 Esta 
acción delictiva fue una reacción desesperada por parte de ENERGUATE 
(ahora propiedad de la Corporación Israelí POWER) para intentar frenar 
la creciente disconformidad social de sus usuarios a nivel nacional por 
las excesivas facturas de electricidad y malos servicios.
Esta 
acción delictiva fue una reacción desesperada por parte de ENERGUATE 
(ahora propiedad de la Corporación Israelí POWER) para intentar frenar 
la creciente disconformidad social de sus usuarios a nivel nacional por 
las excesivas facturas de electricidad y malos servicios.
Los 
usuarios disconformes, organizados en cientos de comunidades en 
resistencia a nivel nacional, ahora, ya no exigen sólo el “buen 
servicio” de la energía eléctrica, sino la nacionalización de la 
distribución de la misma. Entre tanto, se resisten a pagar el consumo 
mensual de la electricidad a la empresa.
La criminalización y el castigo indebido a defensores fertiliza aún más la conciencia social y la resistencia popular
A
 los tres defensores de derechos humanos, detenidos y encarcelados 
indebidamente, la Empresa y el MP exigió el pago de una fianza económica
 de un millón de quetzales por la libertad condicional de cada uno de 
ellos. Ante la imposibilidad de dicho pago, dichos defensores fueron 
recluidos preventivamente en la cárcel por más de tres meses (93 días).
Concluido
 el período de la investigación, los tres defensores detenidos fueron 
liberados el 29 de septiembre del 2014, y ligados a proceso penal por 
delitos de acciones contra la seguridad del Estado y tentativa de 
estafa, y el juez de Primer Instancia de la ciudad de Huehuetenango fijó
 Audiencia Pública para el 16 de febrero del 2016, ordenando hasta 
entonces la permanencia de los defensores acusados en sus respectivos 
departamentos de origen.
El movimiento nacional CODECA por la 
nacionalización de la energía eléctrica, lejos de desarticularse con la 
criminalización y encarcelamiento de sus defensores mayores, cobró mayor
 vitalidad y expansión a nivel nacional. Mucho más cuando los 
principales agentes estatales contra los derechos de las resistencia 
comunitarias, Otto Pérez Molina (Presidente de la República) y Roxana 
Baldetti (Vicepresidenta) fueron “destituidos” y encarcelados por actos 
criminales de corrupción.
Meses después del encarcelamiento del 
binomio gobernante (aliados de ENERGUATE), la corporación británica 
ACTIS (propietaria de ENERGUATE) transfirió la totalidad de sus acciones
 en ENERGUATE (empresa repudiado socialmente y conflictuado 
económicamente) a la corporación israelí POWER (que actualmente controla
 parte de la producción, transporte y distribución de la electricidad en
 el país).
ACTIS se fue del país, como lo hizo en su momento la 
corporación española UNIÓN FENOSA, llevándose consigo millonarias 
ganancias económicas, pero legando al país un conflicto social creciente
 bien sembrado.
En la actualidad, la desconfianza y el repudio 
social en el área rural contra ENERGUATE es creciente y más evidente. 
Sus técnicos circulan en carros con vidrios polarizados y sin logotipos 
de la empresa. Sus agentes y abogados (incluso la fiscalía especial 
contra el hurto de electricidad creada para defender los intereses de 
ENERGUATE) sufren bullying social en los tribunales de justicia y en las
 calles.
En otras palabras, se está instalando en el imaginario 
colectivo popular guatemalteco el nominativo ENERGUATE como sinónimo de 
empresa abusiva y predadora de defensores comunitarios guatemaltecos.
ENERGUATE-MP, no consiguen doblegar a las comunidades en resistencias ni en las calles, ni en los tribunales
Mientras
 la empresa judía intenta lidiar con sus usuarios convulsionados y en 
resistencia (que UNIÓN FENOSA y ACTIS le legaron), las comunidades en 
resistencia acusadas de “ladrones de electricidad” lograron posicionar 
el asunto de la energía eléctrica como un derecho fundamental, y en 
consecuencia, ellos autoafirmarse como defensores comunitarios del 
derecho a la energía eléctrica.
Estos defensores comunitarios de 
derechos humanos, organizados en resistencia (y en muchos casos 
criminalizados), lograron activar la atención y la solidaridad de los 
medios alternativos a nivel nacional e internacional, obtuvieron 
cercanía con los cuerpos diplomáticos presentes en Guatemala, y lograron
 captar la atención y el acompañamiento físico de organismo 
internacionales de derechos humanos.
Simultanea a esta solidaridad
 nacional e internacional, las comunidades no escatimaron los esfuerzos 
necesarios para mostrar “sus rostros” masivos en las multitudinarias 
protestas sociales exigiendo sus derechos. Situación que convirtió a 
este movimiento en el único movimiento social en movilización 
persistente en estas circunstancias de quietud social en Guatemala.
La
 concurrencia a la Audiencia Judicial del 16 de febrero pasado, que duró
 8 horas, evidenció no sólo la solidaridad y la legitimidad nacional e 
internacional de la lucha de los empobrecidos por su derecho a la 
energía eléctrica, sino también mostró el repudio social a la empresa 
proveedora, y sobre todo “el sin sentido” del proceso judicial en contra
 de los tres defensores.
El MP-ENERGUATE no pudieron argumentar, 
ni los hechos delictivos, ni su tipificación antijurídica que se imputa a
 los tres defensores, con mediana coherencia.
Fueron obligados a 
traer a la Sala de Audiencias a dos de sus cuatro testigos expertos en 
criminalística (que intentaron justificar su ausencia). Los mismos que, 
lejos de coadyuvar a los intereses de la parte acusante, abandonaron la 
sala dejando más dudas que certezas con sus conclusiones investigativas 
en base a “dicen los informantes”, cuyas identidades nadie conoce 
(disque por seguridad).
El desfile de los testigos “mal ensayados”
 del MP-ENERGUATE fue otra vergüenza de magnitud. Se trajeron de testigo
 nada menos que a los captores y secuestradores de los defensores. 
Éstos, al no soportan sus contradicciones ante el interrogatorio de la 
defensa técnica, en muchos casos, evidenciaron sus mentiras con 
respuestas como: “no me acuerdo”, “no se”, “escribí el acta de la 
captura, pero no me acuerdo el contenido del mismo…”
En ese 
contexto, la Audiencia se convirtió en un podio donde la acusada Blanca 
Julia Ajtún dio lecciones de dignidad y claridad de ideas en la defensa 
de los derechos humanos.
“Soy defensora de derechos humanos. No una delincuente”
“Soy
 Blanca Julia Ajtún Mejía, soy defensora de derechos humanos y capacito 
al resto de las mujeres en mi organización para que conozcan y defiendan
 sus derechos violentados... Me detuvieron y secuestraron los agentes de
 ENERGUATE sin que existiera orden de captura en mi contra. Sólo por 
abrirle los ojos al pueblo dormido. Señor Juez, soy defensora de 
derechos humanos, no una delincuente”, sentenció con voz firme la 
acusada.
Y mirándole a los ojos al abogado de ENERGUATE le dijo: 
“Ud. fue el que planificó mi secuestro. De su cara no me olvido. Ud. 
estuvo allí riéndose cuando me maltrataban, pidiendo que nos detuvieran 
preventivamente en la Policía Nacional”.
Así, entre el evidente 
nerviosismo y tartamudeo del Fiscal y la desesperación del abogado 
querellante, la Audiencia prosiguió hasta las 16:30 horas. Momento en el
 que el Juez notificó a las partes para el próximo 22 de febrero, a las 
9:00 horas, para proseguir con el debate en curso.
Mientras esto 
ocurría en la sala de audiencias, en las puertas de la Torre de 
Tribunales, más de un centenar de indígenas y campesinos organizados en 
resistencia, provenientes de los municipios aledaños, permanecieron en 
vigilia silenciosa, bajo el sol ardiente, adornados con sus pancartas, 
en defensa de sus defensores mayores, ahora, criminalizados.
 
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