El Salvador
La semana pasada culminó, en la Audiencia Nacional de 
España, el histórico juicio contra el ex coronel Inocente Orlando 
Montano, el único procesado como autor intelectual de la masacre de los 
jesuitas y sus dos colaboradoras, perpetrada el 16 de noviembre de 1989,
 en el campus de la UCA. La fiscalía española pide 150 años […]
La semana pasada culminó, en la Audiencia Nacional de España, el 
histórico juicio contra el ex coronel Inocente Orlando Montano, el único
 procesado como autor intelectual de la masacre de los jesuitas y sus 
dos colaboradoras, perpetrada el 16 de noviembre de 1989, en el campus 
de la UCA.
La fiscalía española pide 150 años de cárcel, 
por el delito de “asesinatos terroristas”, para el ex viceministro de 
Seguridad y miembro del alto mando militar que decidió “eliminar a 
Ignacio Ellacuría sin dejar testigos”. El ex jefe castrense negó los 
hechos, no mostró arrepentimiento y mantuvo su animadversión hacia los 
sacerdotes masacrados.
En el célebre juicio, testigos 
confirmaron, entre otras cosas relevantes, la responsabilidad del ex 
presidente Alfredo Cristiani, el encubrimiento del ahora diputado 
Rodolfo Parker y la intromisión estadounidense, a través de personeros 
diplomáticos y miembros del FBI, en la pantomima judicial realizada en 
enero de 1992.
Ahora, mientras se emite sentencia en 
España (que debe ser condenatoria), la pregunta es si en El Salvador 
serán procesados Cristiani, Parker y los ex compañeros de Montano en el 
estado mayor: Humberto Larios, Rafael Bustillo, Orlando Zepeda y 
Francisco Elena Fuentes. ¿Tendrán, Fiscalía y Sistema Judicial, la 
decencia de enjuiciar a estos criminales de guerra y delincuentes de 
lesa humanidad?
También vale preguntar si ¿la Asamblea 
mantendrá su intención de aprobar una nueva ley de impunidad que 
favorezca a los victimarios en vez de asegurar el derecho a la verdad, 
acceso a la justicia y reparación moral de las víctimas, como mandató la
 Sala Constitucional en julio de 2016 cuando derogó la ominosa ley de 
amnistía?
Finalmente, es oportuno preguntar al Presidente 
Nayib Bukele si estará a favor de la justicia o de la impunidad, en éste
 (masacre de los jesuitas) y demás casos de masacres, asesinatos, 
torturas, desapariciones forzadas y otras violaciones graves de derechos
 humanos cometidas durante la guerra civil.
La pregunta es
 válida, pues la actuación presidencial en estos temas es 
contradictoria. Por ejemplo: Bukele quitó el nombre de Domingo 
Monterrosa del cuartel de San Miguel e invitó a familiares de víctimas 
de El Mozote a un banquete en Casa Presidencial, pero puso como 
viceministro de Defensa a un ex apoderado legal de los autores 
intelectuales de esa masacre e impidió el acceso a los archivos 
militares ordenado por el Juez que lleva el caso.
En 
relación al “Caso Jesuitas”, el mandatario permitió que -en julio de 
2019- su ministro de Defensa, Francis Merino Monroy, homenajeara al 
general Orlando Zepeda. El reconocimiento fue por el dudoso honor de ser
 veterano de la guerra de agresión contra Honduras en 1969.
Sin
 embargo, Bukele todavía puede corregir, permitiendo el acceso los 
archivos militares, revertiendo hechos que representan guiños a la 
impunidad, colaborando en las investigaciones e implementando verdaderas
 políticas de reparación para las víctimas y sus familiares.
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario