02 de abril de 2013, 11:31 Lima,
3 abr (PL) La polarización generada por una campaña de presión sobre el
presidente peruano, Ollanta Humala, a indultar al exgobernante Alberto
Fujimori, confirma el carácter conflictivo de la medida.
La
polémica se inició con fuertes críticas al expresidente Alan García
(1985-90 y 206-11) por haberse sumado ayer a la campaña con un
emplazamiento a Humala para que tome de inmediato una decisión en uno u
otro sentido en torno al pedido de indulto humanitario presentado en
octubre pasado.
García y previamente el cardenal Juan Luis Cipriani reflotaron el tema
con su apoyo al perdón, cuando la campaña parecía exánime tras un
informe médico oficial que descartaba que Fujimori haya vuelto a
padecer del cáncer que lo aquejó hace cinco años, principal motivo de
la solicitud de indulto.
Cipriani fue emplazado por
parlamentarios oficialistas y otros sectores a no usar la religión con
fines políticos y acusado de actuar como abogado del exgobernante
condenado a 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y
corrupción.
En cuanto a García, el analista político Santiago
Pedraglio señaló que su agresivo emplazamiento busca pasar a la
ofensiva contra las investigaciones de casos de presunta corrupción en
su último gobierno, por las cuales será interrogado mañana por una
comisión parlamentaria.
Según el comentarista, el líder del
viejo Partido Aprista apunta a posicionarse mediáticamente con miras a
sus ambiciones de una segunda reelección en los comicios de 2016.
Pedraglio coincidió con el analista e historiador Nelson Manrique en
que Humala no debe ceder a la presión "tomarse su tiempo antes de
responder al pedido de indulto, aunque el descarte del cáncer le da
mayores elementos de juicio.
Manrique añadió que García no
tiene autoridad moral para emplazar a Humala, pues debe responder a
denuncias de corrupción, como más de cinco mil reducciones de penas e
indultos principalmente para condenados por narcotráfico.
El
analista Raúl Wiener apuntó que el indulto significaría un
entendimiento de Humala con el fujimorismo, contra el que insurgió al
encabezar una rebelión incruenta en 2010 y con los sectores más
conservadores.
Para Wiener, acceder al pedido fujimorista
acarrearía una seria crisis en el gobierno, traducida en cambios,
alusión a renuncias de ministros que serían firmemente contrarios a que
el jefe de Estado otorgue la gracia al exgobernante.
Mientras
la campaña a favor del indulto parece orientada a arrinconar al
mandatario acusándolo de ser incapaz de tomar decisiones, el defensor
del Pueblo, Eduardo Vega, llamó a todos los sectores a aguardar con
serenidad la decisión presidencial.
Consideró que, tras el
informe de una junta médica sobre la salud de Fujimori, corresponde que
la decisión se tome lo antes posible y sea fundamentada, aunque con
respeto a los procedimientos.
El gobierno no da señales de
aceptación y ha desatendido el reclamo de seguidores y familiares del
expresidente, de que la gracia fuera otorgada en la reciente Semana
Santa católica.
El Ejecutivo aguarda un informe de la Comisión
de Indultos y Gracias Presidenciales, próximo a culminarse, que será
entregado Humala para que tome una decisión, según indicó ayer la
ministra de Justicia, Eda Rivas. |
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