Un  día después de declarar oficialmente finalizada la pandemia de gripe A,  la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo ayer pública la  composición del Comité de Emergencia sobre la enfermedad y los vínculos  de sus miembros con la industria farmacéutica. La lista confirma las  acusaciones de que algunos de estos consejeros de la OMS habían recibido  honorarios por diversas actividades de los laboratorios que más se han  beneficiado de la pandemia, los fabricantes de las vacunas y de los  antivirales eficaces contra la patología, que resultó ser menos grave de  lo que en un principio se sospechaba.
Hasta ayer, sólo se conocía un nombre el especialista en enfermedades  tropicales australiano John Mackenzie de los 15 que componían el Comité  de Emergencia. La OMS aducía que era necesario mantener el anonimato de  sus miembros que incluyen representantes de los cinco continentes y de  países ricos y en vías de desarrollo para evitar presiones interesadas  en la gestión de la gripe A. En el grupo no hay ningún español. A su  vez, los críticos de la entidad afirmaban que había que conocer su  identidad precisamente para descartar los vínculos que pudieran  influirles.
Una vez acabada la pandemia, la OMS ha publicado la declaración de  intereses de los miembros del Comité, que muestra que cinco de ellos  mantuvieron algún tipo de relación económica con la industria. Sin  embargo, el organismo internacional no considera que dichos vínculos  hayan influido en el trabajo de los especialistas del Comité, como  explica ayer en un comunicado: “Los intereses detallados en este  documento no dan lugar a un conflicto de intereses que haga que los  expertos sean excluidos total o parcialmente de su participación en el  Comité de Emergencia”.
Cantidades no detalladas
Las actividades relacionadas con la industria incluían la consultoría para laboratorios o la recepción de fondos para proyectos de investigación provenientes también de empresas biofarmacéuticas. Entre los laboratorios mencionados en la declaración de interés se encuentran fabricantes de vacunas (Novartis, GSK Biologicals, Baxter y Sanofi) y de antivirales, como Roche y GSK. Aunque en la mayoría de los casos no se detalla la cantidad recibida, esta no supera los 10.000 dólares en los dos casos en los que se especifica.
Las actividades relacionadas con la industria incluían la consultoría para laboratorios o la recepción de fondos para proyectos de investigación provenientes también de empresas biofarmacéuticas. Entre los laboratorios mencionados en la declaración de interés se encuentran fabricantes de vacunas (Novartis, GSK Biologicals, Baxter y Sanofi) y de antivirales, como Roche y GSK. Aunque en la mayoría de los casos no se detalla la cantidad recibida, esta no supera los 10.000 dólares en los dos casos en los que se especifica.
El ocultismo de la OMS sobre la composición de este Comité ha sido  muy criticado durante la pandemia. El Parlamento Europeo aprobó el  pasado 24 de junio una declaración que afirmaba que se hubiera  necesitado “una mayor transparencia” en la gestión de la gripe A. El  texto fue propuesto por el ex presidente del Comité de Salud de la  Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, el epidemiólogo alemán  Wolfgang Wodarg, que ha acusado públicamente a la OMS y a los gobiernos  de generar una psicosis innecesaria con la gripe A debido a los vínculos  con la industria farmacéutica.
La revista médica British Medical Journal publicó en junio el  artículo La OMS y la conspiraciones de la pandemia de la gripe, en el  que ya aventuraba los posibles conflictos de intereses de los miembros  del Comité de Emergencia, algunos de cuyos componentes averiguó.
El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, explicó ayer a  este diario que la OMS “debía de clarificar” sus relaciones con la  industria, aunque reconoció que si se hubiera hecho pública desde el  principio la identidad de los miembros del comité “también hubiera sido  fácil presionarlos por el lado contrario”. Martínez Olmos aprovechó para  recordar la poca influencia de los laboratorios en la gestión española  de la gripe A. “Somos uno de los pocos países que impusimos nuestras  condiciones alnegociar. Al final compramos menos de la mitad de lo  previsto”, concluyó.
Público
 

 
 
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