23 de febrero de 2013, 14:21Montevideo,
23 feb (PL) El presidente José Mujica prepara su cuarto año de mandato
con llamados a la unidad del gobernante Frente Amplio (FA) y frente a
una oposición envalentonada por controvertidas decisiones de la Suprema
Corte de Justicia (SCJ).
Las tensiones entre Gobierno y oposición
vienen subiendo de tono, a la vez que afloraron algunas discrepancias a
lo interno de casi todas las fuerzas en juego, lo cual es muchas veces
magnificado y hasta tergiversado por los grandes medios del país.
Y, aunque nadie lo dice, las aún distantes elecciones generales,
programadas para el 26 de octubre del 2014, parecen planear sobre las
acciones y declaraciones y todo indica que la confrontación electoral
se adelantó en el tiempo.
Al tomarle el pulso a la situación
nacional, Mujica convocó la semana pasada a un consejo extraordinario
de ministros que duró tres horas sin poder concluir aún todos los
puntos de la agenda.
En esa ocasión, el mandatario de 77 años
de edad exhortó a los ministros a evitar ventilar sus discrepancias a
través de los medios y los llamó a "volver a funcionar como un equipo",
lo que provocó la inmediata adhesión de los diversos sectores del FA.
Las fuerzas de oposición, en un lejano segundo lugar según todas las
encuestas, intentaron aprovechar esa brecha para agudizar los problemas
que el gobierno acaba de reconocer y se levantaron tras las últimas
resoluciones de la Suprema Corte de Justicia.
En pocos días, la
SCJ apartó a una jueza que investigaba unos 50 casos de violación de
los derechos humanos durante la dictadura (1973-1985), eliminó una ley
que procesaba a los represores y criminales de lesa humanidad y frenó
otra que pretendía aplicar un impuesto a los grandes terratenientes del
país.
El FA, respetuoso de la soberanía del Poder Judicial, no
obstante criticó las medidas de la SCJ y promovió una invitación a que
sus miembros concurrieran al Parlamento a explicar sus motivaciones, la
cual fue rechazada. La oposición aprovechó para criticar al gobierno
por pretender "presionar" al Poder Judicial.
Simultáneamente,
en una manifestación poco común en los últimos tiempos, cientos de
uruguayos protestaron frente a la sede de la SCJ por el traslado de la
jueza Mariana Mota y por la paralización de los procesos contra
represores.
El escritor Eduardo Galeano y el músico Daniel
Viglietti, entre otras personalidades, parlamentarios, dirigentes
sindicales, políticos y de las organizaciones humanitarias criticaron a
la SCJ y muchos de ellos denunciaron que se abrían las puertas a la
impunidad.
El Partido Comunista sostuvo que la SCJ "tiene que
hacerse responsable de colocar al Uruguay como un Estado violador de
los Derechos Humanos".
El FA anunció que recorrerá "todos los
caminos legales" contra la SCJ y la senadora Lucía Topolansky, esposa
del presidente Mujica, tampoco descartó la posibilidad de un juicio
político contra esa institución.
Este fin de semana,
prácticamente todas las fuerzas populares propusieron un amplio abanico
de medidas para enfrentar lo que describieron como "una ofensiva
reaccionaria para defender los intereses de los grandes terratenientes
y la impunidad de los violadores de los derechos humanos".
Por lo pronto, convocaron para este lunes a una masiva "marcha del silencio". |
No hay comentarios:
Publicar un comentario