
Fernando Lugo, quien fue destituido de la presidencia paraguaya mediante un golpe de Estado el pasado junio, denunció en Montevideo, Uruguay, la persecución política e ideológica que sufren los paraguayos con el gobierno de Federico Franco.
“Han sido cesados más de 2 mil funcionarios, que eran nuestros colaboradores, solo por pensar diferente y son acusados de ser de izquierda”, señaló Lugo en un breve encuentro con la prensa uruguaya e internacional, citó una agencia internacional.
Lugo llegó a Montevideo invitado por la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio y el Plenario Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) para informar sobre la situación paraguaya en los últimos dos meses y medio; cuestión que hará en un acto público a celebrarse posteriormente en la sede de la central obrera denominado “Solidaridad con el pueblo paraguayo”.
A su llegada tuvo un encuentro con el presidente uruguayo, José Mujica, “y conversamos sobre lo que pasó en Paraguay”. En la reunión informal estuvieron presentes también algunos ministros uruguayos y legisladores paraguayos del Frente Guazú que acompañan a Lugo.
El exsacerdote dijo que Uruguay “siempre ha sido un país muy solidario con Paraguay”; aquí “encontraron refugio muchos paraguayos durante la dictadura”. Y esas muestras de solidaridad “se vieron fortalecidas tras el golpe de Estado parlamentario de junio pasado”, cuando las autoridades uruguayas rechazaron el irregular juicio político llevado a cabo contra Lugo.
Precisamente sobre ese proceso señaló que la causa real que tuvieron los legisladores fue “nuestra forma de hacer política” basada en “los derechos de los ciudadanos y no en el clientelismo político”.
Se prevé que luego de su estadía en Uruguay, Lugo viaje a Argentina, “donde la gran colectividad paraguaya está reclamando nuestra presencia”, y también Brasil.
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