
bien hay un proceso investigativo que ha llevado a la detención de
varias personas involucradas (entre ellas la ex ministra Julia Ramos y
varios dirigentes campesinos, algunos vinculados al MAS y otros a la
oposición) no fue citada por la Fiscalía la señora Achacollo, también ex
ministra. ¿Si Achacollo no había cometido delitos, por qué no asistió
voluntariamente a declarar? Este tipo de errores deja un precedente
sobre el cual se arman tramoyas como el caso Zapata. En síntesis, no
creo que sea acertado atribuir la derrota únicamente a las redes
sociales. Hay que reconocer que los casos de corrupción erosionaron la
confianza del pueblo, que la derecha realizó una campaña mucho más
efectiva en la que logró posicionar la idea de recambio generacional por
encima de las ideas de estabilidad y futuro que planteó la campaña por
el Si, hay que darse cuenta que no se logró neutralizar el aparato
mediático y político opositor que actuó con sus propias estrategias y
con una hoja de ruta precisa y sumamente eficiente, además del
financiamiento externo que fortaleció la campaña del No. También el
debilitamiento en el último tiempo de la estructura política del MAS fue
un factor que llevó a este resultado.
-Luego de los hechos
ocurridos en la alcaldía de la ciudad de El Alto que terminaron con la
muerte de 6 personas. ¿Qué apreciación tiene la victoria del Si en
aquella ciudad?
-AR: Esos hechos violentos que ocurrieron 4
días antes del referéndum tienen que ver con un conflicto carácter
municipal entre las denominadas “Juntas Escolares” -que aglutinan a
madres y padres de los estudiantes de colegios fiscales- contra la
Alcaldía de El Alto que no está atendiendo las necesidades de
infraestructura educativa en esa ciudad. No se trató de un conflicto
nacional, sino de un problema local que se fue agravando por la falta de
atención de la alcaldesa opositora Soledad Chapetón y que derivó en el
incendio de un edificio municipal en el que perdieron la vida seis
funcionarios ediles. La derecha trató de echar la culpa al Gobierno para
de esa manera generar una especie de “voto castigo”, pero fracasó en
ese afán y en las urnas los alteños dieron el triunfo electoral al Si.
Es muy importante este triunfo del Si en la urbe alteña porque estamos
hablando de la ciudad en la que en octubre del 2003 se produjo la
insurrección contra el neoliberalismo que derrocó a Gonzalo Sánchez de
Lozada. La victoria en El Alto es significativa para seguir impulsando
el proceso de transformaciones a nivel nacional.
-En el
análisis de la oposición se habla de confrontación y polarización como
resultado del referéndum y culpan de ello al Movimiento Al Socialismo.
¿Cómo aprecia ese análisis?
-AR: En la dinámica de la lucha
de clases la burguesía va a denominar “confrontacional” a toda
orientación gubernamental favorable a los trabajadores y campesinos.
Tiene el temor de que en los espacios abiertos para la participación del
bloque social revolucionario en el proceso, uno de los más importantes
la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM) que se reúne
mensualmente con Evo, se proyecten e implementen medidas de gobierno que
profundicen las transformaciones. Hoy tenemos esa oportunidad, luego de
que ha quedado en evidencia que la burguesía agroexportadora y
financiera asentada en Santa Cruz, que se acercó sonriente al gobierno
prometiendo inversiones y apoyo, sólo estaba buscando preservar su poder
económico para, una vez logrado ello, gestar y expandir el proyecto
político de derecha restauradora del neoliberalismo más peligroso de los
últimos diez años: el Movimiento Demócrata Social. El MDS de Rubén
Costas ha triunfado electoralmente en el departamento de Santa Cruz, se
ha expandido hacia el centro del país con el alcalde cochabambino José
María Leyes y tiene dos importantes acuerdos programáticos en el
occidente, el primero con el alcalde Luis Revilla en la ciudad de La
Paz, el segundo con la burguesía cooperativista minera en la ciudad de
Potosí. A quienes se preguntan por qué el apoyo a Evo disminuyó en Santa
Cruz en este referéndum, les respondo que desde que se impuso al
interior del gobierno una tendencia conciliadora con los grandes
empresarios cruceños, se ha dejado intacto aquel poder económico burgués
que hoy, convertido en proyecto político, amenaza con vencer a las
fuerzas revolucionarias.
-Pero entonces, ¿en qué queda ahora
aquella idea del “derrotar e incorporar” que parecía tan consustancial
al concepto de hegemonía?
-AR: La idea de la incorporación
del contrincante derrotado, como supuesto resultado de la
universalización de las necesidades colectivas del bloque social
dominante, que se decía era una combinación de un planteamiento
leninista (de fuerza, de victoria con derrota del enemigo) con otro
gramsciano (de seducción y convencimiento) , ha sido en realidad un
planteamiento que terminó justificando no sólo la apertura de nuestro
proyecto a elementos provenientes de la derecha, sino también a las
orientaciones no revolucionarias de carácter pactista con la burguesía
cruceña aglutinada en la Cámara de Industria, Comercio y Servicios
(CAINCO) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO). Nunca he estado de
acuerdo con estas propuestas; es más, creo que los resultados del
referéndum en Pando y Beni, pero fundamentalmente en Tarija y Santa
Cruz, muestran la debacle del pactismo y exigen que nos olvidemos del
“derrotar e incorporar”.
-Luego de reunirse con el
Presidente Evo, el comité ejecutivo de la Central Obrera Boliviana
manifestó su respaldo al proceso de cambio. ¿Cuál será el rol de la
Central Obrera Boliviana y CONALCAM en estos años?
-AR: Si
leemos la Tesis Política aprobada en el Congreso de la Central Obrera
Boliviana realizado en la ciudad de Tupiza, encontraremos un
planteamiento muy consistente sobre el papel de los movimientos sociales
en el proceso de cambio, además de una estrategia para la defensa y
profundización del mismo. Por tanto, no es un planteamiento pasivo o
seguidista, sino activo y perfectamente capaz de tomar iniciativas
programáticas en lo económico –considerando que estamos ya en un nuevo
escenario en el que nos está golpeando la crisis global del capitalismo,
en lo político –sabiendo que ahora tenemos que enfrentar a una derecha
remozada y que tiene un proyecto político regresivo, y en lo social
–ahora que se deben encarar los temas de la reforma integral de la
justicia o el cambio en el sistema de salud pública.
-En la
teoría revolucionaria se habla de que nadie es o al menos no debería ser
imprescindible en un proceso, en cambio sí señala que los sujetos
pueden o no encontrarse a la altura del momento histórico, sin duda el
presidente Evo Morales lo estuvo, ahora el Proceso de Cambio enfrenta el
reto de su consolidación más allá del liderazgo del presidente Evo, en
ese entendido. ¿Que tareas cree que están a la orden?
-AR:
Considero que debemos seguir trabajando en la formación política y ética
revolucionarias, en la construcción programática para profundizar el
proceso de cambio y en el fortalecimiento del bloque social
revolucionario que es la base de este proceso, así como reforzar la
estructura política del MAS, purgando a los infiltrados de derecha que
se incrustaron en nuestras filas. Evo Morales seguirá siendo el factor
de unidad de los movimientos sociales, seguirá ejerciendo un liderazgo
plebeyo y la conducción del gobierno por los siguientes 4 años. En torno
a él debemos preservar la unidad y el tema de nuevas candidaturas
recién discutir allá por el 2018. Sin embargo, hasta entonces debemos
tener fortalecido un bloque histórico de poder y el programa
revolucionario en plena implementación; la candidatura deberá responder a
esos dos factores. Yo creo que el 21 de febrero hemos sufrido una
derrota táctica dentro de una lucha estratégica; no se trató de una
derrota estructural ni mucho menos irreversible, por ello confío que
rápidamente recuperaremos el terreno perdido.
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