La Plaza de San Marcos, uno de los puntos más bajos de la ciudad, permaneció seca y los turistas recorrían el lugar sin saber de los pasillos elevados que se tenían que colocar cada vez que se producía una marea alta.
El sistema de diques móviles que recién comenzó a funcionar se denomina MOSE (del italiano Modulo Sperimentale Elettromeccanico), se vio afectado por actos de corrupción, sobrecostos y un enorme retraso.
Se trata de un sistema de barreras submarinas diseñadas para proteger a la ciudad de un incremento en el nivel del agua de hasta 3 metros y se colocaron en el punto en el que la laguna se encuentra con el mar Adriático.
Su costo estaba proyectado en mil 800 millones de euros y se esperaba tenerlo concluido en 2011, pero hasta ahora se han invertido 5 mil 500 millones de euros y llevaba más de una década de retraso.
La voz del alcalde Luigi Brugnaro se quebró de emoción mientras
inspeccionaba desde un bote las barreras en posición erigida, diciendo: Estamos satisfechos
.
Más tarde brindó por el éxito al colocar el pie en tierra seca en Pellestrina, una isla en medio de la laguna que a menudo es una de las primeras en inundarse cuando llega la marea alta.
Se necesitaron alrededor de 100 técnicos para colocar las 78 barreras en aproximadamente 75 minutos, dijo Giuseppe Fiengo, el comisionado del gobierno a cargo del colosal proyecto manchado por el escándalo de corrupción.
Fiengo dijo por teléfono que en el futuro un solo equipo de 18 personas debería ser capaz de colocarlas.
Las autoridades aceleraron el despliegue del sistema después de que la ciudad se inundó en noviembre pasado con las peores mareas registradas en 53 años.
Cada vez con mayor frecuencia se presentaban mareas altas ocasionadas por el cambio climático y el hundimiento de la ciudad, lo que agregó urgencia a la finalización del proyecto.
Ap
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