|  Por Adalys Pilar Mireles 
 Bogotá,
 28 sep (PL) Tras la firma del acuerdo sobre justicia entre el Gobierno y
 las insurgentes FARC-EP, los colombianos esperan noticias acerca del 
anunciado inicio de conversaciones oficiales con el Ejército de 
Liberación Nacional (ELN), involucrado también en el conflicto armado.
 Políticos, activistas y defensores de derechos humanos instan a 
acelerar tales pláticas y así conquistar una paz completa en momentos 
cuando parece irreversible el logro de un tratado con las Fuerzas 
Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) para 
finalizar la confrontación.
 
 No obstante las expectativas, desde 
New York el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aseguró que 
todavía no hay una definición para comenzar tales diálogos, reseñó 
Bluradio.
 
 Estamos en la parte confidencial, no quiero hacer 
ninguna especulación, apenas lleguemos a un consenso lo vamos a 
informar, añadió el mandatario quien viajó a Estados Unidos para asistir
 a las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
 
 Sin 
embargo el máximo jefe del ELN, Nicolás Rodríguez, reiteró en recientes 
pronunciamientos que resta poco para instalar una mesa de concertación 
con el Ejecutivo.
 
 Según el dirigente guerrillero durante tres 
años de encuentros exploratorios con el Gobierno tuvieron el apoyo de 
cuatro países garantes y dos acompañantes, asimismo adelantó que varias 
naciones vecinas ofrecen suficientes garantías de respaldo político, 
logístico y de seguridad para tal propósito.
 
 La semana previa 
representantes gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias 
de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), dieron a conocer un pacto 
sobre la creación de una Jurisdicción especial para la paz, considerado 
crucial para avanzar en las negociaciones entre ambas partes y dar por 
terminada la larga confrontación bélica.
 
 Tal mecanismo prevé la 
creación de salas y tribunales con el objetivo de investigar, juzgar y 
sancionar a responsables del conflicto bajo las premisas de que no habrá
 impunidad para crímenes de lesa humanidad u otros actos considerados 
graves.
 
 No obstante contempla indultos y amnistías para ciertos 
delitos políticos y conexos, de acuerdo con el documento divulgado en La
 Habana en presencia de Santos, su homólogo cubano -Raúl Castro- y del 
líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez.
 
 Acabar las 
conversaciones pacificadoras a más tardar en seis meses para finalizar 
entonces la conflagración fue otro de los anuncios trascendentales de la
 cita.
 
 El tema de justicia transicional era considerado el más 
complicado de la agenda pactada inicialmente, superada esa fase los dos 
equipos de negociadores deberán definir los términos del cese el fuego 
bilateral y otras cuestiones como dejación de las armas, desmovilización
 y reintegración a la sociedad de los guerrilleros.
 
 Ante tal 
panorama y en medio de elogios por gran parte de la sociedad, 
congresistas movimientos como Marcha Patriótica, Unión Patriótica y el 
Partido Comunista de Colombia, llamaron nuevamente a apresurar las 
gestiones para emprender un camino similar con el ELN rumbo a la total 
distensión, tras más de medio siglo de guerra interna.
 
 En 
opinión de analistas y varios parlamentarios, esa agrupación rebelde 
pudiera aprovechar parte de lo que se ha discutido y acordado ya con las
 FARC-EP a fin de propiciar que se acabe por completo la contienda, 
única en el continente.
 
 Junto a la expectativa en torno a la 
Jurisdicción especial para la paz y la probable conclusión exitosa de 
las conversaciones entre el Gobierno y las FARC-EP, el otro proceso de 
diálogos con la segunda guerrilla en importancia del país es el gran 
eslabón pendiente para dejar atrás décadas de violencia asociadas a la 
conflagración.
 
 Según cifras oficiales, el conflicto ha dejado 
casi siete millones de víctimas en su mayoría desplazados de sus lugares
 de origen, registro que abarca 230 mil muertos.
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