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miércoles, 7 de agosto de 2013

ALEPH: “Soplones” de los nuevos tiempos

Tecnologías de la información y del conocimiento siempre han existido, si no el fuego no habría sido inventado. El problema es que venimos pensando linealmente porque las cosas iban más lento y nosotros con ellas. En cambio ahora nos toca pensar en red, exponencialmente, más distributivamente y en múltiples direcciones simultáneamente, porque internet ha revolucionado profundamente nuestras concepciones sobre el tiempo, el espacio, el mundo y nuestras relaciones. Así, las tecnologías de la información y el conocimiento rebasan hoy la capacidad del ser humano de acompañar los cambios al mismo ritmo que estas lo definen.
Carolina Escobar Sarti.

Por otro lado, Snowden, el joven informático que desnudara desde las mismas entrañas de la Agencia Nacional de Seguridad de EE. UU. una red de vigilancia electrónica global, no es el primero que hace este tipo de denuncias. Él es parte de un fenómeno que nos sitúa en medio de debates que tocan temas tan complejos como el control, la geopolítica, la nueva ética, los derechos colectivos y la soberanía, entre otros. Estos “soplones” de losnuevos tiempos comenzaron hace 45 años con Philip Agee, exagente de la CIA que cuestionó duramente las políticas de esa entidad en tiempos de Guerra Fría; luego continuó con Bradley Manning, exmilitar de EE. UU. que denunció las masacres de su país en Irak y Afganistán; más tarde siguió con el australiano Julian Assange, asilado por el caso Wikileaks en la Embajada de Ecuador en Londres. Todos perseguidos y estigmatizados, y en el caso de Manning, sentenciado de manera “ejemplarizante” a prisión hace pocos días (que escuchen bien Snowden y Assange).
Llama la atención que a Manning le fue retirado el cargo de “colusión con el enemigo” (ayudar al enemigo), pero fue inculpado por 19 cargos más. Aparentemente sacan el caso del ámbito de la geopolítica para dejarlo en el del nacionalismo, pero solo aparentemente. Este joven que filtró 500 mil informes militares de las guerras de Irak y Afganistán, conocidos como los Diarios de la Guerra de Afganistán (25 de julio de 2010), y Registros de la guerra en Irak (22 de octubre de 2010), pasará el resto de sus vidas en prisión.
Mientras esto sucede, la Administración de Barack Obama anda de capa caída y arrastra los zapatos de la pura decepción, ya que Rusia decidió otorgarle asilo temporal a Edward Snowden, cuando Washington había formulado públicamente “la exigencia clara y legítima” de que este joven fuera deportado a EE. UU. Por supuesto, los ecos de fuertes cambios en la cooperación bilateral no se han hecho esperar desde la Casablanca. Además, el caso del joven Snowden hará que, posiblemente, se dé una reunión entre Obama y Putin pronto, solo para tratar este tema. ¿Por qué estará examinando el Departamento de Estado de EE. UU. la conveniencia de celebrar esta reunión con la participación de sus respectivos ministros de Exteriores y Defensa? Por su parte, el Kremlin aceptó a Snowden, con la condición de que deje de hacer daño a EE. UU., y asegura inocentemente que no tendrían por qué afectarse las relaciones bilaterales.
Jorge Wagensberg dice que “el secreto del cambio está en la parte del cambio que no cambia”. Debemos ser cautelosos pues, de no situar a la tecnología como centro de nuestro debate o de anteponer a un debate serio nuestras simpatías o antipatías políticas. ¿Cómo y para qué hicieron estas denuncias Snowden, Agee, Manning o Assange? serían las primeras preguntas por responder.
¿En medio de esta era informatizada, cuánto más estaremos vigilados y quiénes serán los guardianes de este orden? ¿Qué es más importante, la lealtad a un gobierno o a los mismos de nuestra especie humana? Preguntas como estas son las que acompañan a estos “soplones” de los nuevos tiempos, por el aire que dejan entrar en medio de un orden, supuestamente, sin agujeros.

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