|  Brasilia,  15 feb (PL) El gobierno brasileño anunció hoy un corte de 55 mil  millones de reales, unos 31 mil millones de dólares, del Presupuesto  2012, con el objetivo de fortalecer las finanzas públicas y controlar la  inflación. 
 
 "Es una contingencia alta, si, pero garantizará la obtención del  resultado primario que aprobamos en la Ley de Directrices  Presupuestarias", explicó el ministro de Hacienda, Guido Mantega, al  anunciar la medida, que representa un 3,3 por ciento del presupuesto  total para este año.
 
 
 Ese ahorro de recursos, precisó,  posibilitará además pagar los intereses de la deuda pública y,  consecuentemente, mantener la trayectoria descendente en relación con el  Producto Interno Bruto, todo lo cual -señaló- garantiza la  consolidación fiscal del país en este momento de inestabilidad de la  economía mundial.
 
 
 "Observamos hoy a varios países endeudados.  Deuda elevada es sinónimo de vulnerabilidad, flaqueza. Queremos un  Brasil con presupuesto fuerte", apuntó y subrayó que el recorte no  significan un ajuste clásico o conservador, porque no se afectará el  dinero para programas sociales y se incentivará la inversión privada.
 
 
 De ahí que el gobierno mantendrá intactos los recursos previstos para  el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), entre los cuales están  los planes Mi Casa, Mi Vida, y Brasil sin Miseria, dos de los  principales proyectos sociales del gobierno de Dilma Rousseff.
 
 
 Ese corte en el presupuesto, prosiguió Mantega, permite al Banco Central  reducir aún más la tasa básica de interés, la denominada Selic, que  actualmente se encuentra en 10,5 por ciento anual.
 
 
 Un escenario  en que disminuye la inflación, se cortan gastos y tenemos un resultado  primario expresivo, indicó, abre espacio para la reducción de la Selic,  del gasto financiero y un mayor crecimiento económico del país.
 
 
 Para este año, el gobierno fijó una expansión de 4,5 por ciento del PIB,  a la vez que trabaja para que la inflación termine en 4,7 por ciento,  muy cerca del centro de la meta establecida de 4,5 por ciento.
 
 
 Del total cortado, 20 mil millones de reales (unos 11 mil millones de  dólares) corresponden a gastos obligatorios y 35 mil millones de reales  (unos 20 mil millones de dólares) a gastos discrecionales. Sobre estos  últimos el gobierno tiene mayor control.
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