Ángel Guerra Cabrera / I
Cuba posee varios medicamentos
 únicos en el mundo por su efectividad en la sobrevivencia de los 
pacientes graves y críticos de Covid-19. Mientras a escala internacional
 sólo se salva alrededor de 20 por ciento de los contagiados en esas 
categorías, en Cuba sobrevive 80 por ciento aproximadamente. En cuanto a
 la tasa de mortalidad sobre el total de contagiados, la isla exhibe 4.2
 por ciento, menor al 11.5 de España, 5.9 de Estados Unidos y 5.5 de 
Irlanda. Con 82 fallecidos hasta la fecha, cuando ya transcurren varios 
días sin que se reporten defunciones o una diaria cuando más, la 
mortalidad por 100 mil habitantes es 0.72, entre las más bajas. Hasta el
 27 de mayo sólo cinco países de América Latina y el Caribe han logrado 
recuperar más de 50 por ciento de sus contagiados detectados: Cuba, con 
78.4; Uruguay, 75.5; México, 66.7; Panamá, 65.6, y Costa Rica, 64.3.
Los fármacos con que la isla combate al Covid-19 existían antes del 
surgimiento de la enfermedad para tratar patologías virales u otras como
 artritis y soriasis; no fueron diseñados expresamente para ese 
propósito, pero poseen cualidades fundamentales para fortalecer el 
sistema inmune, lo que se llama inmunidad no específica o innata, un 
escudo contra la entrada al aparato respiratorio del nuevo coronavirus. 
Tienen también otras virtudes que les han permitido evitar el 
fallecimiento de la mayoría de pacientes cubanos en estado grave o 
crítico. En el caso del interferón (INF) alfa 2b humano recombinante, 
reseñado en este espacio anteriormente, existen nueve países que lo 
utilizan, entre ellos China y España. Sin embargo, los hospitales de 
Estados Unidos no pueden acceder a él, ni a ningún remedio cubano, 
debido al bloqueo contra Cuba. 
A mí me han llamado médicos desesperados de hospitales en Nueva York para preguntarme cómo pueden conseguir el interferón alfa 2B, dice Helen Yaffe, académica latinoamericanista de la Universidad de Glasgow y autora del libro We are Cuba. No va a ser posible, añade.
Pero además del INF alfa 2b, Cuba dispone del CIGB 258, gestado por 
el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, y del itolizumab, 
desarrollado por el Centro de Inmunoensayo. De ambos, fue presentada la 
solicitud al Centro Estatal para el Control de los Medicamentos, Equipos
 y Dispositivos Médicos (Cecmed), para su uso en pacientes confirmados 
de Covid-19 en los estadios grave y crítico, la que fue aprobada. Estos 
fármacos han sido muy efectivos para tratar la famosa 
tormenta de citosinas, con ostensible reacción favorable de una mayoría de pacientes en el curso de 72 horas. Estas medicinas, junto con otras, han formado parte del coctel con que se ha tratado a los contagiados de Covid-19. También se han aplicado con carácter preventivo a toda la población las gotas homeopáticas sublinguales PrevengHo Vir, y a pacientes confirmados o sospechosos con factores de riesgo, la biomodulina T, ambos para reforzar el sistema inmune.
Pero ello no explicaría por sí solo el enorme éxito alcanzado por la 
isla en el enfrentamiento a la enfermedad. Existen esos medicamentos 
porque hace décadas Fidel Castro impulsó con gran energía y previsión la
 creación de un verdadero sistema de centros de investigación, al que 
dedicó innumerables jornadas de trabajo y al que acicateó con ambiciosas
 metas. No me refiero sólo a la biomedicina, con todo y su principal 
protagonismo en el combate al nuevo coronavirus, pues también han tomado
 parte en él científicos de la matemática, la informática y las ciencias
 sociales.
Cuba previó un cuidadoso y detallado plan de combate al Covid-19 
desde enero, con activa participación de la comunidad científica, tanto 
de los centros de investigación como del Ministerio de Salud Pública y 
otras dependencias y sigue una política muy agresiva para acorralar al 
patógeno. Miles de médicos de familia y estudiantes de medicina y 
estomatología recorren diariamente decenas de miles de hogares en la 
vigilancia epidemiológica. No se ha esperado por los contagiados, se les
 ha ido a buscar, además de establecer rigurosas medidas de aislamiento 
de los enfermos o de vigilancia en casa de los casos leves. Se 
acondicionaron suficientes camas y equipos para los pacientes 
sospechosos, los sin complicaciones y los graves. Las medidas de 
confinamiento y distancia social, las cuarentenas en zonas, municipios y
 provincias han permitido romper la cadena de contagios y que los 
hospitales no se hayan visto presionados por la demanda de enfermos.
Pese al asfixiante y criminal bloqueo de Estados Unidos, ahora 
recrudecido hasta el delirio, Cuba tiene un robusto sistema de salud 
pública totalmente gratuito. Atención primaria en las cuadras, 
policlínicos, hospitales generales y de especialidades, con el apoyo de 
una población consciente, organizada y disciplinada.
El país al que Washington despojó de miles de médicos, hoy es el que 
más galenos por habitante tiene en el mundo. Además de poder enviar 
personal sanitario a 23 países para combatir la pandemia.
Twitter: @aguerraguera
 

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