TeleSur/La Radio del Sur
La deuda nacional de los Estados Unidos ha crecido más allá de los
16 billones de dólares para mediados de 2012, en comparación a enero de
2009, fecha en la que el actual presidente Barack Obama asumió el
cargo, cuando el monto sobrepasaba apenas los 10.6 millones de dólares.
Esto refiere un incremento del 50 por ciento durante la gestión de
Obama, situación que causa una fuerte crítica por parte del lado
Republicano y más conservador del país norteamericano, así como también
será objeto de debate durante la Convención Nacional Democrática (CND)
que comenzó este martes.
El monto se ha elevado considerablemente a pesar de la promesa que
hizo el actual jefe de Estado durante su campaña presidencial en 2008,
cuando afirmó que la reduciría a la mitad para el final de su mandato,
en caso de resultar electo.
Inmediatamente después de que el Departamento del Tesoro
estadounidense anunció la cifra, el aspirante republicano, y rival de
Obama en las venideras elecciones del 4 de noviembre, Mitt Romney
difundió nuevamente el video de un minuto en el que Obama (hace cuatro
años) prometió reducir la deuda.
La situación se ha tornado en contra del actual Mandatario, ya que
en ese año 2008, Obama criticó el aumento de la deuda nacional en
cuatro billones de dolares durante la gestión de su predecesor, el
republicano George W. Bush, a quien tachó como “irresponsable” y
“antipatriota”.
“Si permititmos que la deuda siga elevándose, incluso en medio de
esta recuperación, en algún momento la gente podría perder la confianza
en la economía de los Estados Unidos, lo que podría conducirnos, en la
realidad, a una recesión de doble caída”, dijo Obama.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John
Boehner, describió la noticia como “otro triste recordatorio” de la
promesa rota de Obama de recortar el gasto.
Romney, y su “número dos”, Paul Ryan, criticaron los planes
económicos de Obama por no haber puesto sobre la mesa un plan claro
para frenar el aumento de la deuda, al tiempo que abogaron por un
gobierno que no suba los impuestos y reduzca el gasto en partidas
sociales.
La mayor parte de la deuda estadounidense, unos dos tercios, es
propiedad del gobierno estadounidense, inversores locales y fondos de
pensiones o seguridad social.
Por otro lado, China y Japón, son los principales tenedores
extranjeros de deuda con 1,16 billones y 1,12 billones de dólares,
respectivamente.
La deuda total sigue en un camino ascendente que le llevará a ser
equivalente a algo más del 110 por ciento del Producto Interior Bruto
(PIB) de la primera economía mundial en 2013, según estimaciones del
Fondo Monetario Internacional (FMI).
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