17 de diciembre de 2012, 06:21Por Randy Saborit Mora
Guatemala,
17 dic (PL) Poco más de 11 meses lleva el presidente Otto Pérez Molina
al frente del destino de Guatemala, mientras hoy persiste el reto de
disminuir la violencia, la desnutrición crónica y despenalizar las
drogas tal y como se propuso el mandatario.
El Grupo de Apoyo Mutuo
(GAM) reportó la semana pasada que los sucesos violentos descendieron
en este país centroamericano en un dos por ciento de enero a noviembre
de 2012 con respecto a igual período del 2011, índice muy por debajo de
la promesa de Pérez Molina.
Un comunicado del GAM advierte que esa reducción no llena la
expectativa latente al ofrecimiento hecho en campaña por el jefe de
Estado de bajar en un 20 por ciento los asesinatos en su primer año de
mandato en comparación con el 2011 cuando se cuantificaron seis mil 500
actos de ese tipo.
La fuente humanitaria criticó en octubre
pasado la estrategia de la administración del Presidente con relación a
su palabra de bajar el número de homicidios en Guatemala.
Para
culminar el 2012 con una descenso del 20 por ciento de la tasa de
criminalidad comparado al año pasado "tendrían que dejar de haber
homicidios todo noviembre y diciembre", alertó ese grupo al computar
los datos de violencia de enero hasta finales de octubre de 2012 en
Guatemala.
El gobernante también ha instado a bajar la tasa de
desnutrición crónica en Guatemala, donde la mitad de los infantes sufre
ese padecimiento.
"Hemos hecho énfasis especial para frenar y
lograr descender esos números que marcan nuestra realidad" porque "la
desnutrición limita sus capacidades desde niño y los deja marcado para
el resto de toda su vida", aseveró el pasado 16 de octubre en la
cooperativa Chicoj, de Cobán, cabecera del departamento de Alta
Verapaz, ubicada 112 kilómetros al norte de esta capital.
Para
el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Efraín Medina, es
triste y vergonzosa la cifra de desnutrición crónica infantil en
Guatemala, según afirmó en el mismo acto del 16 de octubre último.
En su opinión, es una contradicción que este país rico, con gran
potencialidad en sus recursos naturales, un clima diverso y un capital
humano heredero de una tradición ancestral cuente con altos rezagos en
los parámetros de desarrollo humano a nivel mundial.
Al aludir
al programa gubernamental Pacto Hambre Cero, Medina manifestó que el
desafío es reducir en los próximos años en por lo menos un 10 por
ciento la desnutrición crónica que aqueja a la mitad de los menores de
cinco años en esta nación.
Otro asunto pendiente de la
administración de Pérez Molina es despenalizar las drogas, entretanto
el narcotráfico prospera como un negocio rentable con su principal
mercado de consumidores en Estados Unidos.
Su iniciativa
-impugnada por unos y apoyada por otros- llegó hasta la ONU y la
Organización de Estados Americanos, pero esa opción hasta la fecha no
ha encontrado terreno fértil en la vida práctica.
El exjefe de
Estado guatemalteco Álvaro Colom desestimó que legalizar los narcóticos
sea la solución para erradicar el consumo y la elevada estadística de
muertes violentas.
"Deben fortalecerse las políticas y los
mecanismos de extradición para combatir el narcotráfico", comentó Colom
a Prensa Latina en el III Foro Esquipulas, celebrado en esta capital en
agosto último.
Contrario a este criterio, Vinicio Cerezo (otro
exmandatario guatemalteco) llamó, en el mismo evento, al Ejecutivo a
dar luz verde al propósito de despenalizar los estupefacientes en el
istmo.
Este país es una vía desde el cual sale la droga hacia
Estados Unidos, donde se consume cada año entre 150 y 160 toneladas de
cocaína, de acuerdo con el balance de 2011 de la Junta Internacional de
Fiscalización de Estupefacientes de Naciones Unidas.
Casi el 90
por ciento de la cocaína consumida en Estados Unidos llega a través de
México y Centroamérica, acota el citado documento.
Todavía son
muchos los retos que tiene por delante el gobierno de Pérez Molina,
quien el próximo 14 de enero cumple su primer año en el sillón
ejecutivo. |
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