Haití
Resumen Latinoamericano / ALBA Movimientos
Al tener en cuenta lo 
que ocurrió en Haití los días 9 de agosto y 25 de octubre últimos 
pasados, resulta imposible calificarlos de jornadas electorales. Esto es
 así porque desde ningún punto de vista no hay elección sino -como bien 
lo dice el pueblo haitiano- una selección.
 Partiendo de esta 
realidad, cabe precisar entonces las características de esa selección. 
Ante todo, es necesario dejar en claro que se trata de una parte 
importante de una estrategia muy perversa dividida en dos etapas para 
poder mantener el país bajo dominación extranjera y con el sector más 
reaccionario de la oligarquía haitiana dirigiendo el gobierno nacional 
desde mayo de 2011. El 9 de agosto, durante la denominada primera vuelta
 de elecciones legislativas, la sociedad haitiana experimentó sin 
embargo una jornada donde fundamentalmente los Partidos en el poder 
cometieron distintos tipos de actos violentos y maniobras fraudulentas 
para colocar a sus candidatos en las primeras posiciones para ir a la 
segunda vuelta. Para lograr este objetivo, contaron con la complicidad 
de la Policía Nacional Haitiana -PNH-, la llamada Comunidad 
Internacional y el Consejo Electoral Provisorio -CEP-. Así, quemaron 
varios centros de votación y muchas urnas, llenaron ilegalmente unas 
cuantas, usaron sus armas para amedrentar a los electores, falsificaron 
actas, provocaron más de una decena de muertos y heridos. Sin embargo, a
 pesar de las protestas y denuncias con abundantes pruebas irrefutables 
aportadas por varios partidos políticos, diferentes organismos de DD.HH.
 y de Observación Electoral haitianos, el CEP, el gobierno nacional y la
 Comunidad Internacional a través de sus observadores decretaron que si 
bien hubo violencias, pero las elecciones eran aceptables. Fue en este 
contexto, que surgió en el país el Espacio de Resistencia Civil 
conformado por distintas organizaciones políticas, sociales y 
personalidades reconocidas nacionalmente exigiendo la anulación de esas 
“elecciones”, la renuncia del CEP, la del propio presidente Martelly y 
la formación de un gobierno de transición.
Partiendo de esta 
realidad, cabe precisar entonces las características de esa selección. 
Ante todo, es necesario dejar en claro que se trata de una parte 
importante de una estrategia muy perversa dividida en dos etapas para 
poder mantener el país bajo dominación extranjera y con el sector más 
reaccionario de la oligarquía haitiana dirigiendo el gobierno nacional 
desde mayo de 2011. El 9 de agosto, durante la denominada primera vuelta
 de elecciones legislativas, la sociedad haitiana experimentó sin 
embargo una jornada donde fundamentalmente los Partidos en el poder 
cometieron distintos tipos de actos violentos y maniobras fraudulentas 
para colocar a sus candidatos en las primeras posiciones para ir a la 
segunda vuelta. Para lograr este objetivo, contaron con la complicidad 
de la Policía Nacional Haitiana -PNH-, la llamada Comunidad 
Internacional y el Consejo Electoral Provisorio -CEP-. Así, quemaron 
varios centros de votación y muchas urnas, llenaron ilegalmente unas 
cuantas, usaron sus armas para amedrentar a los electores, falsificaron 
actas, provocaron más de una decena de muertos y heridos. Sin embargo, a
 pesar de las protestas y denuncias con abundantes pruebas irrefutables 
aportadas por varios partidos políticos, diferentes organismos de DD.HH.
 y de Observación Electoral haitianos, el CEP, el gobierno nacional y la
 Comunidad Internacional a través de sus observadores decretaron que si 
bien hubo violencias, pero las elecciones eran aceptables. Fue en este 
contexto, que surgió en el país el Espacio de Resistencia Civil 
conformado por distintas organizaciones políticas, sociales y 
personalidades reconocidas nacionalmente exigiendo la anulación de esas 
“elecciones”, la renuncia del CEP, la del propio presidente Martelly y 
la formación de un gobierno de transición.
Pero el 25 de octubre,
 en respuesta a las movilizaciones, a las denuncias, a las 
presentaciones judiciales, los responsables de esos actos violentos 
optaron por otro tipo de operación mafiosa. En efecto, la PNH desplegó 
un dispositivo de seguridad impresionante: presencia de sus integrantes 
en todos los Centros de votación, en las calles adyacentes, patrullas en
 distintos lugares, hasta pusieron cámaras de vigilancia y algunos 
drones. Así, salvo unos escasos hechos de violencia similares a los del 9
 de agosto, muchos dijeron que la jornada del 25 fue diferente, y casi 
perfecta. Sin embargo, a partir de las 16:00hs de esa jornada, es decir 
al cierre de los comicios, empezaron a aparecer, por ejemplo, grupos 
llevándose urnas, cambiando urnas, etc. Y durante el escrutinio en 
varios Centros de votación donde no pudieron cometer las barbaridades 
señaladas, en el momento de confeccionar las Actas los fiscales de los 
Partidos del gobierno con la complicidad de las autoridades electorales 
no dejaron entrar a varios fiscales de los otros Partidos. Inclusive, al
 día siguiente descubrieron urnas con votos supuestamente adversos al 
poder que no fueron enviadas al Centro de Tabulación. Un Centro sobre el
 cual no hay posibilidad real de ejercer un control eficaz. Ya, en menos
 de 48hs después de la farsa del 25 de octubre, varios de los candidatos
 a la Presidencia y a otros cargos, conscientes de estas maniobras, 
llamaron a conferencias de prensa para denunciarlas y exigir respeto a 
la voluntad popular. Pero una vez más, la Comunidad Internacional, el 
CEP y el gobierno nacional confirmaron que la jornada del 25 de octubre 
fue mejor que la del 9 de agosto, por tanto la democracia está avanzando
 en Haití.
En este contexto, no puede sorprender que numerosos 
candidatos y Partidos ya afirmaron que no van a aceptar los resultados 
que están fabricando. Sobre todo cuando no es un secreto para nadie que 
el CEP pretende colocar a Jovenel Moïse, el candidato del Partido 
Haitiano Cabeza Raspada -PHTK- del actual presidente Martelly, entre los
 2 primeros para ir a un balotaje el 27 de diciembre próximo. Por otra 
parte, el Partido Fanmi Lavalas del ex presidente Aristide ya proclamó 
que Maryse Narcisse, su candidata a la Presidencia, había ganado en 
primera vuelta. Lo mismo dicen los partidarios del ex senador Moïse 
Jean-Charles al igual que los de Jude Célestin, el hombre que Préval 
pretendía favorecer durante las elecciones de 2010-2011. Y si en el 
2010-2011 la Comunidad Internacional desplazó a Célestin y puso en su 
lugar a Martelly, esta vez parece que puede correr una suerte diferente.
Ante
 semejante situación, ya muchos consideran que el país está atravesando 
una crisis postelectoral de incalculables consecuencias. Crisis que va a
 agravar mucho más la ya existente a nivel económico, político y social,
 y agudizada día tras día -hace más de once años- por la ocupación del 
país por tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la 
Estabilización en Haití -MINUSTAH-, cuyo retiro inmediato e 
incondicional está reclamando la inmensa mayoría del pueblo haitiano 
desde el primer día.
Henry Boisrolin pertenece al Comité Democrático Haitiano y es columnista de Resumen Latinoamericano.
 
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